No sé muy bien si han pasado minutos u horas, únicamente les veo acercarse a la mesa nuevamente, pero la mirada de Alejandro está perdida. Le noto agobiado y ¿triste?
—Sienna, lo siento. — me dice con un hilo de voz —espero que no te moleste si Lucas te lleva a tu casa, no me encuentro bien. — Se disculpa y deja dos billetes de cien sobre la mesa.
—No te preocupes, nos vemos mañana en la oficina. — Propongo, pero él no dice nada; tan solo asiente y se aleja.
Tan sólo cruzar el umbral de la entrada, de la que ahora es nuestra casa, comenzamos a comernos a besos como si fuese la primera vez. Sus brazos amarrados a mi cintura no me permiten alejar de él y para ser sincera, no tengo la mínima intención de hacerlo.Mis labios tan sólo responden a los suyos y le doy mayor acceso a mi boca para que su lengua y la mía se encuentren en un baile de esos que son capaces de quemarlo todo a su alrededor. De alguna manera me va guiando hasta la escalera y provocando que nuestros besos sean un poco menos coordinados, vamos subiendo mientras que en el camino
Al día siguienteUn día más en esta oficina, pero hoy es diferente, tengo otra perspectiva de las cosas y muchas más sospechas –buenos días señor Sandoval.— digo con un tono amable mientras entro a su oficina ya que la puerta está abierta.Él me sonríe, y me observa detenidamente haciéndome sentir lo suficientemente incómoda. Mi vestido beige no es muy revelador, pero acentúa mis curvas de una manera bastante elegante –buenos días Sienna.— me dice –toma asiento, te explicaré lo qu
—Sienna, iré a almorzar; nos vemos en una hora— me informa Raúl asomándose a mi oficina.—Perfecto, le veo más tarde— me limito a responder y sólo le observo marcharse.Llevo gran parte de la mañana pensando en este momento. Necesito entrar a su oficina, y comenzar a indagar entre sus cosas para así poder intentar encontrar pistas.Espero unos diez minutos y me levanto de mi silla, voy hacia la puerta que conecta con su oficin
Lucas ha estado intentando descifrar qué sucede durante todo el día, pero darle la información por teléfono era muy arriesgado. Esto es una completa locura y lo peor de todo es que ni siquiera sé si es algo bueno o malo... Estoy tan confundida.El taxi me deja a dos calles del restaurante donde he quedado de encontrarme con Lucas y apenas bajo del vehículo, ahí lo veo dentro de su auto deportivo. Mientras me acerco, &eac
Tanto Lucas como yo seguimos totalmente impactados ante la información que nos ha dado Alejandro, pero tengo la sensación de que él está peor que nosotros. Después de cambiarme, me meto entre las sábanas y acomodo las almohadas para apoyar mi espalda sobre ellas contra el respaldar de la cama.No sé ni siquiera si pueda llegar a dormir algo esta noche... Toda la información sigue dando vueltas en mi cabeza e intento comprender hasta dónde ha llegado Raúl Sandoval con su plan de hacerse pasar por mi padre... ¿El sabrá de esto? Y¿ si la situación económica de la empresa es debido a eso? ¿me habrá ocultado toda esta informació
Al día siguientePara todos en la oficina estoy en una cita médica, pero la realidad es otra; estoy con Lucas a punto de entrar al edificio de la DEA en Miami para hablar con el supervisor de Alejandro y así poder comprobar si todo lo que nos ha dicho es cierto o no.—¿Preparada?— me pregunta Lucas y aprieta mi mano con la suya.—Vamos — afirmo y casi como si estuviéramos sincronizados comenzamos a caminar hacia la puerta. —Amor, mírame. — le pido sosteniendo su rostro entre mis manos antes de que pueda poner arrancar el auto para irnos de aquí.« Ver sus preciosos ojos azules llenos de lágrimas me parte el corazón...»—La matar67. No Es Tiempo de Ser Débil
Ha sido totalmente incómodo ir en el mismo auto que él hacía la reunión con los empresarios de Dubái; ha sido totalmente incómodo ir en el mismo auto que él hacía la reunión con los empresarios de Dubái pero, aún más ha sido, el poder sostener la mirada y hacer como si nada hubiera sucedido cuando, en realidad, hoy tengo más claro que él ha sido el culpable de la muerte de Lucía. y de muchísimas cosas graves que le han sucedido a mi padre y su empresa. Tengo ganas de gritarle, pegarle, y de que por una vez por todas el vaya a la cárcel y nunca más salga de ahí, pero tengo que seguir las instrucciones que me ha dado el agente Miller.—Muchas gracias por