¿Qué harían ustedes? ¿Estarían dispuestos a hacer lo mismo?
Después de haber leído la carta, Dante llama por teléfono a Duarte tal como se lo había indicadosu abuelo, media hora mas tarde Duarte estaba ahí con muchos documentos mas. — Entonces, por fin te lo dijo. — fue la frase con la que dio por iniciada la conversación conDante.— Sí.— Bueno Dante, tu abuelo además del consorcio y las fundaciones de caridad a las queapoyaba, tenía otras ocupaciones en que mantenía en total secreto.— ¿Por qué?— Porque, lo creas a no eso lo mantenía a salvo— duarte dejó expedientes en el escritoriofrente a Dante— míralo tú mismo, cuando tu abuelo comenzó a tener mayor podereconómico, quiso ayudar a los más desfavorecidos a que pudieran salir adelante, pero¿sabes? Eso no le agrada a todo el mundo, las comodidades con las que cuentas comoalimento, vivienda, servicio médico, es algo que muchas personas en el país no tienen, yCarlos Villanueva quiso ayudar a que mejorara la situación.— ¿A quién le afectaría algo como eso?— Personas que lucran con la
Andrews tenía tiempo que no podía sacarse de la cabeza la imagen de Ariana, se había vueltocomo una clase de obsesión y sinceramente era algo que le había gustado experimentar. Después de hacer sus rondas, tuvo un poco de tiempo para poder ir con la señorita Burgos quienes la encargada de los asuntos administrativos del hospital, pero unos días antes se había acercadopara pedirle información sobre la señora Puentes, su paciente. Eso podría ser una ventaja para poder sacarle información respecto a Ariana, al llegar a la puertase dio cuenta que no estaba sola, y se detuvo de inmediato, esperaría a que se desocupara, nohabía tiempo que perder. — Dime Danna ¿te ha vuelto a molestar?— la voz de ese hombre se escuchaba preocupada.— Amm — duda de parte de Danna— no Elías, no me ha molestado, solo me pregunta sipodemos hablar, pero le doy largas.— Sabes que puedo cuidarte solo dímelo, y le pongo un alto.— No — la negación fue clara y fuerte— suficiente tengo con la actitud osca de
Unos días después Dante se encontraba en una pequeña oficina, solo estaban Dante, Duarte y Ruizquien sería testigo en la boda, además del juez.Dante se encontraba en un extremo del escritorio, parado y tenso, aunque eso no disminuía loimpresionante que lucía en su traje completamente negro incluida la camisa, mientras que a suizquierda estaba Ruiz que no entendía por qué debían hacer eso en este momento.— Amigo ¿qué es lo que está pasando?— susurraba Ruiz— Hace unos días no podías ni verla,de hecho maldecías haberla conocido y ahora te vas a casar con ella. Se suponía que todoesto había terminado. Además tu abuelo acaba de fallecer, creo que no estás encondiciones para tomar este tipo de decisiones.— No te preocupes, las cosas cambian, esto es lo correcto. — no podía decirle cual era larazón real.— Amigo podrías esperar a que se pasara el duelo de tu abuelo y hacerlo bien, seguro ella loentenderá, ella merece más que esto. — dijo refiriéndose a que solo estaba la oficina y
Después de la boda, Emilia se fue directamente a su casa a empacar unas pocas cosas de ella ytodo lo posible de Damián, no quería que le faltara algo, aunque aún no sabía cómo decirle todo loque había hecho, sin decirle el porqué. No era nada romántico decirle que se había casado por dinero, por necesidad de salvar a sumamá. Le daba miedo que Damián no la entendiera o ni lo intentara y se molestara con ella, entre tantosproblemas no sería capaz de soportar uno más. Al llegar a la habitación de su mamá, se puso a llorar, en el fondo de su ser sabía que ellaregresaría a su lado, empacó unas libretas que su mamá quería mucho, y un poco de ropa. Lista para acomodar las cosas en los lugares designados de la mansión Villanueva. ***** Emilia y Damián iban llegando a la mansión después de recibir ayuda de un chofer que le habíamandado Duarte para que la ayudara con todo. — Emi pero no entiendo ¿Por qué nos vendremos a vivir aquí?— Ya lo entenderás, vas a ver que te lo explico tod
Emilia estaba nerviosa, era momento de enfrentar a su hermanito, respiró profundo y decidióentrar a la habitación. Aunque toda la casa era una muestra de opulencia, le sorprendió ver lo grande y bonita que era lahabitación. Llena de luz, que se filtraba por el gran ventanal que daba a un amplio jardín, jamás en su vidapodría haber pensado que podrían vivir en un lugar así. Damián estaba leyendo uno de los libros que Dante le había regalado hacía un tiempo, por lo quetocó en la puerta para avisar de su presencia. — Hola, ¿puedo pasar?— Si, pasa, esta bonito ¿verdad?— Si lo está. — Emilia se sentó a un lado de su hermanito tenía días deseando tenerlo cerca ypor fin tenía la oportunidad. — ¿Cómo estás?— Bien— el tono de voz del niño se escuchó inseguro.— ¿Qué pasa Damián?— Emilia se había recostado a un lado de él para estar en la mismaposición.— Mamá no tiene indigestión, ¿verdad?— la mirada del niño estaba vidriosa— me dijoAriana que tenía eso, pero ¿por qué esta tanto t
Caleb ya no sabía qué hacer para encontrar a Ariana hasta cierto punto ya estaba hastadesesperado. De camino al centro después de un turno agotador lo único que quería era llegar a su casa ydormir. Sin saber si su mente por el cansancio le estaba jugando una broma o no, decidiódetenerse repentinamente, ahí por la acera como si nada pasara se encontraba Ariana revisandounas estanterías. Andrews no podía creer su suerte, era ella, provocando que más de un auto le tocara el claxon, seestacionó en la primera oportunidad que tuvo para llegar con ella. Pero antes de presentarse frente a ella, se revisó en un cristal quería verse bien y tranquilo,aunque su corazón estaba ansioso y su mente estaba acelerada, por fin se la encontraba en unlugar neutro. Respiró profundo y ya que le gustó lo que veía en su reflejo se acercó a ella por la espalda. — Buenas tardes — el tono que utilizó era delicado, casi como queriendo ser parte del medioambiente y no asustarla. Aunque no funcionó, Ar
Ariana iba nerviosa todo el camino en el auto, no deseaba guiarlo a su casa, nadie debería saberdónde vive, pero no podía seguir negándose ante tanta insistencia de Caleb por llevarla. — ¿Voy por el camino correcto? — Caleb necesitaba interrumpir el silencio que llevaba todoel camino, ¿Se habría equivocado en algo?— Sí no te preocupes. De hecho, por favor déjame en la esquina, donde esta aquel parque.— Puedo dejarte frente a tu casa.— No, mi casa está por un callejón, no cabe tu auto.— Pero es tarde. Ariana negó. — Yo ando a todas horas, es seguro para mí. Al detenerse el auto, Ariana toma su rosa, y se despide. — Muchas gracias, lo pasé muy bien.— mientras se acomoda su largo y dorado cabello detrásde la oreja.— Ari, cuando quieras hablar o necesites algo llámame ¿sí?— deseaba acercarse a ella peroalgo lo detenía.— Gracias. — Ari asintió con la cabeza para inmediatamente después cerrar la puerta ycontinuar su camino a pie. Caleb no hizo otra cosa que observar como la
Un nuevo día, nuevas responsabilidades, Emilia había despertado temprano, la habitación en laque estaba se sentía como una princesa, si hasta tenía una cama con dosel. Un sueño para cualquiera, un suspiro terminó con toda su ilusión, debía continuar con susresponsabilidades, tomó su teléfono y llamó a Duarte. — Buenos días— respondió él.— Buenos días Duarte, soy Emilia, disculpe que lo llame así de repente y tan temprano perotengo algo de lo que hablar con usted.— No se preocupe señorita…— se escuchó un leve carraspeo y después se corrigió— señoraVillanueva, aún no me acostumbro, una disculpa. Emilia sonrió, se lo imaginaba rojo por la pena, con lo correcto que era una equivocación así se laestaría recriminando todo el día. — No se preocupe, todo es muy reciente, pero justo por eso lo estoy llamando.— ¿Se arrepintió?—Duarte ya había cambiado de actitud y se encontraba a la espera de larespuesta. — ¿Quiere que nos veamos en persona para hablar del tema?— No, y no es necesa