Habían pasado dos días desde que di a luz a mis bebés.

Me sentía completamente enamorada de ellos, eran tan hermosos tenían mis ojos, mi color de piel, al igual que mi color de cabello pero parecían ser igual de mandones y exigentes que su padre.

No dudaba que cuando crecieran fuesen igual que él y aquella idea sinceramente me gustaba mucho.

— estás cómoda?— preguntó Maximiliano me ayudaba acomodarme en la cama, se supone que hoy me darían de alta, ya estaba ansiosa por regresar a casa.

Agradecía que Maximiliano todo este tiempo hubiese estado a mi lado iba solamente a casa por ropa para los dos algo para los niños y salía cada vez que yo necesitaba algo.

Los doctores enfermeros en general el personal de la clínica había sido tan buenos conmigo, claro que entendía que era por las donaciones que Maximiliano solía hacer a esta clínica en específico.

— sí mi amor Muchas gracias ¿Podrías mandar a alguien que me traiga algo de ropa?— le pregunté— ya no tengo nada limpio y los niños nec