Dante estaba que se volvía loco, estaba en reunión con el gerente de logística, encargado de seguridad, encargado de almacén y con el agente Ruiz encubierto, lo había presentado como un consultor externo amigo de él— Entonces quiere decir que después de tantos meses ¿aún no saben cómo nos dañan la mercancía?— preguntó Dante con frustración en su voz, aunque se notaba que estaba manteniendo su furia bajo control.— No aún, los procesos establecidos se cumplen al pie de la letra— le respondió el encargado de almacén— para cuando llega la mercancía a bodega, absolutamente toda esta destrozada, no podemos evitarlo si no sucede en nuestra área— estaba desesperado por dejar claro que no era responsabilidad de su área el desastre que se les estaba cayendo encima.— Los traslados y logística se han modificado cada semana y aun así encuentran la manera de dañarlos, he estado investigando con los choferes y trasladistas, ninguno ha mirado nada diferente de lo normal o lo común, exceptuando lo
Dante se había dejado crecer la barba, traía lentes y gorra para pasar desapercibido entre todos los hombres de la escuela e iba tomado de la mano de Damián quien estaba emocionado de poder participar en el evento como cualquier otro niño.Al llegar a la escuela y ubicar donde tenían que ponerse los padres del grupo, Dante se mantuvo siempre atento a los movimientos de Damián, no quería que se le perdiera entre tanto niño, en eso un papá se le acercó para platicar con él.— Es el primer evento al que vienes verdad— le dijo seguro de lo que decía.Dante se mantuvo serio, ¿se suponía que debía platicar con los otros señores? Volteó a ver a los demás y sí todos estaban platicando, bueno tendría que ingeniárselas para no verse tan fuera de lugar.— A mí me encanta venir a estas cosas— continuó el hombre, era alto, no tanto como Dante pero si más que los demás padres, además de fuerte, tenía una calva en la cabeza que desde su altura veía clara aunque él se esforzara por “cubrir” con un
Ariana llegó a la casa de Tadeo, una que había comprado hacía un tiempo y que a ella le encantaba era acogedora y tranquila, tenía varios días sin saber de él y unos minutos antes la había llamado para pedirle que fuera que quería verla, ella se bajó del taxi, se alisó el vestido rosa que traía, y emocionada tocó la puerta, era raro que él la llamara a otro lugar que no fuera la camioneta.Para Ariana, estar en esa casa era estar un paso más cerca de su mundo, de él y de su corazón. La emoción que la tenía eufórica se esfumó como la brisa en la salida el sol cuando lo miró al abrirle la puerta, estaba completamente desarreglado, con ojeras muy profundas en el rostro, los ojos con venitas rojas y despedía un casi insoportable olor a alcohol.Ariana entró insegura de si debería estar ahí.— Tadeo ¿qué pasó?— le preguntó preocupada.— Lo que más temía Ari – Tadeo se dejó caer al piso después de cerrar la puerta— pensé que todo lo que hacía valdría la pena ¿sabes?—le dijo con esfuerzo de
— ¡Vamos Danna por favor!— dice Emilia — ¿cómo voy a decirle lo que siento? Realmente no estoy ni segura de qué es lo que siento en sí.— Pero si no tanteas el terreno Emi, ¿Cómo vas a darte cuenta si ese sentimiento es correspondido? Qué más quieres, que otra seña necesitas que fuera al evento con tu hermano, que lo haya hecho feliz ¿no es suficiente?, es un hombre del tipo protector y de esos no hay muchos, dime si es vecino o algo que me tienes intrigada.— Eso también lo has hecho tú, preocuparse por mi hermano lo hacen los amigos o Tadeo también.— Amiga nos conocemos desde hace años, es complicidad lo de nosotros, pero el, date cuenta, se está esforzando por que lo veas y notes que puede ser tu príncipe azul.Emilia se removió incomoda en el sofá de Danna, no le gustaba estar en una situación como esa sin control ni planes secundarios.— Hace poco que lo conozco, no creo haberle gustado ¿no te das cuenta? La mujer que nos enfrentó hace un tiempo en el café es el tipo de mujer
Tadeo estaba que no cabía de felicidad, después de escuchar cómo absolutamente todo lo que tenían Emilia y Dante era falso, lo único que quedaba, era dejar claro ante ese estúpido que no debía acercarse más de lo debido a su chica. Sin importar lo que había escuchado Emilia hacía unos momentos, Dante fácilmente podría cambiar de idea.Llegó al estacionamiento y esperó por horas hasta que saliera para abordarlo poco antes de subir a su auto. No iba a dejar esa oportunidad escurrirse entre sus manos.— Dante— lo llamó con tono seguro.Dante se giró sobre su cuerpo ¿quién se atrevía a llamarlo por su nombre? Al verlo lo reconoció era el amigo de Emilia, su facha no le gustaba nada, aún no sabía por qué, pero solo pensar en él lo irritaba.— ¿Quién eres?— le preguntó despectivo.— Ahora no sabes quién soy, en serio. — le respondió Tadeo altanero.La respuesta ante ese comentario fue el silencio, a lo que Tadeo tuvo que continuar como si nada hubiera pasado.— Dante – dijo marcando iguald
El día había comenzado muy movido, solo unos minutos antes Dante había recibido un mensaje en el que se solicitaba su presencia urgente en una reunión extraordinaria, su cabeza estaba a punto de reventar, todo se le estaba acumulando, los ataques de la empresa, Tadeo y sus amenazas y ahora esto.Llegó a la reunión con el rostro firme, no quería que los socios notaran su desconcierto, tenía que estar tranquilo y atento a cualquier error, para saber quién quería quitarlo del puesto. Dante se sorprendió al ver a su abuelo con la cara tranquila y hasta cierto punto contenta, tenía bastante tiempo sin comunicarse con él, de un día para otro dejó de estar tan insistente con el tema del compromiso, y Dante lo había tomado como un descanso, la empresa no era algo en lo que se interesara mucho, después de todo su propio abuelo decía que ya había trabajado demasiado y se había ganado el descanso que quería.— Buenos días, al ser las diez de la mañana con dos minutos daremos por iniciada la re
Después de unos segundos en los que los socios procesaban la indicación del señor Villanueva, uno a uno fueron tomando sus respectivos teléfonos para revisar qué era lo que les había llegado, absolutamente todos los que recibieron un mensaje se quedaron pálidos al ver las pantallas.Carlos Villanueva disfrutó cada segundo del espectáculo privado, saboreando la sensación de control que tenía, ya que nadie entendería porque estaba tan tranquilo, excepto esos socios, los dejó interiorizar el mensaje implícito en lo que cada uno acababa de recibir, porque el mensaje era personalizado, de nuevo una sonrisa se puso en sus labios, le encantaba hacer este tipo de cosas, lástima que solo lo hacía cuando era estrictamente necesario, no por ser una persona amable significaba que debía dejarse sobajar o dejar que cualquiera tomara lo que le pertenecía a su familia, no por nada estaba en donde estaba.— ¿Alguien tiene alguna emergencia que le impida votar?— Carlos preguntó como si desconociera lo
El hospital había estado tranquilo, y bien decían que no se debía mencionar esto, porque luego te arrepentías, eso mismo le pasó a Danna, aunque no lo había dicho lo pensó en más de una ocasión ese mismo día, y sí, al llegar a un pasillo donde estaba el consultorio de Pablo su ex, que aunque no lo había cortado directamente, ya lo daba por terminado, además algo presentía el ya que no la había buscado, pero escuchó la voz de alguien muy familiar.Danna la reconoció y se escondió detrás de un pilar que la cubría.— Entonces ¿Saldremos este fin de semana?— le preguntó Pablo coqueto.— Pues déjame pensarlo— se escuchó la voz ahora de Karla, la enfermera con la que lo encontró.El corazón de Danna se sintió aplastado como una naranja, se tapó la boca para retener un sollozo, no los dejaría verla de esa manera, menos a él.— ¡Claro! Tengo un restaurante al que quiero que vayamos y después— empezó a susurrar— hagamos ejercicio, no nos vendría mal un poco de cardio.Lo siguiente que Danna a