Capitulo 04

" —No por favor detente — gritaba tan fuerte que sentía como comenzaba a arder mi garganta.— Papa por favor detente no le hagas daño, por favor...— corrí a buscar algo para intentar separarlo de mi madre, tenía miedo que fuese a matarla.

Sus manos estaban aferradas a su cuello, la iba ahorcar y yo no podía quedarme ahí mirando como sucedía todo.

— Vete Lara vete — ordenó mi madre de forma dura mientras me miraba.— Que te largues a tu cuarto!!— Trato de gritar pero se escuchó más como un susurró.

Él iba a matarla si no la ayudaba.

Mi padre se giró soltando a mi madre cuando me coloque detrás de él y golpee un poco su espalda para que la soltara.

Cuando sus ojos conectaron conmigo podía ver la ira en ellos, y sentí aún más miedo, abrió su mano y golpeó mi rostro con tanta fuerza que me hizo caer al suelo.

— que te vayas m*****a zorra si no quieres que te pase lo mismo a ti o te vaya peor.

Miré a mi madre quién se levantaba del suelo, quitaba la sangre de su rostro y se guindaba en el cuello de mi padre a besar su nuca.

— Ven mi amor se cómo puedes quitarte esa molestia — La vi sonreí aunque el no la mirara.— Solo mírame a mi ¿Si?

— Mamá..

— Lárgate ahora mocosa!

— Vete Lara y déjame a solas con tu padre!

Él se giro y luego de golpearla una vez más la lanzo contra el sofá y se colocó encima de ella sin importarle a ninguno de los dos que yo estuviera ahí en el suelo mirando todo.

Aquel momento me pareció tan asqueroso que simplemente me levanté del suelo y camine hasta mi habitación escuchando gemidos."

Desperté sintiendo mi corazón latir rápidamente estaba cansada de tener aquellos recuerdos quería por una vez despertar y no haber soñado absolutamente nada.

Quería dejar todo eso atrás.

Me levanté sintiendo todo mi cuerpo doler, miré a mi alrededor con miedo de que mis padres estuviesen cerca, y ahí recordé que estaba en casa de maximiliano él me había rescatado anoche de mi padre.

Mi madre me había dicho que estaba muerta para ella porque mi padre estaba por encima de mí.

Y mi bebé...

Anoche apenas toqué la cama me quedé dormida luego de tomar un baño y colocarme ropa nueva que Maximiliano había mandado a traer para mí.

Tenía que admitir que anoche había sido muy hospitalario conmigo cosa que agradecía completamente sin su ayuda seguramente estuviese hecha bolita en mi habitación llorando posiblemente llena de sangre queriendo acabar con mi vida.

Dios!!

Es que ni siquiera quiero imaginarme que hubiese sucedido conmigo anoche.

Me preguntó si mi madre estaba consciente para defenderme o ella simplemente dejó que él se metiese en mi habitación?!

Basta!

Basta de pensar sobre ello

¿Podré ser una buena mamá?

La puerta de mi habitación sonó y no pude evitar sobresaltarme un poco respiro profundo tratando de calmar recordando que no estaba en casa de mis padres estaba con Maximiliano y aquí estaba salvo.

— adelante— dije

Una mujer del menos 40 años entró a la habitación tenía un uniforme y en sus manos una bandeja llena de comida.

No puedo evitar sonreír.

— Buenos días señorita Lara el señor ha mandado a traer el desayuno para usted él salió temprano a desayunar y hacer un poco de ejercicio pero dijo que apenas usted despertara que por favor lo llamara— asendí con la cabeza queda claro que Maximiliano quería tener aquella conversación que me había dicho anoche.

Pero yo aún no lo había pensado.

Aquella mujer colocó la bandeja encima de mí

— Muchas gracias por ser tan amable conmigo y tan atenta

— Qué estamos a su orden señorita, si necesita algo puede buscarme yo me encargaré de cualquier cosa— sentí con la cabeza se pude ver cómo se retiraba de mi habitación y cerraba la puerta.

Mi estómago sonó apenas comencé a oler la comida.

Todo olía exquisito.

Comí en silencio pensando desde hace cuánto no comía de esta forma quizás desde la última vez que desayuné con Susana.

Susana...

Quiero creer que Maximiliano le avisó que todo estaba bien había dejado mi teléfono en la casa de mis padres y claramente no volvería por él.

Una vez que comí aparte la bandeja y caminé al baño que estaba en el cuarto me cepillé e hice mi rutina diaria de todos los días, una vez lista no puedo evitar mirarme en el espejo claramente tenía poco tiempo como para que la barriga se me empezara a notar pero no pude evitar imaginarme con una enorme panza y sonriendo detrás de mí a Maximiliano feliz de esperar a nuestro bebé.

Me estoy haciendo ilusiones tontas que no debería hacerme

Voy a terminar con el corazón tan roto.

Me coloqué aquella ropa que habían dejado anoche para mí, una vez lista tomé la bandeja y salí de aquella habitación bajé las escaleras con mucho cuidado para dirigirme hacia la cocina

— Oh señorita no tuvo que haberse preocupado nosotros nos hubiésemos encargado de todo— dijo una de las chicas que recibió la bandeja— el señor la está esperando en el despacho— asentí con la cabeza— ella la llevará— seguí a la otra chica en silencio esta me llevó hasta una puerta a cuál toqué y esperé cuando escuchó un adelanto me adentré a él.

Me sorprendió ver una de esas sillas que suelen haber en los consultorios y unas máquinas extrañas

¿Que era todo esto?

— Buenos días...— nerviosa al entrar

Ahí estaba Maximiliano y una doctora supongo por la bata que usaba

— Buenos días Lara Ella es la doctora petrova es la mejor ginecóloga obstetra del país ella se encargará de nuestro bebé— dijo con una sonrisa encantadora

— Buenos días señorita Lara, el Señor me comunicó que se hizo solamente una prueba de embarazo casera vamos a confirmar que realmente está embarazada— era posible que no lo estuviera? Me imaginé ese escenario en donde ella me decía que la prueba de embarazo había fallado y que realmente no estaba embarazada no pude evitar sentirme decepcionada aunque eso realmente no estaba pasando.

Si me decepcionaba el hecho de pensar que tal vez no pudiera estar embarazada cómo tendría el valor de abortar a este pequeño ser que aunque ayer me hizo llorar tanto hoy realmente quiero tenerlo en mis brazos

— Hola mucho gusto, sí está bien

Ella me atendió una bata y me señaló un pequeño vestidor improvisado supongo que para que me cambiara así que obedecí y me coloqué aquella bata que ella me había dado.

Cuando salí me senté en donde ella me estaba indicando en aquella camilla especial

— listos para saber si realmente están esperando un bebé?

Corazón latia a mil por horas aún así asenti con la cabeza, Maximiliano se colocó a mi lado y tomó mi mano cosa que no esperé que hiciera pero tampoco dije nada.

— Listos doctora

Ella colocó un gel en mi estómago y en mi vientre.

Mira la pantalla fijamente esperando ver algo que me dijese que realmente estaba embarazada pero no podía ver nada.

No estaba embarazada y si todo había sido falso

Quería estar embarazada?

Quería tener un bebé con Maximiliano un completo desconocido para mí?

Ante un pequeño apretón lo que me hizo mirarlo, este me brinda una pequeña sonrisa, se veía tan nervioso como yo.

— Ya tengo noticias— Oi a la doctora decir.

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