Dos meses despues... el par de farsantes, si así se les podía llamar, parecían llevarse mejor.
_ ¡Excelente Roderick, has abierto una puerta difícil!
_ No seas tan modesta querida, tú también hiciste tu parte, eres muy carismática - comentó orgulloso- Pero no celebremos aún, el acuerdo se firma la próxima semana y Menzies está furioso, debemos estar alertas.
_ Repite eso- le pidió con una sonrisa maliciosa.
_ Menzies está furioso.
_ ¡Oh sí, música para mis oídos! ¡Ese desgraciado jamás pensó que su propio padre, aceptaría asociar las empresas durante esos dos
Muy contrario a lo que deseaba hacer en ese momento, Menzies encendió su auto y se marchó en silencio. Mientras tanto, Deborah seguía besando a su compañero, quien correspondía a cada uno de sus movimientos con agrado, pero luego de unos instantes, la joven se detuvo. _ ¿Qué está haciendo Menzies? -preguntó luego de recobrar el aliento, pero aún cerca del rostro de Roderick. _ Se fue de aquí - dijo sin desviar su mirada de los bellos ojos de su compañera. _ ¿De verdad? - sonrió con malicia- ¿Viste su cara? ¿Cómo reaccionó? -preguntó emocionada. _Olvida eso por un momento - pidió con voz suave y susurrante. _ ¿Por qué? Quiero saber si… Roderick volvió a besar a su amada, pero
Faltaba un día para la firma de documentos con MASAYF y aunque en AFYA ya todo estaba preparado con tiempo, había algo que no dejaba de inquietar al jefe y su gerente. _ Menzies ha estado muy tranquilo, eso no me gusta nada, Roderick. _ A mí tampoco -se cruzó de brazos. _ ¿Qué puede estar pasando? _ Si está tan relajado, solo significa que ya hizo su movimiento. _ Lo extraño es que hemos estado al tanto de todo lo que ese tipo hace y hasta ahora no ha hecho ni una sola cosa sospechosa… ¿Crees que haya logrado convencer a su padre? -preguntó preocupada. _ Lo dudo, los medios saben que él no está de acuerdo con su decisión, no va a interferir de una manera tan directa. A
Mientras atendían a Roderick en la clínica por caso de emergencia, Deborah se encontraba sentada en la sala de espera con ambas manos agarrando su cabeza… la joven intentaba dejar el estrés a un lado y pensar en lo que acababa de ocurrir porque no podía entenderlo del todo. _ Tome un té y trate de calmarse, señorita -escuchó Deborah y al subir la mirada vio una taza humeante frente a ella. _ Oh gracias -tomó la taza en sus manos- ¿Y usted es? - preguntó con voz suave y ojos apesadumbrados. _ Solo una enfermera que no pudo ignorar su angustia, espero no ser inoportuna. _ No, todo lo contrario -le sonrió y olfateó el delicioso aroma de la infusión. La manzanilla me hará bien para calmarme, tengo que analizar ciertos asuntos -suspiró. Cuando Deborah iba conduciendo de regreso a la clínica, la prensa le venía pisando los talones, pues luego de firmar los documentos, los periodistas entrevistaron al señor Fletcher y les dijo que Friedrich estaba en la Clínica Becker por problemas de salud delicados._ ¡Ah, genial! Como si mi preocupación por Roderick no fuera suficiente, ahora también tengo que lidiar con los medios -se quejó molesta.Una vez más, la joven empleó sus habilidades de conductora estrella para sacarle ventaja a quienes la seguían, estacionó el auto y justo cuando entró en la clínica, su mejor amiga la abordó de inmediato, pero no sin antes darle un abrazo._ ¡Oh Debbie, debiste haberla pasado terrible con lo que le pasó Un feliz despertar
A la mañana del día siguiente, como era su costumbre, Rossetti se había sentado en el sofá de su casa para ver las noticias mientras tomaba una taza de café humeante. Pero cuando encendió la televisión y escuchó lo que decía la reportera, la taza resbaló de sus manos haciéndose añicos… la joven italiana había perdido el color y un par de lágrimas rodaron por sus mejillas._ ¿Pero qué he hecho? -dijo con un halo de voz- Fue mi culpa por creer que él había tomado Zerogrip… casi lo mato, por poco asesino a mi Rodik -sollozó- ¡Oh Dios, si se entera nunca va a confiar en mí de nuevo, no va a perdonarme esto! ¡¿Qué debo hacer ahora?! - se llevó las manos a la cabeza.Mientras t
En la mañana del día siguiente, antes de salir de su casa para ir a la oficina, Deborah recibió la visita de su amiga Agustina, quien también estaba preparada para irse a trabajar, pero no se veía nada contenta. _ ¿Tina? ¿Por qué esa cara tan seria a estas horas? ¿Qué ocurre? _ ¿Es cierto que AFYA y MASAYF firmaron una alianza? -frunció el ceño. _ Demonios, con lo de la intoxicación de Roderick, olvidé por completo que Agustina se enteraría del asunto de la firma por las noticias -pensó. _ ¿Por eso fue que me llamaste? ¿Para poder firmar el acuerdo con ellos? - su voz transmitía enojo y asombro. _ Sí -respondió sin rodeos. _ No puedo creer que me usarás así para conseguir lo
De pronto la puerta de la oficina de Roderick chocó contra la pared tras haber sido abierta con un fuerte empujón. Pero si eso no llamó la atención de los empleados cercanos, sin duda lo haría Rossetti, quien casi cae al piso por el impulso. La joven había salido devastada, estaba empapada en llanto y sus sollozos no eran para nada discretos. Todos vieron como a prisas recorría los pasillos y se llevaba por delante a aquellos que estaban en su camino, pues en ese momento, a ella nada le importaba por estar inmersa en su dolor. _ Uau, ¿vieron eso? -comentó con los ojos bien abiertos. _ Sí y no lo puedo creer -negó con la cabeza. _ ¿Qué le pasó a Rossetti? - pregunto preocupado. _ No sé, se veía muy mal - se cruzó de
Roderick se encontraba un poco inquieto mientras pensaba en su viaje de negocios, él sabía que debía asistir para cerrar un trato, pero sentía que si se iba, algo malo sucedería en su ausencia y eso lo hacía sentir incómodo. Los minutos pasaban, pero el joven apenas podía concentrarse en lo que hacía. Algo molesto se puso de pie y comenzó a ir de aquí para allá en la oficina, pensando en posibles soluciones, pero se detuvo en seco cuando alguien tocó la puerta. _ ¿Puedo pasar? -preguntó con educación. _ Adelante -sonrió el empresario al escuchar la voz de su amada. _ Roderick, aquí tengo el plan logístico de expansión y el reporte de rendimiento de operaciones. _ Oh, sí… déjalos en mi escritorio.