Intento zafarme, pero es difícil, sus brazos me tienen amarrada a él y su boca no le da tregua a la mía ¿Por qué tiene que besar tan bien? Mi mente vuelve a tener algo de cordura y consigo morder sus labios haciendo que se queje y finalmente se aparte de mí.
—¡¿Pero, qué haces?!— exclama quejándose del dolor y yo solo lo miró seria.
Yo creía que mi habitación en la misión de Miami era de tamaño más que considerable, pero la de esta casa, es ridículamente inmensa. Es de color gris muy claro con algunos mínimos detalles en morado e incluso tiene una sala además del baño y el vestidor el cual es enorme también.— ¿Te gusta? — me pregunta mientras me mira fijamente.
Había estado en muchos restaurantes lujosos, pero esto es definitivamente de otro nivel. Candelabros de cristal colgando del techo, piso de mármol, mesas decoradas con una elegancia inigualable; y la mirada de la gente sobre nosotros dos mientras el camarero nos lleva a nuestra mesa. Puedo escuchar como algunos susurran y les entiendo por partes.—¿Por qué todos nos miran de esa manera? — le pregunto al insoportable de mi esposo.
Después de una noche de muy mal dormir, abro mis ojos sintiendo demasiado calor... Al intentar moverme a un lado de la cama entiendo perfectamente que es lo que sucede; él está durmiendo a mi lado. Siento ganas de empujarlo hasta que se caiga de la cama, pero la verdad es que se ve increíblemente guapo dormido.Su cabello negro está bastante desordenado, pero de una manera muy sexy... Es la primera vez que me detengo a ver lo largas que son sus pestañas, y ni hablar de esa apena
Creí que para este momento el ya habría salido de la habitación, pero al salir del baño semi vestida él me mira sentado desde el borde de la cama. Aún no se ha cambiado y sigue con ese bóxer que marca todos sus atributos puesto y con esa maldita sensual sonrisa de lado que posee.—¿Crees que puedes hacer lo que has hecho e irte como si nada? — me pregunta serio y decido ignorar su comentario para entrar al enorme guardarropa y escoger algo de lo poco qu
Fingir que todo está bien frente a sus padres se me hace difícil, especialmente cuando ahora estamos todos sentados alrededor de la mesa y mi supuesto enamorado esposo deja besos en la comisura de mis labios durante el desayuno.—Hijo, ¿aún no has llevado a tu esposa al yate? —pregunta su padre con bastante entusiasmo. No voy a negarlo, el yate es extremadamente lujoso y de tal tamaño que me hace pensar que podría vivir aquí, pero también admito que en estos momentos su cercanía me da más asco que nunca. Lo evado por completo y voy hacia la proa para quedarme parada frente a la barandilla y observar como la ciudad se va haciendo más pequeña a medida que nos adentramos al océano.Todo esto debería de estar viviéndolo con el hombre de mis sueños. El debe15. Idear Un Plan Juntos
Sentada frente a él con una copa de champagne en mi mano y su mirada penetrante sobre mí, vaya combinación. —Debería consultar con un abogado para poder saber cómo hacer que ese testamento pierda validez. —comenta.«Aun no entiendo como no ha pensado en esto antes» 5 días despuésDespués de aquella tarde nada ha vuelto a ser lo mismo. Apenas cruzo las palabras necesarias con él durante las cenas junto a sus padres; cenas donde casi no he comido. No quiero ni mirarlo, ni oírlo, no verle mirándome... Solo quiero que desaparezca. Quiero desaparecer yo también...Último capítulo17. La Necesidad de Escapar