[Diego] Aún estoy un poco confundido con lo que me dijo Valle, pero tiene razón, creo que debo poner las cosas en claro antes de que esto continúe. Valle es mi esposa y Sam debe entender que mi vida personal es mía y que la que ella conoce es la profesional, ahí sí desea puede opinar y decir lo que se le pegue la gana. —¿Dónde está tu maleta Sam?— le pregunto y ella se ríe. —Lo siento, como no sabía si aceptarías o no la dejé en mi cuarto de hotel ¿Podemos pasar por ella? Creo que mi cara es obvia ya que el semblante de ella cambia. El hotel de Sam está justo en el Centro de San Diego, y el aeropuerto no queda tan cerca de ahí, así que tener que viajar de donde yo vivo, al hotel y después al aeropuerto será una excursión en verdad. —Vamos—digo mientras abro la puerta del auto y ella se sube. —Gracias, qué amable—dice ella y me guiñe un ojo. Me subo y arranco el auto sin preguntar nada y manejo sin mirarla. Cuando conocí a Sam hace años atrás era una de las chicas en la que más
[DIEGO] La culpa es demasiado grande mientras bajo por el elevador para atravesar el lobby e irme de aquí. El sabor de los labios de Valle, afortunadamente no desaparece de los míos, pero aún puedo sentir los de Sam, la presión de los suyos es una sensación que ya no quiero sentir. Le entregó el boleto al chico del Valet parking y espero ansioso a que me traiga el automóvil, no quiero darle tiempo a Sam de bajar y armar un escándalo aquí. De pronto, agradezco no ser reconocido y poder estar a solas con mis pensamientos, una de las ventajas de vivir aquí es el anonimato que me ha permitido ser un poco más libre al caminar y sobre todo para amar a Valle. «¿Le digo lo que ha pasado? ¿Se lo escondo? ¿Lo ignoro?» Las preguntas se acumulan en mi cabeza y sólo puedo sentirme terriblemente mal. Pude haber confiando en mi instinto y quedarme en el lobby, pero no lo hice. El chico del parking me entrega las llaves y de inmediato me subo al auto, de pronto tengo la nostalgia de no tener am
[DIEGO]Lo primero que veo al llegar es a Valle mostrando su vientre a su Tía Maria Luisa y sé que esa imagen no se me olvidará nunca en la vida, con esos leggins imitación piel y una blusa un poco más larga que cubre lo necesario, mi esposa se ve guapísima y no hago más que sonreír. Me acerco a ella y después de saludar a su tía, la abrazó y le beso la frente. Ella se aleja de mí y me ve a los ojos —¿Te besó cierto?— y mi cara es más de asombro que de sorpresa. — Sí — suspiro y me siento completamente aliviado —¿Cómo lo supiste? — Averiguo. — Diego, crecí con hermanos, conozco esa cara como la palma de mi mano— ella acaricia mi barba y me provoca cosquillas —Pero quiero pensar que pusiste las cosas en su lugar ¿cierto? —— Sí— le vuelvo a decir, no sé qué más puedo responderle. — Topi, yo confío en tí pero recuerda que te conozco mejor y no necesito advertirte, pero si descubro que me mentiste me voy a ir y no voy a regresar, no estoy dispuesta a pasar otra situación como la de
[VALLE] — ¡Es una niña!— gritamos Diego y yo al mismo tiempo en el restaurante en frente de toda mi familia y empleados. — ¡Lo sabía!— grita mi madre y se acerca y abraza a Diego primero mientras mi padre me abraza a mí —Felicidades mijo— le dice mientras le abraza de nuevo. — Gracias señora— contesta feliz y mis hermanos se acercan a él y también le abrazan. Mi madre se acerca a mí y pone sus manos en mi vientre que ya no se puede esconder más, mi nena crece y ya necesita más espacio —La bebé se llamará Emma, como nana— le susurro a mi madre y ella sonríe —Me encanta, Emma es bonito. Diego se acerca a mí y me abraza —¿Ya le dijiste a tu madre lo del viaje a Nueva York?— Mi madre me ve extrañada con ganas de saber más —Espera, se los digo a todos.—Comento — tenemos otra noticia— les digo a todos llamando la atención. — ¡Gemelos!— grita Valente provocando la risa de todos. — No, en la Familia D’Angelo Sandoval vamos uno a uno, no de a dos— le digo y valente se ríe —Hem
[VALLE]Parece ser que Emma nos toma la palabra porque camino a Nueva York va más inquieta que nunca, no sé si es el movimiento del avión o porque al igual que nosotros va feliz. Voy hablandole y ella se mueve en respuesta causándole gracia a Diego. — Creo que Emma tiene tu carácter ¿eh?— me comenta mientras pone la mano sobre mi vientre — ¿Ya quieres llegar mi amor? — le dice y ella se mueve. — Parece que hemos inventado un código para comunicarnos con ella, espero podamos entenderla igual cuando ya esté en nuestros brazos.— — ¡Espero! Porque hasta ahora no he logrado entender a las mujeres de mi vida— me bromea y yo lo observo con cara de pocos amigos. — Eso es mentira y lo sabes, a mi me entiendes bastante bien. — Difiero. — Trato, porque a veces no puedo— se defiende. Nos reímos parte del camino y cuando por fin anuncian la llegada a Nueva York, ambos nos bajamos del avión deseosos de llegar al hotel y descansar unos minutos antes de ir a ver el lugar. El fin de semana e
[DIEGO]El primer día en Nueva York pasa rápido, pero no en vano. Después de cerrar el trato en la nueva Casa Sandoval, Valle y yo vamos a Greys Papaya's a comer unos deliciosos y legendarios hot dogs de los que estoy enamorado. Valle se ha comido ahora dos porque dice que son tan únicos que sabe que no probará otros así en ningún otro lado. Caminamos de la mano por Broadway y nos tomamos miles de fotos en frente de los letreros y después de decidir en cuál salgo mejor la subo a instagram generando la reacción automática de quienes me siguen. Al caer la noche y observar las luces de Manhattan, decidimos regresar al hotel y dormir, definitivamente dormir, ya que el cansancio es tan grande que ahora si no tenemos ganas de nada. Mientras Valle se pone su pijama habitual, yo sigo leyendo los mensajes en las redes y les doy "me gusta" a algunos, no cabe duda que pueden ser muy creativos con los comentarios que dejan. — ¿En algún momento le dirás a la gente de la empresa que estoy emba
Abandonamos el hotel y mientras vemos como Manhattan se aleja Valle me abraza y se queda dormida en el recorrido hacia el aeropuerto, parece que tanto caminar le ha pasado la cuenta. La acomodo bien entre mis brazos y beso su frente. Mi instinto de protección se ha vuelto bastante alto desde que estoy casado con ella, y mucho más ahora que nuestra pequeña viene en camino. Al llegar al aeropuerto la despierto y mientras bajo las maletas, ella va al baño, y luego regresa con un rostro de cansancio que me preocupa—No amor, sólo caminamos mucho — me dice en tono tranquilo — Ahora que el avión despegue, descanso un poco y ya está. Después de unos momentos, y de que ella haya ido como más de cinco veces al baño, por fin subimos al avión para acomodarnos y descansar. Esperamos tranquilos sentados hasta que el capitán anuncia la salida de nuestro vuelo —Extraño a beni— le digo tierno mientras le ayudo a acomodarse el cinturón de seguridad. — Estoy seguro que beni también te extraña a
El trayecto al hospital se me hace eterno, no sé cuánto tardamos de viajar del piso para acá, el tiempo se ha detenido y sigo sin entender qué pasa. De pronto las puertas se abren y de inmediato bajan a Valle, millones de preguntas surgen en mi cabeza y al verla completamente inconsciente delante de mí mientras la meten a urgencias es algo que mi mente no logra comprender, hace horas estaba bien, ahora ya no. Escucho miles de indicaciones que se dan entre los doctores y yo sólo camino detrás de la camilla sin perderla de vista ¿sigue respirando? ¿Seguirá viva? ¿Mi hija sobrevivirá? ¿qué pasa si pierdo a ambas hoy? Meten a Valle a un pequeño cuarto y observo en cámara lenta como le ponen sondas y encienden monitores, el silencio de mi mente se interrumpe. — ¿Usted es el esposo?— escucho la voz del doctor. —Sí— respondo rápido —No le voy a mentir, su esposa viene muy grave y se deben tomar medidas drásticas en este momento.— Indica. Valente se encuentra a mi lado «¿Cuando llegó? N