Capítulo 20 ¡Quédate! ¡Nos haces falta!Después de lo que le dijo a Andrea, Samantha se dirigió a la salida siguiendo a Matteo. Camino a su lado mientras salían de la casa. Afuera les esperaba el vehículo en el cual habían viajado durante su regreso en la mañana,Ella observó como él fue ayudado por el chofer y un guardaespaldas para entrar en el vehículo. Después de abrirle la puerta del vehículo, el guardaespaldas la ayudo a sentarse y ella tuvo a Matteo a su lado. En la intimidad dentro del automóvil, él notaba su enfado; y entendía que ante el acoso de Andrea, su arranque de ira era justificado, así que solo se quedó callado y pensativo.****— ¡Míralas con esos pocos cables y aparatos! ¡Parece tan pequeñita! ¿Por qué tiene que pasar esto?, le comento entristecida Samantha colocó las manos en el vidrio a través del cual se podía ver a Carina en una cama acostada bajo la atención médica. Sus ojos estaban impregnados de lágrimas, un nudo en la garganta amenazaba con asfixiarla.To
Capítulo 21¿Cómo pudo ella hacerme esto? — ¡Debes estar equivocada, Eva!, Samantha tenía que aferrarse a eso, Eva debía estar equivocada.—Lo lamento, amiga, lo verifiqué. Llegué ayer en la mañana de mi viaje y en la tarde fui a visitarte y estaban los abogados allí. Sé que tú no venderías la casa de tus padres, así que pregunté diciéndoles que allí vivía una amiga mía, el abogado me dijo que la casa se había vendido hace poco y estaban allí llevando a cabo las últimas gestiones administrativas.—Pero… tengo solo unos días aquí… ¿Cómo pudo ser?—Porque no me dijiste que te ibas a Italia. Pensé que lo habíamos hablado y me harías caso. Lo que creo es que Melissa lo planeó todo, buscó una manera de sacarte de la casa y poder hacer su fechoría.—No entiendo, la casa es de las dos. ¿Cómo pudo venderla?—Algo ilegal habrá inventado la aprovechada esa, ella sabe de sobra que tú no irás en su contra.—Pero… eso significa que me dejó en la calle, ya no tengo un hogar al cual llegar… —murmur
Capítulo 22 Una casa de locos— ¿Tú qué haces aquí?, preguntó Samantha con voz de desagrado.Samantha ignoró la mano que Francesco le tendió para ayudarla a levantarse, como pudo se sostuvo de la mesa cercana y se levantó aún adolorida.Francesco no se inmutó por su tono frío y se mostró cálido como en otros tiempos.— Sam, mi amor,Francesco pronunció el diminutivo de su nombre con calma, sabia que a ella le gustaba que la llamara así. —Sé que las cosas no han sido fáciles entre nosotros. Cometí errores, lo sé, y tú también. Pero no crees que por el amor que nos unió debemos tratar de aclarar los malos entendidos y limar asperezas. Nunca me diste la oportunidad de defenderme. Yo fui a tu casa muchas veces, te llamé por teléfono y no respondías.—Tú no querías aclarar nada, querías reclamarme, recuerdas lo que dijiste en un mensaje por teléfono, yo sí lo recuerdo, me dijiste: ¡Te mataré desgraciada! En ese momento mi madre había tenido una recaída y estaba con ella en el hospital.—
Capítulo 23 ¿Intentas volver a seducirlo?Samantha salió y ambos vieron que cojeaba un poco. Al estar un poco lejos de ellos, Matteo se giró hacia Francesco con el ceño fruncido y la voz llena de recelo: — ¿Qué planeas? ¿Intentas algo con ella?Francesco, desde que volvió a ver a Samantha se había puesto más irritable, sobre todo porque parecía ignorarlo, la observo con una mezcla de nostalgia y rencor, luego se giró hacia Matteo, cambiando su expresión a una de total indiferencia para responderle: — ¿No crees que ella y yo debemos hablar? ¡Nuestra relación tuvo una ruptura dramática! Necesitamos aclarar las cosas y tener un cierre.— ¡Espero que sea solo eso!, le advirtió Matteo con un tono severo.— ¡Ya basta! ¿No te cansas, Matteo? ¿Hasta cuándo vas a meterte en mi vida?, preguntó Francesco con exasperación.— ¿Si no lo hiciera, cuántos errores más habrías cometido? ¿Crees que no me doy cuenta de lo que haces? ¡Déjala en paz! Ella está aquí para acompañar a Carina y no permitiré qu
Capítulo 24 ¿Qué estás planeando?Los ojos de Samantha se abrieron de par en par, y su respiración se aceleró visiblemente. —No es lo que piensas —respondió Samantha, con la voz temblorosa, y su tono de voz la traicionaba. Él la observó fijamente, sus ojos clavados en los de ella, con una expresión indescifrable en su rostro. — ¡Ah!, ¿no? —replicó él, con una sonrisa burlona que no llegaba a sus ojos—. Entonces, ¿qué está pasando? Samantha tragó saliva, sintiendo un nudo en la garganta que la asfixiaba. No sabía cómo responder ante sus preguntas. —Porque no le preguntas a él —dijo, finalmente, con un hilo de voz apenas audible, desviando la mirada. Él se inclinó hacia adelante, ella seguía sentada en el sofá, y él invadió su espacio personal con una agresividad contenida que la hizo mover su torso hacia atrás instintivamente. —Te estoy preguntando a ti, dime, ¿es acaso mi hija una excusa para reencontrarte con Francesco? Samantha se alejó de él, incómoda, su cercanía la ponía
Capítulo 25 Personas groseras y agresivas Matteo estaba furioso. Había escuchado lo que dijo Alexia y se sentía verdaderamente furioso. ¿Quién le dio el derecho de hablar así? Sus puños se cerraron con fuerza a sus costados y su rostro se enrojeció de ira. No podía creer lo que acababa de escuchar. Samantha, por su parte, la miraba con frialdad. Sus labios se curvaron en una mueca de desprecio. No parecía inmutarse por la ira de Matteo. Alexia se giró lentamente, ella miró a Matteo en estado de shock. Nunca hubiese querido que Matteo escuchara su conversación con Samantha. Ante él su imagen era dulce y tierna. Se sentía mortificada de que la haya visto así. — Yo… realmente, no quise decir nada de lo que escuchaste, tartamudeó Alexia, sin saber qué más agregar. — Es que… me preocupo por ti y por la niña, dijo vacilante sin saber que tanto había escuchado Matteo de lo que ella dijo. Matteo la fulminó con la mirada. — ¿Y eso te da derecho a interferir en los asuntos de mi familia?,
Capítulo 26 Ella tiene ese efecto en las personas— ¡No he llamado porque no he tenido tiempo, Samantha! ¡Estamos en las pruebas de vestuario y otras cosas! ¿Qué quieres? ¿Sabes lo ocupada que estoy? —le comento con un tono que se escuchaba apresurado y evidentemente estaba molesta— ¡Quiero una explicación, Melissa! Dime… ¿Vendiste nuestra casa?— le menciono en tono bajo aunque muy resentida, no podía olvidar que estaba cerca de Matteo.Hubo un silencio del otro lado de la línea telefónica, al final Melissa solo respondió— ¿Quién te lo dijo? En fin… ya no importa… ¡Lo hice! —la desafío —¿Tuve que hacerlo? ¡El desgraciado de Matteo me bloqueó las cuentas y las tarjetas bancarias! Ahora mismo debo subsistir, además, tengo que subsistir mientras se filma la película. Por otro lado, no soy tan tonta, invertí algo de capital en la producción. No te preocupes, la película será un éxito de taquilla y te daré algo de dinero muy pronto.—Melissa… hermana… ¿estás consciente de lo que has hech
Capítulo 27 ¡No te marcharás!Al día siguiente, al recordar lo sucedido, Samantha se ruborizó de la vergüenza. Los rayos del sol se colaban por la ventana, iluminando su rostro.Escuchó que tocaban la puerta de la habitación y abrió, dejando pasar a la anciana niñera.—Buen día, mi bella señorita —dijo la anciana, observando a Samantha con una mirada cálida y comprensiva. Su voz suave y cariñosa la llenó de ternura.— ¡Antonina! ¡Lo lamento! ¡Hice el ridículo! ¡La mortifiqué! ¡Qué vergüenza! Yo… de verdad estoy tan… avergonzada. Me disculpo por mi arrebato. No sé qué me pasó. Por lo general, no pierdo el control.Las mejillas de Samantha se sonrojaron de vergüenza al recordar su comportamiento de la noche anterior.— ¡Tranquila! ¡Hoy es un gran día! Anda a prepararte y te dejo aquí tu desayuno. Ya Matteo está listo.El aroma a café recién hecho y pan tostado impregnaba la habitación, creando una atmósfera acogedora. Durante la noche, Samantha había despertado y se había comido todas l