Giovanni, salía de tomar una relajante ducha, con una toalla secaba su oscuro cabello, cuando el sonido de su celular reclamó su atención. Fue hasta él, y tomándolo se dió cuenta de que era una llamada internacional. Era muy extraño que Cadáver estuviese llamando. —Cadáver, ¿cómo estás? —Bien, jefe— dijo secamente. —Me extraña tu llamada. —Si, y lamento mucho si estoy interrumpiendo algo importante. — se disculpó. —No, no sucede nada, salía de la ducha. ¿Qué ocurre? —No tengo buenas noticias, jefe, de hecho, son noticias muy malas. —No me gusta como suena eso, Cadáver, presiento que vas a acabar con mi buen día. —Lo siento señor, yo más que nadie lamento informarle esto. —Vamos, suéltalo de una buena vez. ¿Qué sucede? —Hay un extraño moviéndose en sus negocios. —¿Qué?— dijo no dándole crédito a sus oidos— ¿De qué hablas, Cadáver? —Un desconocido se ha estado involucrando en los negocios, interceptó y nos robó una mercancía, ha comprado a un par de nuestros hombres, y
—¿Qué crees que estás haciendo, Iván?, ¿Te has vuelto loco?—Si— respondió — loco a causa de tu rechazo, aunque siempre tuve la sospecha de que tú anhelabas un encuentro más, pero Sokolov, te lo impedía. —¿De qué estás hablando?— lo miró incrédula. —Después de nuestro delicioso intercambio, nunca aceptaste un nuevo encuentro, y no te dabas cuenta que con cada rechazo solo lograbas obsesionarme más y más, comencé a desearte con desesperación, una deseo que no podía disimular, pero Iker Sokolov, decidió burlarse de mí, dejarme en evidencia como si fuese un imbécil que no pudiese controlar su líbido, eso me enfurecía más. —Vamos Iván, ésto es una locura, Iker va a encontrarme y ésto no terminará nada bien, debes dejarme ir, Iván, sabes que Iker perderá la cabeza y tu... perderás tu vida. —Las probabilidades de que Sokolov, te encuentre son. . . quizás un cinco por ciento, bastante bajas. —Sabes que me ama, aunque solo tenga un uno por ciento, no descansará, no dejará de buscarme. Aú
Lara, lloró hasta sentir que se secaba momentáneamente por dentro, el dolor la hacía sentir mareada, perdida, envuelta en los brazos de Dmitry, quién le estaba brindando un silencioso consuelo, se alejó de él, y miró a Annika. —¿Qué sucedió?— preguntó angustiada— ¿Cómo fué?—No lo sabemos exactamente, mataron a todos los guardaespaldas, solo uno está vivo, y bastante grave, cargaron con ella y desaparecieron— dijo la matriarca, con los ojos llenos de dolor. —¿Dónde está, Iker?— quiso saber. —Buscándola, está enloquecido de rabia, angustia y dolor, los secuestradores no se han comunicado para pedir rescate, así que no hay otra cosa más que esperar.—¿Y si no llaman?— todos guardaron silencio—¿Qué sucede si no llaman?— preguntó angustiada. —Quiere decir que posiblemente no sea un asunto de dinero— dijo Dmitry con todo el tacto posible— quizás sea una Venganza. —¡Santo Dios!— Sollozó Lara, llevándose una mano al pecho. Dmitry le sostuvo la otra mano.—Debes mantener la calma, si de
Miranda, mantuvo los ojos cerrados en todo momentos, conteniendo las lágrimas mientras él hacía lo que quería, después de que Iván terminara, se separó de ella, y cubrió su expuesto, y mancillado cuerpo con una sábana. Ella lo sintió moverse, escuchó el sonido que hacía él al vestirse, aún así no abrió los ojos. —Eres deliciosa, Miranda. Aunque me encantaría que para la próxima vez. . .pongas un poco de tu parte. —Jamás— respondió firmemente. —Sucederá, confía en mí— entonces ella abrió los ojos y lo miró con odio. —Quiero asearme y necesito ir al baño. —¿Tan ansiosa estás de deshacerte de mi escencia?— preguntó frunciendo el ceño. —Si y no pienso ocultarlo. Además, deseo ir al baño, ¿O quieres que orine sobre la cama en la que estoy obligada a permanecer?— preguntó llena de indignación. —Por supuesto que no, cariño— le dijo en tono dulce— te llevaré al baño, solo recuerda no hacer ninguna tontería, Miranda.****************************************************+La noche estaba
Iván, se mantenía sentado en el sofá, mirándo tranquilamente a una agitada Miranda, mientras más tiempo transcurría, mayores manifestación de excitación tenía. Su pecho subía y bajaba de manera agitada, su piel estaba erizada, sus labios separados para poder respirar, lo miraba fijamente con un profundo desprecio. —¿Cómo estás, querida?— pregunto en tono dulce. —Te odio— dijo de forma agitada. —Eso es lo de menos— sonrió y se puso en pie, de forma lenta se quitó la chaqueta de su traje, se deshizo el nudo de la corbata, y comenzó a desabotonar su camisa, ella no podía evitar verlo, su pecho subía y bajaba, su respiración descontrolada. Lo dicho era cierto, lo odiaba, la maldita droga estaba causando efectos en ella, su piel se estaba calentando... observó el ámplio y desnudo pecho de él y no pudo evitar el deseo que la recorrió, quería llorar, se sentía muy mal por estar sintiendo todo ese deseo tan hambriento— tu mente puede odiarme todo lo que quiera, pero lo que me interesa es l
Giovanni, salió del cuarto de baño, secando su cabello, mirándo a la cama se encontró con el cuerpo desnudo de la hermosa mujer que allí descansaba. El teléfono timbró y caminó hasta la mesa de noche para tomarlo, la mujer despertó y lo miró con ojos aún somnoliento. Él miró la pantalla y luego a la mujer. —Son asuntos importantes — ella asintio, cubriéndose con una sábana, enrollandola en su cuerpo, para luego salir de la habitación— Cadáver, buenos días, ¿Cómo estás?—Diablo... he estado mejor, la verdad. —¿Qué ocurre?— preguntó con él con el ceño fruncido. —Tengo noticias para usted, y no van a gustarle absolutamente nada, señor...**************************************************************—Debo tener un extraño fetiche contigo, eres como una droga— Miranda, lo miró con ojos frío y llenos de rencor. —Nunca he odiado a nadie, como te odio a tí, ¿Hasta cuándo me tendrás aquí?—Te trato bastante bien, bien alimentada, aseada y con una muy buena dosis de sexo diaria, ¿por qué
Iván, bebía de su vaso de Whiskey, mientras observaba todo a su alrededor, la noche en el club Sokolov, estaba resultando bastante tranquila. A su lado, Anouska y Katerina conversaban animadamente de sus planes para aquella noche, aunque para ser muy sinceros, Él no deseaba acostarse con nadie, Miranda lo había dejado bastante satisfecho, y era con ella con quién quería volver. Las horas a su lado se habían convertido en la mejor parte del día, Miranda era magnífica y nunca se cansaba de ella. Escucho risas, giró su rostro para encontrarse con que las mujeres estaban compartiendo un tierno beso, sonrió. —Parecen muy. . . cariñosas hoy— dijo burlón. —Queremos acción — dijo Katerina sonriendo. —¿Vamos a una habitación, cariño?— preguntó Anouska, sonriendo. —Hoy no, al menos no yo— se encogió de hombros— no me siento muy bien, de salud me refiero, tengo una migraña terrible— mintió. —¿Quieres decir que no. . . ?—No, no—la cortó — no sería justo para ustedes, pueden divertirse, vay
Iker, llegó a casa, y se fue directamente a su habitación, estaba bastante perturbado, perdido en sus pensamientos y en la posibilidad de que Iván tuviese a Miranda, de solo pensarlo le daban muchísimas ganas de asesinarlo. —Por tu bien,Novikov, por tu bien, espero estar equivocado.— estaba seguro de que aquella sería una noche larga y perturbada... cómo eran sus noches desde que su amada, no estaba a su lado. ********************************—Hola hermosa, ya llegué — dijo Iván cerrando la puerta tras él. Miranda, giró su rostro para verlo de forma inexpresiva. —Hola— lo saludó sin ninguna emoción en su voz. —¿Quieres ir al baño?, ¿Tal vez una ducha?— Miranda, solo asintió en silencio. Veinte minutos más tarde volvía a la cama, de dónde él la ató de la mano derecha. Al menos estaba fresca y recién duchada. Compartieron alimentos, mientras Iván, intentaba mantener una conversación animada, pero Miranda, se mostraba poco interesada. Su corazón aquel día, sentía la terrible pena de