(Punto de vista de Lily)

James y yo estábamos uno al lado del otro en esta sala desconocida hasta el momento para nosotros, sintiéndonos confusos, cuando oímos una voz femenina detrás de nosotros.

"Ya tardaron bastante. Vengan, no tenemos mucho tiempo".

Nos volteamos y vimos a una hermosa mujer -no, Diosa- frente a nosotros. Llevaba un vestido blanco estilo griego y el pelo largo y plateado. Inmediatamente nos dimos cuenta quién era.

"¿Diosa de la Luna?", pregunté.

"Sí, hijos míos. Ahora, acérquense para que podamos hablar. Debemos apurarnos".

James continuó sujetándome de la mano mientras seguíamos a la Diosa de la Luna hasta una zona del pasillo que tenía un techo de cristal y una gran fuente de agua en el centro. Nos abrazó a cada uno y nos ordenó que nos sentáramos en las sillas frente a la fuente.

La Diosa de la Luna se sentó en una silla frente a nosotros y luego nos agarró una mano a cada uno.

"Así que elegiste a James después de todo", comentó contenta.

"Sí", sonreí.