Capítulo 114 El derecho de defendernos —Sami, ¿Estás allí?, la voz de Matteo tenía un tinte de urgencia. Samantha escuchó la voz de Matteo y se secó las lágrimas que había estado conteniendo y que al quedar a solas las dejó salir. —Aquí estoy Mateo, respondió cuando estuvo más calmada, segundos después lo vio aparecer. —Amor ¿Qué haces aquí? —Necesitaba un poco de aire ¿Me buscabas?, indicó en un tono de voz de fingida indiferencia. — ¡Solo te extrañé! No hay modo de que te escapes sin que pueda notarlo Samantha sonrió —Tontico ¡No me escape!, solo salí a tomar un poco de aire —Sami, ¿tú confías en mí?, él le tendió una mano, instándola a que se sentara en su regazo. Una vez que lo hizo, él la rodeó con sus brazos. Samantha se dejó llevar por ese cálido abrazo. Este abrazo que le decía que mientras estuvieran juntos todo estaría bien. Samantha observó el rostro de Matteo. La preocupación en sus ojos era palpable, y su voz, aunque intentaba sonar firme, tenía un temblor que no
Capítulo 115 ¿Qué pasa? ¿Por qué gritan?Al día siguiente, minutos antes de salir a la consulta con la psicóloga, Samantha y Matteo recibieron la visita de Rafael acompañado de su madre y hermana.Rafael suspiró y se disculpó.—Lo lamento, mi madre y mi hermana decidieron venir conmigo, les aclaro.—Buenos días, Señor D’Angelos, le dijo la mamá de Rafael, con una hostilidad muy visible—Mi familia está conmocionada al saber que tenemos una nieta y que al parecer la quieren mantener alejada de nuestra familia —Ya te dije como son las cosas mamá, es complicado, no es tan fácil de resolver, intervino Rafael.—No estoy de acuerdo contigo, hijo, esa niña pertenece a nuestra familia, y eso ya es del dominio público gracias a esa misma mujer con la que te enredaste cuando te volviste loco y querías ser actor. Ese error de juventud te sigue persiguiendo Rafael, y estás cometiendo los mismos errores, ahora dejas a la niña viviendo con otra mujer quien también tiene una moral cuestionable ¿Qué
Capítulo 116 Una abuela y otra tíaLa expresión de la mamá y hermana de Rafael fue de ternura al ver a la bella e inocente niña. Matteo, al verla, se aferró a la mano de Samantha porque solo ella tenía el poder de calmarlo y decirle siempre la palabra precisa, pensó con un leve suspiro.Una oleada de melancolía se adueñó de él al tener que aceptar que estas personas tuvieran derechos sobre su hija.—Todo está bien tesoro, le indico Matteo a Carina.— ¿Por qué gritaban? —Preguntó Carina mientras bajaba apresuradamente y estiraba los brazos para que Samantha la sostuviera, lo cual no pasó desapercibido para la mamá de Rafael.—Hola Carina, — saludo Rafael con ternura— ¿Te acuerdas de mí?—Si eres el tío Rafael— ¿Tío?, enseguida preguntó la mamá de Rafael.—Carina, ella es mi mamá, se llama Lucia… se apresuró a decir Rafael.Antes de que Carina pronunciara alguna palabra, Lucía musitó:— ¿Puedes llamarme abuela?— ¿Abuela?A Lucía le maravilló que hubiese conseguido parecer normal, porq
Capítulo 117 La mujer que me da ánimoRafael escuchó con atención a Matteo. Reflexionó un momento antes de decidirse. Él era uno de los más interesados en que Carina supiera la verdad, pero el miedo a su reacción lo inquietaba.—Me has convencido —dijo finalmente, con un suspiro de resignación.—Debes estar muy feliz —balbuceó Matteo, con un rencor apenas disimulado.—Tienes razón, es lo que quiero, pero no así. Quería conocerla gradualmente, ganarme su afecto. —Ahora corro el riesgo de que me rechace. Así que el que debería estar contento eres tú.Ambos hombres se miraron fijamente, el silencio entre ellos hizo pesado el ambiente.En la habitación de Carina, Lucía estaba a punto de derramar las lágrimas que había estado conteniendo. Ver a su nieta sin poder abrazarla la sumía en una profunda tristeza.La idea de conocer a su nieta la había mantenido en vilo toda la noche. Ahora, el cansancio se sumaba al pánico y al estrés de no poder ganarse el amor de esa bella niña.Carina era enc
Capítulo 118 Su otro papáCarina, antes que otra cosa, quiero que sepas que eres mi hija amada. Cuando te tuve en mis brazos por primera vez, sentí que había alcanzado la bendición de Dios y que Él me premiaba contigo en mi vida. Eres la hija de mi corazón. Te amo mucho.—Carina, cariño, Hay algo importante que quiero que sepas. Tú no naciste de mí. Naciste de otro papá.— ¿Qué dices papito?— ¡Tienes otro papá, él es tu verdadero papá! Él es tu papá biológico, yo soy el papá que te crio desde que estabas chiquita. Los dos somos fundamentales en tu vida.La confusión se reflejaba en el pequeño rostro de Carina— ¿Tú no eres mi verdadero papá? ¡Yo quiero que tú seas mi papito! ¡No quiero otro papá! ¡Papito ya no me quieres! —Te he criado desde que eras un bebe. Te explico, tienes dos papas, uno soy yo que te ha criado desde chiquita. Tu otro papá no pudo cuidarte por qué no sabía de ti, pero cuando supo de ti te amo con todo su corazón—Papito no entiendo ¿Cómo no vas a ser mi verdadero
Capítulo 119 Me quedaré con mi papá.Lucía, al escuchar las palabras de Rafael, se agitó y lo miró con furia. Ella, con voz firme y desafiante, sin importarle la presencia de Matteo, le respondió:.—Y tú debes recordar que soy tu madre y merezco más respeto. Luego siguió a Samantha y a la niña.—Parece que tienes problema Rafael, le sonrió burlón. Le agradaba ver esa faceta de niño regañado de este hombre que competía por el amor de su hijita.—No más que tú, Matteo. Me disculpo. Mamá es defensora de la familia y le ha costado aceptar esta situación, tal como pasó con mi esposa.— ¿Le pareció mal a tu esposa que tuvieras una hija?, preguntó con curiosidad.—Ella se siente lastimada, ya que no le dije nada antes de casarnos o después de casados y no me lo perdona. Cree que la engañe. Además, está entristecida, siempre hablábamos con alegría de cuando tuviéramos nuestro primer hijo. Adicionalmente, cuando supe lo que Melissa dijo en la entrevista, salí corriendo dejándola sola en Españ
Capítulo 120 ¡Esto sí es vida!«Respira, Rafael, respira. Tú puedes con esto». Tragó saliva para dominar el pánico ante este desastre.—Carina, no tengo intención de llevarte a mi casa, a menos que así lo quieras. No es que no quiera que vayas en algún momento, pero depende de ti. Cuando quieras visitarnos, lo harás. Tienes mucha familia esperando que los vayas a visitarlos.Carina movió la cabeza de un lado a otro, negando enfáticamente.—Ella me lo dijo —señaló a Lucía, la cual bajó la cabeza avergonzada—. Me dijo que iría a vivir con ustedes. Yo no quiero dejar a mi papito y a mi titi. Ellos se sentirán muy solos sin mí.—Yo te juro que eso no pasará. A menos que tú así lo prefieras.La vio calmarse un poco.—Podrías volver a llamarme papá, le rogó—. Me da pesar de que me hayas vuelto a llamar tío. Aunque no sabía cómo establecer una relación con la niña, cuando la escucho nombrarlo papa, se sintió tan bien.Matteo arrulló a su hija. Le dolía toda esta confusión. Ningún niño debía
Capítulo 121 Tiempo de una declaración públicaMatteo se llevó las manos al rostro, masajeando sus sienes. La presión en su cabeza era insoportable. La imagen de Carina, sonriendo inocentemente, se desvaneció, reemplazada por la de Melissa, con una mirada triunfante.La luz natural que entraba por la ventana, iluminaba los papeles esparcidos por su escritorio.En su oficina se encontraban Rafael, uno de los representantes legales y el director de Marketing de la empresa. Tenían horas discutiendo sobre lo mismo, estos hombres lo observaban con una mezcla de preocupación y profesionalismo.Contempló el documento en su escritorio, allí estaba una declaración para las revistas de espectáculos, sería un comunicado oficial emitido por su empresa. Quería que su mensaje fuera claro: la defensa de su familia, aclarar quién era realmente Melissa y la verdad sobre su separación.Uno de sus abogados le preguntó solemne con una copia del documento en la mano, acababa de leerlo, y movía la cabeza h