Olivia se miró al espejo, y no pudo evitar llorar, se sentía miserable, el hombre que ella amaba ni siquiera la había querido escuchar.«Juro que nadie, nunca nadie va a volver a lastimarme» dijo mirándose al espejo, limpio sus lágrimas y se quitó el vestido de novia que aún llevaba puesto.Caminó hasta el baño abrió el grifo y se metió bajo la ducha, le dolía el corazón, el alma, solo que no se dejaría derribar por un hombre que la había dejado sin ni siquiera escuchar.Tan pronto salió del baño Olivia tomó una de las toallas que había sobre una mesa, enredó su cuerpo en ella, lo secó y caminó de nuevo hasta la habitación tomó unos jeans que estaban sobre la cama se los colocó junto con una blusa no podía negar que estaba destrozada, aún así estaba asombrada los jeans y la blusa encajaba perfectamente en su cuerpo.Tan pronto estuvo lista Olivia salió de la habitación recogió su cabello y caminó de nuevo hacia la biblioteca donde estaban los dos hermanos Mancini organizando todo pa
Leonardo se rasco la cabeza, él no podía poner en peligro a Olivia, miró a Héctor, y asintió. Leonardo dió dos zancadas se acercó a Olivia, se inclinó y tomó a Olivia de la cintura y la colocó sobre sus hombros.—¡Leonardo, no!, ¡Bájame! —gritó Olivia, aunque sus gritos eran en vano, Leonardo se encargaría de protegerla, así que la llevaría hasta la segunda plata, y pondría a sus dos mejores hombres a cuidarla.Paula apenas podía respirar tranquila, la enorme explosión había hecho que su corazón por poco y se saliera de su pecho. Ella terminó de ponerse sus zapatos y salió de la habitación, solo para encontrarse con Leonardo cargando a una mujer sobre sus hombros.Héctor, venía detrás de Leonardo, el también debía colocar a Paula a salvó, por nada en el mundo permitiría que algo malo le sucediera.—¿Héctor qué está sucediendo? —dijo Paula al ver que él venía detrás del hombre que cargaba a una mujer en sus hombros.—Hermosa, ahora no tengo tiempo de hablar contigo, por favor ven conmi
Paula maldijo, una y otra vez, Olivia alzó su mirada, y vio como Paula maldecía, cosa que llamó su atención.—Creo que el encierro te está afectando, debes salir de aquí —dijo Olivia colocándose de pie, se giró dejando ver su espalda un poco descubierta.Paula abrió sus ojos al darse cuenta del lunar que Olivia tenía en su espalda, era igual al que ella tenía en su espalda. Paula negó rápidamente, definitivamente estaba alucinando.—¡Espera!, aunque no me gusta la idea de estar juntas, ¿se te olvida que no podemos salir de aquí? —dijo Paula.—No, voy a salir de aquí,¿Acaso no escuchas los disparos?, debo ayudar a Leonardo y a Héctor, así como ellos me ayudaron a mi —dijo Olivia, ajustando el arma, no sabía mucho, pero sabía muy bien a quien disparar si era necesario.—¡Espera!, antes de que salgamos de esta habitación quiero hacerte una pregunta —dijo Paula llamando la atención de Olivia.—¿Qué quieres saber? —respondió Olivia.—¿Dónde están tus padres?, ¿Tienes familia? —preguntó Pau
Liam había logrado desarmar a varios hombres, logrando llegar hasta la casa sin que nadie notará su presencia.—¡Así que los hermanitos Manzini, no piensan abrir la boca!, entonces me tocará actuar para que hablé —dijo Jackson.Héctor tensó su mandíbula, estaban en manos de Jackson, aún no sabía cómo había conseguido tantos hombres, logrado reducirlos en menos de nada.Liam se escondió detrás de una pared al escuchar la voz de Jackson. Héctor alcanzó a ver cómo Liam le hacía señas, así que asintió, debía entretenerlo y así Liam reduciría a Jackson.—Está bien no le hagas nada a mi hermano, te diré en dónde está Olivia —eiji Héctor.Olivia quien iba llegando escucho a Héctor decirle su paradero a Jackson, se detuvo, mientras Paula la miraba con intriga.—Vaya, así que por fin me dirás en dónde está mi princesa —dijo Jackson quitando su arma de la cabeza de Leonardo, quien estaba inconsciente.—Ella…ella se fue, no está con nosotros, fue a casa a hablar con Liam —dijo Héctor.Olivia arr
Los ojos de Liam, Leonardo y Héctor se desviaron hacia el hombre que ingresaba al salón con una de sus manos alrededor del cuello de Olivia.—¡pensé que nunca llegarías? —exclamó Jackson, con una reluciente sonrisa dibujada en su rostro.Liam tensó sus mandíbula, al igual que Leonardo, quien maldijo por no haberla cuidado mucho mejor.—¡Suéltala! —exclamó Liam.—¿Que rápido cambian los papeles!, ¡No! Es mejor que bajen sus armas, y no pongan resistencia, ella se irá conmigo, y ustedes perros malditos no harán absolutamente nada —exclamó Jackson.Apoyó sus manos en el bastón y caminó lentamente hacia Pablo, quién tenía a Olivia. Jackson alzó su mano y acarició lentamente la mejilla de Olivia.—¡Te odio! —dijo Olivia escupiendo el rostro de Jackson.—En cambio yo te adoro cariño, y por eso vendrás conmigo, ¡Eres mía!, siempre lo vas hacer!, y nada y mucho menos la sabandija de mi primo podrán hacer algo —exclamó Jackson.Paula salió detrás de ellos, con un palo en sus manos, su intenció
El sonido agudo de un disparo hizo que todos quedarán en completo silencio, mientras el cuerpo de Paula caía lentamente en los brazos de Héctor.Paula no dudó en correr al ver que Jackson iba a dispararle a Héctor, su amor hacia él era tan grande que no le importaba absolutamente nada.La bala se incrustó en el pecho de Paula, Héctor abrió su boca y no pudo controlar el grito agudo que desgarraba su garganta.—¡Paula mi amor responde! —dijo Héctor tomando suavemente el rostro de Paula.—Te amo, te amo, nunca lo dudes —dijo Paula casi en un sollozo.Olivia corrió y puso sus manos rápidamente en el pecho de Paula, quien sangraba demasiado, ella no podía contener sus lágrimas.—¡Vas a estar bien, te lo prometo! —dijo Olivia.Paula alzó su mirada, y sonrió cálidamente a Olivia.—Gracias hermanita —dijo Paula antes de cerrar sus ojos por completo.Olivia frunció el ceño confundida, oprimió aún más sus manos en el pecho de Paula, Héctor apenas podía controlar el llanto, ella había recibido
Liam tenso su mandíbula, quería ir detrás de ella, pero su abuelo lo había impedido, ahora él estaba detrás de un patrulla de policía, mientras Leonardo estaba con ella.Olivia no podía sacar de su mente las palabras de Paula, la había llamado “hermanita”, ¿Por qué la había llamado de esa manera?.Ella al igual que Héctor y Leonardo bajaron del auto y corrieron en busca de un médico.Las horas se estaban haciendo eternas, Héctor caminaba de lado a lado, y aún no sabían nada de Paula. Ella había perdido demasiada sangre, gracias al cielo y Olivia había podido donarle de su sangre. Olivia aún no comprendía como era posible, que ella dos tuvieran el mismo tipo de sangre —¡Olivia!, me gustaría llevarte a un hotel a descansar, recuerda que le donaste sangre a Paula y estás débil —exclamó Leonardo, ella se había quedado dormida en su hombro, realmente estaba agotada, no se iría de ahí, al menos no hasta saber que ella se encontraba bien.—¡No!, al menos no hasta saber cómo sigue ella —resp
Olivia caminó hasta estar cerca de la cama de Paula, quien la miraba con bastante curiosidad.—¡Gracias!, el médico me dijo que fuiste tú quien donó sangre para mí —dijo Paula lentamente, estaba débil, todo su cuerpo le dolía.—Era mi deber, y ahora que sé que estás mejor, es mejor que me retire —dijo Olivia, se giró y caminó hacia la salida.—¡Espera Olivia! No te puedes ir, debemos hablar —exclamó Paula.—¡Está bien!, tampoco quiero irme, al menos no, hasta que me digas por qué me llamaste hermanita? —preguntó Olivia, había retenido sus palabras por largo rato, solo quería una sola respuesta, y esperaba a que Paula le dijera.—Te llame así, por qué siento que eres hermana, la cuál perdí hace casi 15 años en un fatal accidente, mi padre falleció ese día, pero mi madre nunca se canso de buscarte, yo le prometí a ella que te buscaría, y creme que nunca descansé —exclamó Paula. Olivia abrió sus ojos como platos, arrugó su nariz y echó su cuerpo hacia atrás no comprendía todo lo que Pau