[Diego] Puedo sentir las manos de Valle acariciando mi pecho por debajo de mi playera provocando que todos mis sentidos se alarmen y me hagan querer más. Esta vez ni hemos llegado a la cama, simplemente me dejé caer sobre el sofá y ella se sentó sobre mí para besarme lentamente con ese sabor a miel de sus labios, del que ya soy adicto. Las manos recorren de abajo hacia arriba y después desaparecen un poco en mi cuello mientras yo la acerco a mí y puedo sentir su pequeño vientre. —Te amo Valle—le digo entre besos mientras comienzo a desabrochar el blusón que se puso este día y dejo al descubierto esa hermosa lencería que siempre me toma por sorpresa. La de hoy es de color negro, se le ve tan sensual ese sostén que no dudo en besar sus pechos. Sí, sé que Sam dice que he cambiado, pero sé que lo he hecho para bien. Con Valle, por primera vez, en todo este tiempo me siento tranquilo, sin ansiedad, amado, ella se ha encargado de hacer lo último a su manera que, hasta ahora ha sido la me
[Diego]—¿Crees que la playera ya cumplió su cometido?— le digo a Valle en voz baja, a la luz tenue de la luna que apenas entra por la ventana de la sala. —No lo sé, necesito tener otra conversación con ella, creo que no respondió todas mis preguntas— contesta Valle coqueta. La beso en la frente y luego llevo mi mano hacia su vientre—¿Cuándo empezará a moverse? —le pregunto al oído y ella se mueve tiernamente al sentir mi aliento sobre su cuello —Pronto, tal vez aún duerme—bromea—tal vez deberíamos despertarlo y pedirle que se mueva—me dice tierna— Ups, ya empieza a moverte, es hora—le susurra. —Tal vez en alguna de mis pláticas matutinas se mueva— le digo mientras vuelvo a besarle la oreja—Corazón, necesito hablar contigo. —Lo sé, lo sé, Sam —me contesta de inmediato —¿pero tiene que ser mientras estamos desnudos? —yo me río. —Podemos hacerlo mientras preparo unos panqueques, ¿qué te parece? —Me encantaría, chef D’Angelo— bromea. Nos paramos del sofá y antes de irnos a la habi
[Valle] Parece ser que la plática entre "Ups" y Diego funcionó, ya que hoy en la mañana me desperté de inmediato al sentir un pequeño movimiento dentro de mí. —¡Topi!— le digo mientras pongo las manos sobre el vientre y lo siento—¡Ups se mueve! — expreso emocionada y él se despierta casi de un salto y pone inmediatamente las manos sobre mi vientre. —No siento nada— me dice preocupado. —Tal vez si le hablamos —propongo —Ups, es mamá— le digo tierna. —Ups, si nos escuchas muévete, si no, no te muevas—comenta Diego y volteo a verlo con cara de pocos amigos. —¿Es en serio?—Podría funcionar, ¿no?— bromea. Nos quedamos un rato así, los dos con nuestras manos sobre el vientre, pero Ups sigue sin moverse, tal vez sólo fue mi imaginación y las ganas de sentirle. —Tal vez si le cuentas los planes de llamar tu vino como el gato—bromeo. Ahora es él quien me ve con cara de pocos amigos—Podría funcionar, ¿no?— y ambos comenzamos a reírnos cuando, de pronto, los dos sentimos el movimiento
[Diego] Aún estoy un poco confundido con lo que me dijo Valle, pero tiene razón, creo que debo poner las cosas en claro antes de que esto continúe. Valle es mi esposa y Sam debe entender que mi vida personal es mía y que la que ella conoce es la profesional, ahí sí desea puede opinar y decir lo que se le pegue la gana. —¿Dónde está tu maleta Sam?— le pregunto y ella se ríe. —Lo siento, como no sabía si aceptarías o no la dejé en mi cuarto de hotel ¿Podemos pasar por ella? Creo que mi cara es obvia ya que el semblante de ella cambia. El hotel de Sam está justo en el Centro de San Diego, y el aeropuerto no queda tan cerca de ahí, así que tener que viajar de donde yo vivo, al hotel y después al aeropuerto será una excursión en verdad. —Vamos—digo mientras abro la puerta del auto y ella se sube. —Gracias, qué amable—dice ella y me guiñe un ojo. Me subo y arranco el auto sin preguntar nada y manejo sin mirarla. Cuando conocí a Sam hace años atrás era una de las chicas en la que más
[DIEGO] La culpa es demasiado grande mientras bajo por el elevador para atravesar el lobby e irme de aquí. El sabor de los labios de Valle, afortunadamente no desaparece de los míos, pero aún puedo sentir los de Sam, la presión de los suyos es una sensación que ya no quiero sentir. Le entregó el boleto al chico del Valet parking y espero ansioso a que me traiga el automóvil, no quiero darle tiempo a Sam de bajar y armar un escándalo aquí. De pronto, agradezco no ser reconocido y poder estar a solas con mis pensamientos, una de las ventajas de vivir aquí es el anonimato que me ha permitido ser un poco más libre al caminar y sobre todo para amar a Valle. «¿Le digo lo que ha pasado? ¿Se lo escondo? ¿Lo ignoro?» Las preguntas se acumulan en mi cabeza y sólo puedo sentirme terriblemente mal. Pude haber confiando en mi instinto y quedarme en el lobby, pero no lo hice. El chico del parking me entrega las llaves y de inmediato me subo al auto, de pronto tengo la nostalgia de no tener am
[DIEGO]Lo primero que veo al llegar es a Valle mostrando su vientre a su Tía Maria Luisa y sé que esa imagen no se me olvidará nunca en la vida, con esos leggins imitación piel y una blusa un poco más larga que cubre lo necesario, mi esposa se ve guapísima y no hago más que sonreír. Me acerco a ella y después de saludar a su tía, la abrazó y le beso la frente. Ella se aleja de mí y me ve a los ojos —¿Te besó cierto?— y mi cara es más de asombro que de sorpresa. — Sí — suspiro y me siento completamente aliviado —¿Cómo lo supiste? — Averiguo. — Diego, crecí con hermanos, conozco esa cara como la palma de mi mano— ella acaricia mi barba y me provoca cosquillas —Pero quiero pensar que pusiste las cosas en su lugar ¿cierto? —— Sí— le vuelvo a decir, no sé qué más puedo responderle. — Topi, yo confío en tí pero recuerda que te conozco mejor y no necesito advertirte, pero si descubro que me mentiste me voy a ir y no voy a regresar, no estoy dispuesta a pasar otra situación como la de
[VALLE] — ¡Es una niña!— gritamos Diego y yo al mismo tiempo en el restaurante en frente de toda mi familia y empleados. — ¡Lo sabía!— grita mi madre y se acerca y abraza a Diego primero mientras mi padre me abraza a mí —Felicidades mijo— le dice mientras le abraza de nuevo. — Gracias señora— contesta feliz y mis hermanos se acercan a él y también le abrazan. Mi madre se acerca a mí y pone sus manos en mi vientre que ya no se puede esconder más, mi nena crece y ya necesita más espacio —La bebé se llamará Emma, como nana— le susurro a mi madre y ella sonríe —Me encanta, Emma es bonito. Diego se acerca a mí y me abraza —¿Ya le dijiste a tu madre lo del viaje a Nueva York?— Mi madre me ve extrañada con ganas de saber más —Espera, se los digo a todos.—Comento — tenemos otra noticia— les digo a todos llamando la atención. — ¡Gemelos!— grita Valente provocando la risa de todos. — No, en la Familia D’Angelo Sandoval vamos uno a uno, no de a dos— le digo y valente se ríe —Hem
[VALLE]Parece ser que Emma nos toma la palabra porque camino a Nueva York va más inquieta que nunca, no sé si es el movimiento del avión o porque al igual que nosotros va feliz. Voy hablandole y ella se mueve en respuesta causándole gracia a Diego. — Creo que Emma tiene tu carácter ¿eh?— me comenta mientras pone la mano sobre mi vientre — ¿Ya quieres llegar mi amor? — le dice y ella se mueve. — Parece que hemos inventado un código para comunicarnos con ella, espero podamos entenderla igual cuando ya esté en nuestros brazos.— — ¡Espero! Porque hasta ahora no he logrado entender a las mujeres de mi vida— me bromea y yo lo observo con cara de pocos amigos. — Eso es mentira y lo sabes, a mi me entiendes bastante bien. — Difiero. — Trato, porque a veces no puedo— se defiende. Nos reímos parte del camino y cuando por fin anuncian la llegada a Nueva York, ambos nos bajamos del avión deseosos de llegar al hotel y descansar unos minutos antes de ir a ver el lugar. El fin de semana e