ADELAIDA:El emperador se marchó al día siguiente, alegando que tenía algo importante que hacer y que no podía esperar.—No sé, pero ese emperador no me da muy buena espina.Menciona Lili mientras Marla Lili y yo damos un paseo por los alrededores de la manada.—No es buen gobernante, está haciendo un desastre en el reino, las mayoría de los habitantes están cruzando para este lado debido a la hambruna que está en los barrios más bajos.—Mientras que los más grandes toman todo para ellos… Son unos malditos.Menciono y las tres asienten de acuerdo.—Marla y Lili… Hay algo que debo decirles… Aún no se lo he comentado a nadie… Pero estoy más que segura que el emperador conoce el paradero de mi madre.Menciono y las tres nos detenemos.—¿El emperador? ¿Por qué lo dices?Pregunta Marla y respondo.—Tuve una conversación con él… Él sabe que la duquesa no es mi verdadera madre y habló de ella como si estuviera viva.Menciono pensativa.—Entonces eso hay que averiguarlo.Dice Marla.—¿Cómo?P
ADELAIDA:El doctor revisa que todo esté en orden para luego curar mi herida que no es muy profunda.—¿Todo está bien doctor?Pregunta Lili con preocupación y el doctor asiente.—La señora está en perfectas condiciones…Menciona, pero se detiene de hablar cuándo la puerta es abierta sin nada de delicadeza y por ella entra Bastián.—¿Por qué entras de esa manera? ¿Acaso no tienes educación?Le reclama Marla y este chasquea la lengua mientras me da una mirada como si quisiera decirme algo.—¿Pasó algo?Le pregunto y este asiente entrecerrando los ojos.—Les tengo la última noticia del momento señoritas.Habla como vieja chismosa y ya quiero saber que es.—Suéltalo Bastián, no me gustan los rodeos.Digo y este asiente acercándose más a nosotras.—¿A qué no adivinan con quién vi al alfa hablando?—¿Con una loba?Pregunta Marla y este asiente con media sonrisa y yo frunzo el ceño.—¿Qué mujer?Pregunto y su sonrisa se hace más grande.—Adivine luna…—¿Con la tal Beatriz?Pregunto y él asie
RAIZEL:Estoy en mi despacho con una sonrisa mientras pienso en lo agotada que dejé a mi ninfa después de una apasionada revolcada.—Alfa… ¿Me mandó a llamar?Dice Bastián entrando sin haber tocado.—¿Qué te he dicho de tocar?Pregunto mirándolo a los ojos y este baja la mirada para luego quejarse como un niño.—Alfa… Me duelen las manos de tanto tocar… ¿Usted sabe las veces que ya he entrado a éste despacho? Mis pobres manos están sufriendo por esa causa.Se queja y yo solo ruedo los ojos.—Es suficiente Bastián… Ahora quiero que me digas… ¿Por qué demonios le dijiste a Adelaida que estaba hablando con Beatriz?Su rostro deja de sonreír y dice.—Alfa, yo debo terminar la tarea que me encomendó… Ahora vuelvo…—No vas a mover ni un paso.Lo detengo y este me mira complicado.—Alfa… En verdad no fue mi intención… Yo…Levanto la mano y lo miro.—Nunca es tu intención Bastián, pareces vieja chismosa… La verdad es que deseo con toda mi alma que tu mate sea tan celosa que no te deje solo ni
ADELAIDA:Las tristes historias de las familias me dejaban un sabor amargo en la boca y no me puedo imaginar cuánta crueldad tiene ese maldito emperador para dejar a su gente así sufriendo.—Señora, la última persona va a pasar.Dice Bastián y suspiro asistiendo.—Adelante.Digo y por la puerta entra una joven de cabello rubio.Ella observa toda la sala mientras al parecer busca a alguien con la mirada.—¿Dónde está el alfa?Pregunta altanera y alzo las cejas.—La precensia del alfa no es importante cuándo aquí está su mujer.Le respondo y ella arruga el ceño.—¿Quién es su mujer? ¿Tu?Pregunta con burla y las chicas me miran con el ceño fruncido.—¿Algún problema con que sea yo?Le pregunto y ella se ríe llevando las manos a su boca.—Lo lamento… Verás… Pensé que el alfa elegiría a alguien más… Más… ¿Cómo lo digo sin que te sientas ofendida?Sus palabras me hacen sonreír y me inclino hacia ella con mi cuerpo.—¿Más qué? ¿Más fea? Por qué déjame decirte cariño, una mujer más hermosa y
ADELAIDA:Los días fueron pasando, mi vientre está aumentando de tamaño considerable, mi entrenamiento con Raizel está dando resultado y ya estoy aprendiendo a controlar mi magia.—Eres la emperatriz ninfa Adelaida, tu controlas el bosque, no el bosque a tí.Me explica Marla y asiento suspirando.—Para ti es fácil decirlo Marla… Llevas toda la vida entranando y yo apenas estoy comenzando.Le digo desanimada y ella me mira a los ojos.—Sé que no es fácil Adelai… Pero se que tú eres fuerte y puedes dominar todo tu potencial, naciste para esto.Dice la bruja y la miro a los ojos.—¿Qué pasa si nunca llego a controlarlo?Le pregunto y ella niega.—Sé que puedes, ten más confianza en ti misma.Sus palabras me dan animos y observo todo el bosque en el que estoy rodeada y cierro los ojos.Me concentro en cada cosa que hay en el bosque y moviendo mis manos un poco hago que todo se detenga.Abro los ojos de golpe y observo todo el bosque paralizado.—Marla…Menciono su nombre emocionada y esta
—No seas insípida ¡Vamos levanta esa cabeza y camina como una dama! Habla mi madre mientras golpea mi espalda con una pequeña, pero dolorosa vara. —Auch. Me quejo y recibo otro golpe más fuerte. —¡Te dije que alzaras la cabeza! Me grita y siento como mis pobres oídos resuenan. Cielos ¿Por qué tiene que gritar tanto?Pienso mientras ruedo los ojos mentalmente.—Madre, tratar con mi hermana es un caso perdido, te aconsejo que no pierdas el tiempo.Habla la cínica de mi hermana menor… Es un demonio hecho persona.—Callate Mery, te aconsejo que vayas a beber té con tus amiguitas, es lo único bueno que sabes hacer.Y sí, otro golpe más fuerte haciendo que aprietes los dientes.—¿Qué te he dicho de hablarle así a tu hermana? Estas castigada, y más te vale de que recibas al príncipe heredero con buena cara… No quiero más quejas inútil.Habla enfadada mientras se marcha junto a mi hermana.—¿Se encuentra bien señorita?Escucho la preocupada voz de mi sirvienta personal y sonrío mientras
ADELAIDA: Mis ojos no dejan de mirar al hermoso hombre de piel morena y ojos grises. Debe de medir un metro noventa o más… Sus fuertes brazos bajo la ropa se dejan notar al igual que su pecho. Mis ojos escanean su rostro y lo primero que miro son sus labios… Mmm, carnosos y sabrosos. —Es hora de partir señor. Interrumpe mi escrutinio un albino que me mira con interés. —Buenos días mi lady. Me saluda con educación y lo devuelvo igual. —Buenos días mi lord. Digo haciendo una leve reverencia y este asiente para después ambos marcharse. No despego la vista de la ancha espalda del moreno y este me mira por encima del hombro para luego sonreír de medio lado y desaparecer de mi vista. —Me alegra de que no haya ido muy lejos mi lady, no encontré nada, tendré que volver en otro momento. Dice sin dejar de mirarme con evidente lascivia en sus ojos. Respiro profundamente y luego le muestro mi mejor sonrisa. —No se preocupe alteza, será para otra ocasión. —Si, será para otra ocasión
Mi nombre es Raizel Norfolk, archiduque de las tierras del norte del reino Diamond, y rey alfa para mí gente, para mi querida y amada manada.—¿Una solicitud de matrimonio? ¿Tu primo está loco?Pregunta Zacary mi beta, mostrando el documento firmado con el anillo del rey.—¿Ahora es que sabes que mi primo está demente? Pregunto rodando los ojos mientras tomo el documento entre mis manos y leo las locuras de mi primo.—Debes de rechazar la solicitud, no puedes casarte con una mujer que no es tu pareja predestinada, así lo dicta la ley.Dice Zacary arrugando el ceño.—¿Casamiento? ¿Quién va a casarse?Pregunta el jefe de todos mis soldados entrando a mi despacho —Es de mala educación escuchar las conversaciones ajenas Bastián.Le recrimina Zacary y este toma asiento en uno de los muebles sin prestarle mucha atención.—Alfa, si me lo permite reuniré a mis hombres para matar al estúpido emperador, puedo asegurarle que será presa fácil, le caeremos de sorpresa.Dice Bastián serio y niego