¿Imaginaba el trasfondo familiar de Ari? Los leo.
Un nuevo día, nuevas responsabilidades, Emilia había despertado temprano, la habitación en laque estaba se sentía como una princesa, si hasta tenía una cama con dosel. Un sueño para cualquiera, un suspiro terminó con toda su ilusión, debía continuar con susresponsabilidades, tomó su teléfono y llamó a Duarte. — Buenos días— respondió él.— Buenos días Duarte, soy Emilia, disculpe que lo llame así de repente y tan temprano perotengo algo de lo que hablar con usted.— No se preocupe señorita…— se escuchó un leve carraspeo y después se corrigió— señoraVillanueva, aún no me acostumbro, una disculpa. Emilia sonrió, se lo imaginaba rojo por la pena, con lo correcto que era una equivocación así se laestaría recriminando todo el día. — No se preocupe, todo es muy reciente, pero justo por eso lo estoy llamando.— ¿Se arrepintió?—Duarte ya había cambiado de actitud y se encontraba a la espera de larespuesta. — ¿Quiere que nos veamos en persona para hablar del tema?— No, y no es necesa
Emilia estaba en el cuarto de su mamá, la había necesitado tanto por todo lo que le estabasucediendo últimamente, su apoyo y sus palabras de aliento . — Mami, te tengo muchas noticias, ¿recuerdas cuando te comento Damián del hombreguapote?,—esa noche era de las ultimas que habían podido compartir juntos, recordó connostalgia— pues bien, ¿cómo te digo?— estaba nerviosa últimamente le había contadomuchas cosas a su mamá y no sabía si la escuchaba o no pero ella tenía la necesidad desentirse escuchada. — Te lo diré como va, después me regañas todo lo que quieras… noscasamos ayer, ya vamos a vivir juntos. En el fondo ella esperaba que Liliana abriera los ojos por la sorpresa y comenzara a aconsejarlasobre lo arriesgado que era. O que por el contrario gritara de emoción por que el amor debedisfrutarse al máximo y tenerlo era una bendición. Aguardó unos segundo pero nada de lo anterior había sucedido. Emilia abrazó a su mamá con mucho cuidado, no quería provocarle hematomas, tamp
Frida está furiosa con Dante, con ella misma y con el mundo, después de haber pasado añosesperando a ser la mujer más poderosa del país, la esposa del magnate Dante Villanueva, todo sehacía cenizas porque alguien más se había adelantado. Entrando a la oficina de Dante no se pudo contener más. — Dante ¿qué demonios significa esto?— Frida volteo su teléfono justo frente la cara de elpara que viera claramente las imágenes que él acababa de mirar.— Frida cálmate— Dante no estaba para juegos o escenas y esto era la gota que derramabael vaso para inconvenientes de este día.— Dante me lo prometiste, me prometiste que yo sería tu esposa, ¿Por qué me encontréaquí con que ya te casaste?— preguntaba mientras movía su teléfono— Se suponía queera Don Carlos Villanueva quien nos mantenía separados, pero él ya está muerto, nopuede hacer nada desde el mas allá y en lugar de regresar a mí, me alejas más, sabes quete amo y te aprovechas de eso. La desesperación de ella era casi palpable, la
Frida está furiosa con Dante y esa misma furia es la que la inspira para seguir caminando entre lasmesas de un restaurante en el que la está esperando Aguirre el socio de los almacenes Villanueva,el cual quiere quedarse con ellos, ¿para qué? A ella no le interesaba realmente. — ¿Y bien? ¿Para qué me llamaste? — Aguirre ya había terminado de comer, así que selimpió la boca con una servilleta y le indicó que se sentara frente a él.— Ya me cansé. Aguirre levantó una mano pidiéndole un momento, llamó al mesero y le pidió privacidad.Instantes después descolocaron unos paneles empotrados en las paredes que estaban disimuladospor unas cortinas largas y pesadas para colocarlos alrededor de ellos haciendo una tipo oficinaespacio perfecto para ser un lugar privado. — No te preocupes el cristal además de ser oscuro impidiendo que nos vean es insonoro,nadie nos escuchará.— Así que vienes seguido— dijo Frida sorprendida, por la rápida reacción del mesero y losdemás acompañantes ante un
Ariana no puede olvidar lo maravillosa que fue la cena, esa cita que por primera vez había sido conalguien distinto a Tadeo. Era algo completamente nuevo sentirse suficiente, y ser la prioridad de alguien, de otra persona,tener atención de alguien más en su totalidad, el entusiasmo que vio en los ojos de Caleb durantetoda la cita la hizo sentir que ella valía la pena. Sentir que no necesitas luchar permanentemente con todas las demás mujeres que estánalrededor por mantener la atención de un acompañante, era lindo. Ariana estaba entre todos esos recuerdos que no se dio cuenta que detrás de ella iba unacamioneta que ella conocía muy bien tanto al vehículo como al dueño. Después de caminar unos metros la camioneta se empareja a su lado para llamar su atención. — ¡Ariana! ¡Ariana! Ella se estremece por la sorpresa, no esperaba que alguien la llamara en medio de la calle. — Tadeo. — se queda ella mirándolo, para darse cuenta que sí, que él estaba a su lado en lacamioneta y no e
Dante y Emilia estaban detrás de las puertas principales de la mansión Villanueva. — ¿Estás seguro que esto es lo correcto? — Emilia estaba ansiosa.— Seguro no, pero es lo que tenemos que hacer, tenemos que defendernos Emilia y ésta esla única manera. Ella asintió, no tenía experiencia en cosas como ésta, así que solo haría lo que le pidieran. Sindudarlo más, Emilia extendió su mano para que Dante la tomara y salir a un podio que estabainundado de luces y flashes, además de reporteros. Se hizo el silencio por petición de Duarte e inmediatamente después Dante comenzó el discursoque ya tenía preparado. — Buenas tardes, hoy les hemos pedido que asistieran aquí para decirles la verdad de lo quesucedió, ya que las redes están inundadas de suposiciones, malintencionadas— guardósilencio un momento— Lamentamos que se hayan adelantado de esta manera, pero ya nohay manera de cambiar el pasado. Sabemos que mi abuelo Carlos Villanueva que en pazdescanse acaba de fallecer, y esto nos h
Llegando al despacho que Dante utilizaba para tener mayor privacidad, se dio cuenta que lallevaba tomada de la mano, más fuerte de lo que debiera, así que inmediatamente la soltó. Sin dirigirle la mirada en ningún momento se fue directo a las botellas de licor para servirse untrago. — ¿Quieres algo?— No gracias, no tomo. Dante asintió entendiendo, normalmente el tampoco pero últimamente la situación lo habíaestado sobrepasando. — Emilia— comenzó— respecto a lo que dije en la rueda de prensa.— Lo sé, fue para mejorar la imagen entre tanto desastre. Dante ya estaba cansado, de tanta mentira, de tanto secreto, de tanta inseguridad.Su abuelo se lo había dicho claro, “un corazón herido sólo se cura con amor” y él se había negadotantas veces a recibirlo que cuando por fin lo tenía frente a él no luchaba, y eso ya lo habíafastidiado bastante. — No Emilia, no te adelantes, por favor— ahora sí la miró directo a los ojos, esperando queella pudiera ver en ellos lo que trataba de mo
Emilia tuvo que parpadear varias veces para tratar de comprender que era lo que tenía que verella con todo lo que acababa de confesarle, sobre su dolor y su falta de amor. — ¿Yo? — la confusión se escuchó en su pregunta y Dante no pudo evitar sonreír.— Sí tú, al aparecer en mi propuesta de matrimonio ese día me salvaste de cometer elmayor error de mi vida, y te lo agradezco.— De nada. — Ella sentía que su corazón se iba a salir de su pecho como caballo desbocado.— Y no sólo me ayudaste con eso sino que me llenaste de tu amor y tu lealtad incondicional,ayudándome a entender que el amor no es un deseo de posesión sino de sentido depertenencia y deseo de cuidar al otro, contigo aprendí que todo lo que hago puede serreconfortante, y que el amor viene en muchas medidas y tipos, adoro convivir con tuhermanito, sinceramente lo siento como parte de mí, y a ti te veo como alguien a quienquiero cuidar y proteger con mi vida si es necesario, Emilia, eres el motivo por el quequiero con