¿ En qué se ha metido Frida?
Ariana no puede olvidar lo maravillosa que fue la cena, esa cita que por primera vez había sido conalguien distinto a Tadeo. Era algo completamente nuevo sentirse suficiente, y ser la prioridad de alguien, de otra persona,tener atención de alguien más en su totalidad, el entusiasmo que vio en los ojos de Caleb durantetoda la cita la hizo sentir que ella valía la pena. Sentir que no necesitas luchar permanentemente con todas las demás mujeres que estánalrededor por mantener la atención de un acompañante, era lindo. Ariana estaba entre todos esos recuerdos que no se dio cuenta que detrás de ella iba unacamioneta que ella conocía muy bien tanto al vehículo como al dueño. Después de caminar unos metros la camioneta se empareja a su lado para llamar su atención. — ¡Ariana! ¡Ariana! Ella se estremece por la sorpresa, no esperaba que alguien la llamara en medio de la calle. — Tadeo. — se queda ella mirándolo, para darse cuenta que sí, que él estaba a su lado en lacamioneta y no e
Dante y Emilia estaban detrás de las puertas principales de la mansión Villanueva. — ¿Estás seguro que esto es lo correcto? — Emilia estaba ansiosa.— Seguro no, pero es lo que tenemos que hacer, tenemos que defendernos Emilia y ésta esla única manera. Ella asintió, no tenía experiencia en cosas como ésta, así que solo haría lo que le pidieran. Sindudarlo más, Emilia extendió su mano para que Dante la tomara y salir a un podio que estabainundado de luces y flashes, además de reporteros. Se hizo el silencio por petición de Duarte e inmediatamente después Dante comenzó el discursoque ya tenía preparado. — Buenas tardes, hoy les hemos pedido que asistieran aquí para decirles la verdad de lo quesucedió, ya que las redes están inundadas de suposiciones, malintencionadas— guardósilencio un momento— Lamentamos que se hayan adelantado de esta manera, pero ya nohay manera de cambiar el pasado. Sabemos que mi abuelo Carlos Villanueva que en pazdescanse acaba de fallecer, y esto nos h
Llegando al despacho que Dante utilizaba para tener mayor privacidad, se dio cuenta que lallevaba tomada de la mano, más fuerte de lo que debiera, así que inmediatamente la soltó. Sin dirigirle la mirada en ningún momento se fue directo a las botellas de licor para servirse untrago. — ¿Quieres algo?— No gracias, no tomo. Dante asintió entendiendo, normalmente el tampoco pero últimamente la situación lo habíaestado sobrepasando. — Emilia— comenzó— respecto a lo que dije en la rueda de prensa.— Lo sé, fue para mejorar la imagen entre tanto desastre. Dante ya estaba cansado, de tanta mentira, de tanto secreto, de tanta inseguridad.Su abuelo se lo había dicho claro, “un corazón herido sólo se cura con amor” y él se había negadotantas veces a recibirlo que cuando por fin lo tenía frente a él no luchaba, y eso ya lo habíafastidiado bastante. — No Emilia, no te adelantes, por favor— ahora sí la miró directo a los ojos, esperando queella pudiera ver en ellos lo que trataba de mo
Emilia tuvo que parpadear varias veces para tratar de comprender que era lo que tenía que verella con todo lo que acababa de confesarle, sobre su dolor y su falta de amor. — ¿Yo? — la confusión se escuchó en su pregunta y Dante no pudo evitar sonreír.— Sí tú, al aparecer en mi propuesta de matrimonio ese día me salvaste de cometer elmayor error de mi vida, y te lo agradezco.— De nada. — Ella sentía que su corazón se iba a salir de su pecho como caballo desbocado.— Y no sólo me ayudaste con eso sino que me llenaste de tu amor y tu lealtad incondicional,ayudándome a entender que el amor no es un deseo de posesión sino de sentido depertenencia y deseo de cuidar al otro, contigo aprendí que todo lo que hago puede serreconfortante, y que el amor viene en muchas medidas y tipos, adoro convivir con tuhermanito, sinceramente lo siento como parte de mí, y a ti te veo como alguien a quienquiero cuidar y proteger con mi vida si es necesario, Emilia, eres el motivo por el quequiero con
Dante se sentía completo, después de pasar una tarde completa llena de amor, pasión y entregacon Emilia en la oficina y después continuarlo en la habitación, no tenía dudas que éste era sulugar, al lado de Emilia y Damián. — ¡No te quedes atrás, corre Dante!— Le gritaba Damián, habían estado jugando todo el día, elniño tenía mucho tiempo sin divertirse así.— Ya verás cómo te voy a derrotar — Dante estaba encantado con el niño, cada día lo sentía másparte de él como si siempre hubiera estado a su lado.— ¡Dante! — la voz de Ruiz llamándolo los interrumpió—ven por favor, Damián lo salvaré antesque lo destroces amiguito. Ruiz tenía poco de conocer al chico pero en ese poco tiempo notó que era un niño muy inteligentey capas de fijarse en detalles que los otros niños de su edad no verían. Por eso él debía mantenerse sin expresión alguna, para no preocuparlo, innecesariamente. — Ya casi le ganaba — sonríe Damián acercándose al mismo tiempo que Dante.— Estas mal, yo ya iba a alcan
Ariana va saliendo de bañarse después de un largo día de limpieza en el trabajo, todo lo quedeseaba era descansar, dejó la toalla en la cama y se puso a bailar con sus audífonos al mismotiempo que se cambiaba, amaba sentirse fresca y limpia como en ese momento. Cuando de pronto la música se detuvo, avisándole que entraba una llamada, Ariana se apresuró aterminar de ponerse el vestido, para tomar el teléfono y encontrarse con el registro —Tadeo—dijo por inercia al leer su nombre en la pantalla. Los nervios se le pusieron de punta, al recordar que la última vez que lo había visto no habíaestado tranquilo, que había estado mal. Sin pensarlo demasiado (cosa que se le estaba haciendo un hábito) contestó la llamada. — Ari cariño ¿Dónde estás? — Tadeo estaba del otro lado de la línea, su voz se escuchabatranquila y relajada cosa que también la relajó a ella.— En casa ¿y tú?— para ese momento Ariana se estaba poniendo sus sandalias.— Estoy un poco retirado, pero quiero que hagamos
Ariana estaba completamente desesperada, los ruidos alrededor en el ambiente oscuro, la teníanaterrada. Se escuchaban pasos ágiles a su alrededor ¿Serían lobos? ¿Perros? Ariana no quería seguirpensando en eso, se agachó para pasar un poco desapercibida. Ariana estaba temblando no quería saber qué era lo que caminaba a su alrededor cada vez máscerca de ella. Revisó su teléfono y decía tres por ciento de carga, ella sintió que su corazón recibía una pequeñadescarga a ese paso si nadie la encontraba estaría perdida toda la noche. Sus mejillas se mojaron con lágrimas de desesperación, el frio la tenía temblando y el miedo latenía hecha un ovillo en medio de la maleza. Pasó el tiempo, Ariana no sabría decir cuánto en realidad, pero al fondo, detrás de innumerablesruidos alcanzó a escuchar una voz, ¿De quién era? la neblina del pavor que sentía la teníaanestesiada. Su cerebro se esforzó por recordar dónde estaba y que tenía que hacer para salir de ahí. — ¡Aquí! — gritó lo más f
Frida se encuentra de nuevo con Aguirre, ahora su socio de planes, ella deseaba saber de qué ibatodo este cambio en la forma de actuar de él, se había comportado muy complaciente, hasta quede un momento a otro solo le daba la información a cuenta gotas. — Dime Aguirre ¿por qué lo entregaste? — Frida había escuchado por error que Aguirre pedíaconfirmación de un tipo de plan. Ella se escondió detrás de una pared para evitar que Aguirre se percatara que ella estaba ahí perolo que escuchó la confundió mucho. — Frida no deberías ser tan metida pequeña. — Aguirre estaba comenzando a frustrarse, pero nopodía deshacerse de ella, a fin de cuentas era hija de un gran amigo de él. — las conversacionesajenas no se escuchan, no al menos que lo que quieras conseguir sean problemas. Ella se sentó frente a él, de nuevo estaban en el restaurante de Aguirre pero en esta ocasión nohabía clientes. — No soy metida— replicó Frida — se supone que somos socios en todo esto, quiero saber qué eslo