—¡Dios mío! No puedo creer que ya tenga dos años. Parece que hubiera nacido ayer—. chilló Fátima emocionada mientras pellizcaba las regordetas mejillas de Josiah.

Él se rió, emitiendo un chillido excitado en el proceso. Sus ojos verde pálido brillaban de amor, su pequeña nariz salpicada de unas pocas pecas bajo una piel blanca como la nieve, mientras sus pequeños labios rosados se entreabrían con una sonrisa. Era tan adorable y lleno de amor que casi contagiaba a los que lo rodeaban. Fátima lo miraba reír, de vez en cuando echando las manos alrededor de los hombros de su madre para ocultar su risita. Se moría de ganas de tener su propio hijo y pronto lo tendría. Se moría de ganas de contarle sus planes a Kiara, pero le pareció que no era el momento adecuado, ya que era el cumpleaños de Josiah.

Kiara chasqueó los dedos al ver que su amiga se había quedado en blanco.

—¡Hola!

Fátima levantó la cabeza.

—Oh, lo siento, su ternura me mató por un segundo—, sonrió con fuerza, al ver la m