*Harper*Llegué a casa en medio de la noche y entré. Mis padres estaban dormidos. Subí las escaleras, agradecida de no tener que explicarles nada esa noche.Tampoco parecía que Oliver se hubiera dado cuenta de que me había ido todavía, porque no había tenido noticias suyas. No estaba lista para habl
—Oh, Harper, deberías salir conmigo esta noche. Piense en ello como una especie de bienvenida a casa. ¿Suena bien? —preguntó Shelly.—Sí, en realidad lo es —dije.Terminamos nuestra carrera y nos separamos para ducharnos y limpiarnos.Shelly pasó en su coche justo cuando se ponía el sol. Nos llevó a
*Oliver*Harper estaba ignorando mis llamadas. Al menos eso es lo que parecía. No tenía idea de lo que estaba pasando con ella. Pedí que se calmaran las cosas hasta que pudiera reparar mi relación con Jolee, pero no había sido mi intención que ella desapareciera por completo.Todos los días miraba l
La puerta principal se abrió y mi corazón dio un vuelco. Por un breve momento, pensé que podría ser Harper.—Estoy en casa —llamó la voz de Jolee desde el pasillo.Suspiré y tomé un trago de mi vaso. Jolee apareció en la cocina y me arqueó una ceja.—¿No es un poco temprano, papá? —ella preguntó.—¿
*Oliver*Jolee había estado encerrada en su habitación desde nuestra conversación esa mañana. Estaba en mi computadora terminando algunos contratos que necesitaba terminar antes de ir a ver a Harper. Todavía no podía comunicarme por teléfono, pero necesitaba hablar con ella, así que esto se haría en
—De verdad no me importa, Gia. Puedes hacer lo que quieras. Sé cómo borrar mis huellas y sé cómo contar una historia. Ahora, si no te importa, tengo cosas más importantes que resolver que lidiar con tu drama —dije. La acompañé hacia la puerta de mi oficina.Ella se cruzó de brazos y resopló. —¿Habl
*Harper*—Tal vez no debería haberme ido sin despedirme —dije. Estaba acostada en mi cama, colgando mi cabeza del borde del colchón como si fuera una chica de secundaria hablando por teléfono con su mejor novia.—¿Estás diciendo que te arrepientes de haberte ido? —preguntó Ellen.—No, en absoluto —d
—Tal vez podrías decir todas las cosas que me dijiste. Ya sabes, ¿las cosas que dijiste que desearías poder decirle? ella preguntó.Suspiré y jugué con la cortina, frotándola entre mis dedos. Estaba tan cerca. Podría bajar corriendo y hablar con él. Me había estado torturando por ignorarlo y ahora,