03. Medía Noche

ENCONTRÉ EL AMOR 

CAPÍTULO 03

MEDIA NOCHE

Con varias copas de vino en la cabeza es difícil estar en todos tus sentidos. Prácticamente siempre nos volvemos locas cuándo estamos borrachas hasta el tope de no saber en dónde estamos, tanto que al día siguiente no sabemos nada.

Nos sentamos en la cama cada una con su copa medio vacía, mientras hablamos por un largo tiempo, hasta que recuerdo lo que sucedió en el día de hoy —me terminó— es lo único que recuerdo en estos mismísimos segundos. Me coloco en una súper tristeza en el momento en el que esos recuerdos llegan a mi cabeza, causándome un llanto desconsolado, solo lo necesito a él a nadie más, esto provoca que mi amiga se coloque un tanto triste al verme de esta forma por lo que ella siempre tratara de hacerme sentir mejor o soltar una pequeña sonrisa, por lo que con un tono de burla me dice —Inundarás mi cuarto con tanta lloradera— Y no es que quiera estar así, solo que se ha ido el hombre de quien estoy enamorada y siento que no lo soporto. —Solo debes superarlo, así sea de a poco— me dice mi mente tan fragante y me respondo a mí misma —Si fuera tan fácil de hacer— pero mi subconsciente tan empoderado responde —Es difícil sí, pero no es imposible de hacer— Tal vez tenga razón pero en estos momentos no lo creo.

— ¡No seas mala conmigo!— Compréndeme, yo no tengo relaciones amorosas como las tuyas, le digo con un poco de rabia a Isabella por decirme que inundare su cuarto, como si yo quisiera estar así.

—Por qué dices esas cosas tan locas. Muy bien sabes que siempre te comprenderé, que estaré para tus sonrisas y tus llantos, para secarte cada una de tus lágrimas, ser tu pañuelo de consuelo, así que no te exaltes de esa manera porque allí si me enfadaré contigo.

—Lo sé, de verdad lo lamento no debí comportarme así contigo, no era lo más adecuado y si te entiendo perfectamente, por alguna razón somos mejores amigas.

—Para eso estamos las amigas ¿No crees?

—Sí, así es para eso estamos. Tú para mí y yo para ti. ¡Siempre juntas!

—Siempre juntas, pero como que ya es tarde señorita Aisha desconsolada.

Luego de terminar la botella decidimos ir a dormir para no pensar en tantas locuras que me hacen daño.

—Hasta mañana, descansa ¡llorona!

—Descansa, Isabella y no soy llorona solo paso por un mal momento. ¿Recuerdas?

Al día siguiente.

Ya amaneció. Abro los ojos y me molesta la luz, pero tengo un dolor de cabeza que no soporto.

Tenía mucho tiempo sin beber ¡Que horrible! No lo volveré a hacer —Estoy segura que lo volveré hacer, pero hacerme la digna y orgullosa es mi pasión—¿Qué hora serán? —Me pregunto a mí misma, ya que me encuentro sola en esta habitación.

— ¡Vaya! pero si ya abrió los ojos la niña que se hace parecer a la bella durmiente. Aquí te traigo un café bien recargado, y ver si así te puedes levantar de esa cama, porque no te soportaré todo el día quejándote aquí en mi casa.

—Cómo siempre tú. Estas ayudas tuyas son a regañadas, y así no me gustan, sé más amable.

—Ya deja el sentimentalismo de niña pequeña. Más bien baja a desayunar que ya es tarde no valla ser que tu madre llegue y no te encuentre al levantarse e irse de su casa como cada día, si no estoy mal tienes cosas que hacer o me estoy esquivando y supongo que no le avisaste cuando saliste adónde ibas ¿Verdad?

—Menos mal que es sábado, ósea te imaginas ir a la escuela con esta cara de estar muerta en vida, eso sería lo peor. 

—Pues sí, pero que se le podría hacer nada verdad. Ahora mueve tus nalgas de mi cama y baja a desayunar para que te bañes y te vayas o al revés, primero te bañas y luego desayunas. Tú verás que hacer primero es decisión tuya pero ándate para que no te andes quejando más tarde conmigo de que no te alcanzo el tiempo.

—No te preocupes ya me voy a bañar, apenas termine bajo a desayunar además tengo muchas cosas que hacer en la casa, especialmente hoy que mi mamá se pasará el día en casa de mi tía Liliana que tenían varios días sin verse y tú sabes cómo son ellas de unidas.

—Que pereza tu día yo me iré a piscina con mis primos por lo que no trates de contactarme como hasta después de mediodía.

—Bueno disfruta de esa piscina. 

Acabo de ver un mensaje de mi madre —Aisha, te toca limpiar la casa, te preparas tu almuerzo, no te olvides de lavar tu ropa. Te quiero hija, cuídate mucho no creo regresar hoy, puede que me quede donde tu tía, besos— Tan linda mi madre me deja una cantidad de tareas, y se va como si nada y para colmo piensa regresar mañana, que aburrido.

Tome el baño y al terminar bajé a desayunar, cuando termino todo busco las llaves del auto y me voy a casa. Tengo tanto que hacer y que pensar, más que todo lo que pasó con David que necesito unir las piezas y poder entender que pasó con exactitud, será que lo obligaron a cumplir algún tipo de reto y termino haciéndome esta broma tan pesada, sinceramente quiero insistirle hasta lograr saber el por qué me terminó.

Entro a mi auto y me coloco el cinturón de seguridad, enciendo un poco de música para ambientar y cuándo estoy avanzando el camino escucho sonar mi celular, busco un lugar en donde estacionarme por un momento y poder contestar la llamada, al estacionarme busco mi celular y al encontrarlo y ver la pantalla para ver quién es la persona que me llama, pero al ver su nombre me sorprendo —¡Es David!— no pensé que de verdad fuera a llamarme tan pronto, habrá pasado algo o ya se arrepintió de todo y quiere arreglar las cosas o le pondrá un punto más definitivo a todo lo de ayer.

—Aisha, ¿estás ahí? 

—Sí, si aquí estoy que ocurre.

—Oye no puedo hablar mucho pero me gustaría hablar contigo.

—Hablar sobre qué no entiendo, tú fuiste quien terminó todo.

—Sí, lo sé perfectamente es por eso que te llamé.

—Bueno, que quieres que hagamos entonces, te escucho.

— ¿Podemos vernos? —Le escucho decir, sin poder creerlo del todo, para que vernos no puede por llamada, pero aceptaré total no creo que me valla peor que ayer.

—Sí, claro ¿Cuándo nos vemos?

—Puedes hoy mismo.

—Sí, claro. ¿Te parece a las 03:00 Pm? Yo llego a tu casa si te parece.

—Sí, está bien. A las tres entonces ¡Adiós!

Y cuelgo la llamada en ese mismo instante y arrancó para mi casa de una, no hay tiempo que perder.

Autora: Yarenis Guzmán 

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