Maximiliano Petrova

Había pasado dos grandes días con mi familia.

Besé la frente de Lara antes de levantarme de la cama dejándola completamente desnuda y cubierta por nuestras sábanas blancas.

— A dónde vas?— preguntó adormilada— los niños ya se despertaron?

Sonreí levemente.

Había sido muy afortunado de tenerla en mi vida.

— No, solo iré a trabajar un rato

— Prometiste que hoy no había trabajo

Lo sé, pero ya no puedo seguir sin hacer nada mi amor, no puedo seguir Aquí disfrutando de nuestra vida perfecta con nuestros niños perfectos sabiendo que allá afuera hay una persona que quiere hacerte daño a ti y a mis hijos.

Tengo que hacer algo porque realmente quiero esta vida sin tener que preocuparme por alguien en específico.

— lo sé mi amor discúlpame le diré a las chicas que estén pendiente de los bebés por favor duerme lo que tengas que dormir No sé si pueda estar tan disponible los siguientes días— ella levantó la cabeza hizo puchero y luego volvió a quedarse dormida.

Entendí