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[Valle]En Buenos Aires hace demasiado calor para mí, aunque creo que la ropa que traigo para este viaje no ayuda mucho, así que planeo comprarme ropa más adecuada para sobrevivir este paseo y algo de bloqueador solar. He notado que Diego también aquí es diferente, es más reservado, precavido, en pocas palabras más tenso, tal vez porque la vorágine de la gran ciudad lo lleva a ser así. He tratado que esa tensión no me afecte, pero después de algunas cuadras caminando y "huyendo" en cierta manera de quienes lo reconocen y los encuentros, vuelvo a sentir esa sensación que tuve cuando se anunció mi matrimonio con él. Me siento en una de las bancas que se encuentran en el parque y trato de controlarme.— ¿Estás bien corazón? — me dice Diego, preocupado.— Sí, solo tengo mucho calor—miento.Él me abraza, por primera vez en este paseo él se atreve a hacerlo sin que le importe quién está alrededor.— ¿Qué te pasa Valle?, ¿es algo que hice?—me pregunta en un susurro. — No, no, esta vez soy yo
[DIEGO] Sé que mi esposa tiene carácter, y eso lo he sabido desde el día uno. Vuelvo a repetirlo, cuando digo que Valle es fuego, es porque lo trae por dentro y eso me gusta, pero de pronto verla de esa manera me ha alertado un poco. He leído el contrato anteriormente y no me ha parecido mal. Sin embargo, el ver que a Valle no le ha agradado nada, me ha hecho dudar. Voy a buscarla a la terraza, sé que está molesta y que simplemente quiere un poco de espacio para respirar. También sé que no es normal que esté teniendo ataques de ansiedad y es porque las cosas están pasando muy pronto y que tal vez se nos ha pasado sentarnos a platicar en serio sobre todo lo que está alrededor de mí. — Corazón — le susurro al oído mientras la abrazo por atrás — sé que estás molesta y lo entiendo. — ¿En verdad lo entiendes? — me dice ella seria. — Te juro que sí, y tienes razón, tal vez ese contrato es para alguien del medio, pero no para ti y te agradezco por haberlo firmado. Ahora, eso de la confia
[DIEGO]Apenas llegamos al piso, Valle se cambia de ropa inmediatamente, parece ser que el calor no es muy buen aliado de mi mujer y necesita en verdad ropa muy ligera para poder andar por la calle sin quejarse. Por lo mientras, yo siempre estaré dispuesto a ayudarla no solo a entrar en calor, si no a refrescala cada vez que me lo pida.Valle sale del cuarto con unas bermudas y una remera básica de color blanco. El conjunto se amolda perfectamente a su cuerpo que hace que todo se vea tan marcado sin dejar nada a la imaginación. Nota mental para mi: nunca dejar a Valle salir con esas bermudas a la calle. De pronto, con sólo imaginar esa escena empiezo a ponerme un poco celoso. Sí, mi esposa tiene un trasero fenomenal pero, ahora, es completamente mío. Ella se acerca a la cocina y comienza a tomar agua con hielos. Me encanta que de un día a otro ya se siente cómoda en el piso, como si hubiera vivido aquí antes. Llena de nuevo el vaso con hielos y vuelve a vertir más agua en él.
(De camino a Mendoza) [Diego]Entonces allá voy para mi bella Mendoza, con mi hermosa esposa que sé está muerta de miedo aunque no me lo dice. Desde muy temprano por la mañana, mientras yo fingía dormir, se levantó de la cama y salió a la sala, esta vez no la seguí, creo que necesita un momento a solas. La comprendo aunque ella piense que no, está asimilando una nueva vida, mi vida, y no se parece nada a la suya. Ella es más libre y de pronto siente que la encerré en una jaula de oro, pero sé que pronto la hará suya y que nunca tendré que ponerle llave. Cuando sé que ya ha pasado un tiempo me levanto, el olor a café también me ha atrapado así que salgo de la habitación. Valle se encuentra sentada en el sillón que da a la ventana mientras toma una taza de café mientras lee uno de los libros que tenía en el librero. al verme me sonríe y hago lo mismo. Es increíble como te acostumbras tan rápido a detalles como esos, una sonrisa, un te amo antes de dormir o simplemente todo lo que hac
[DIEGO]Mi familia es increíblemente pequeña comparada con la de Valle y la dinámica es completamente diferente. Somos un clan, nos conocemos todos, nos apoyamos y nos comunicamos fácilmente. Por parte de ella, su familia es un poco más alegre por así decirlo, hay más opiniones, diferentes situaciones y mucho más entretenida, por lo que una reunión familiar puede convertirse fácilmente en una fiesta. De cierta manera, son polos opuestos. Así que la llegada de Valle a mi familia es un acontecimiento muy importante, no sólo porque es mi esposa sino porque llega a las vidas de todos sin saber nada de ella, sólo su nombre y su profesión, así que la curiosidad está a tope. Entramos a la casa de mis padres y lo primero que ve Valle, es la infinidad de libros y se acerca a ellos para ver las portadas, en este momento mi familia no está, así que puedo tranquilamente darle un tour por la casa. Recorremos la sala, la cocina, las fotografías, y mientras que las ve, empieza a pregunta
[Valle] Si me hubieran dicho que me casaría con un argentino y estaría pasando navidad en este país, me hubiera reído. No es que no aspirara a más en cuestión de amor pero a un hombre como Diego, sólo en mis fantasías más lejanas. Lo observo mientras conversa con su familia y me encanta lo que veo. Es divertido, menos estresado, bromea y sus hermanos son geniales. Puedo decir que su hermano Miguel es un poco más reservado, pero ver cómo lo molesta es de verdad divertido. — ¿Y a ti te molestaban tus hermanos?— me pregunta su hermana. —Todo el tiempo — le respondo y bebo un poco de vino – Soy la menor y la única mujer así que eso siempre estaba a la orden. Con el tiempo aprendí a defenderme y a hacer alianzas. Una vez pacté con mi hermano Rodrigo para que fuera mi espía y me avisara el siguiente paso de mis hermanos. Mi pago era tender su cama durante 3 meses, al final de cuentas no sirvió mucho porque volvió a pasarse de su bando, así que otras medidas tuvieron que hacerse.— —
[DIEGO]Llegamos un poco más tarde de lo que pensé, entre el calor, la cena y el cansancio, Valle ha entrado por la puerta de la habitación, se ha quitado la ropa y puesto la típica camiseta que siempre viste para dormir. Todo lo ha hecho tan natural que no se ha dado cuenta de que la observo. Me gustan todos los rituales que hace, desde cepillarse el cabello hasta entrar entre las cobijas. Ya no se siente extraño el despertar junto a ella, al contrario, si no está, puedo sentir el vacío que deja. Entro al baño para prepararme para dormir, cuando salgo puedo ver que ya se encuentra recostada sobre la cama, ella duerme justo del lado que yo no duermo y con la misma cantidad de almohadas que a mi me gusta. Valle es más que perfecta para mí, aunque a veces siento que no se la cree del todo. Me meto entre las sábanas y ella se acerca a mí. Besa mi pecho y luego se recarga. Ese también se ha vuelto un ritual. Paso mis manos sobre sus brazos y siento que está fría —¿Por qué siempre estás
[VALLE]Nunca pensé que fuera de las personas que causaran algún tipo de impacto mucho menos que llegarían a estar bajo el ojo del público o ser la mujer ideal de un empresario como Diego. Sin embargo, al sentir los besos de semejante hombre como mi esposo, doy por hecho de que vivo en un sueño, del cual no deseo despertar. Ver su cuerpo bajo la luz tenue de la habitación y escuchar con esa voz suave que me ama y que le vuelvo loco se me hace algo surreal. Me acaricia con sus hermosas, largas y grandes manos. Recorre mi cuerpo aprendiendo cada rincón y besa los que más le gustan. No puedo dejarme llevar por todo lo que siento, a veces me pasar por la mente que debo vivir todo esto ahora porque posiblemente mañana ya no esté. —Diego—le susurro. Las sábanas que nos cubrían han desaparecido de la cama y ahora nuestros cuerpos desnudos son los que quedan sin nada más. Él ha empezado a besando mi boca y ha bajado lentamente hacia mi vientre y más allá. Él sigue jugando con su lengua si