Narra Kim Me había asustado. Todo había pasado tan rápido que cuando Lu frenó por la impresión, al segundo siguiente estábamos rodeada de cámaras y preguntas dichas a gritos para ser escuchadas por encima del ruido. Todo era tan extraño y nuevo para mí, que como en el restaurante, quedé estupefacta mientras Lu intentaba cubrirme. ‘Menos mal no te vieron con aquel diminuto vestido’ me dice mi mente intentando tranquilizarme, pero no lo hace. Rayos, si saben dónde vivo, no me sorprende que me hayan seguido desde el restaurante… — Realmente me preocupa que estés tan callada y fría. ¿Realmente te encuentras bien? — pregunta Alessandro y yo lo miro intentando que ello le dé tranquilidad. Sin embargo, me ruborizo al ver una marca roja en su cuello que tiene ciertas partes moradas. ‘Vaya, también lo marqué’ me digo mentalmente avergonzada. — Por lo menos, ahora te veo roja. Es mejor a estar blanca como un papel. — murmura Alessandro y yo desvío mi mirada avergonzada. — ¿Cómo supiste es
Narrador Omnipresente Las cosas estaban resultando increíble. Gabriela, sonreía al ver las fotos bastante comprometedoras de su hijo y futura hija. Porque si algo era claro, era que ellos terminarían juntos. Lo confirmaba hoy con la foto enviada por el conductor del auto donde se atrevieron a tener sexo.— ¿Qué haces aquí, cariño? — pregunta Bill entrando a su oficina, caminando hacia su esposa para saludarla.— Vengo a avisarte que Alessandro va a estar ausente — murmura Gabriela.— ¿A qué te refieres? Debe estar en Inglaterra. — Envía a alguien más a eso. Porque es mejor estar seguro de que las cosas salgan bien con ese trato a confiárselo a Alessandro — ¿Por qué lo dices? Alessandro, es bastante competente en los negocios — comenta Bill y su esposa lo saluda con un beso profundo que les hace a ambos recordar el pasado donde ellos tenían sexo como conejos.— ¿Recuerdas nuestro pasado? — pregunta Gabriela sobre sus labios.— Creo que no, pero sería buen momento, recordarlo cuando l
Narra KimQuería gritar enojada, molestarlo, insultarlo e incluso, quería salir de aquí molesta por su comentario. Deseaba tanto mostrarme empoderada, fuerte y demandante, para gritarle que no necesitaba su ayuda y que me iba de aquí porque no estaba dispuesta a complacerlo. Pero rayos, la mujer fría que encontró a Dante con su amante, había desaparecido y ahora, estaba una mujer que movía la cola como una perra pidiendo cariño. Porque está era yo, la sumisa Kim que se emociona con solo escucharle llamarme “querida”. Así de tonta me he vuelto y apenas, llevamos unas diez sesiones de sexo.¿Qué pasará cuando pasen más sesiones? ‘Anhelo saber ello’ me dice mi lado lujurioso y me enoja estar de acuerdo. En estos momentos, todos los discursos de mujeres dominantes, independientes y fuertes, se han ido al cesto de la basura por una simple palabra: querida. Oh, rayos. Detesto que Alessandro Delacroix tenga un gran efecto en mí. — Señor, ya vamos a marcharnos. Deben apagar los aparatos el
InglaterraVolví al inicio. Donde era la secretaria del gran Alessandro Delacroix. Sonaba de cierto modo extraño, porque ya habían pasado muchas cosas entre nosotros. Y todo porque ahora estábamos esperando un bebé concebido de una manera no natural. Pero, ya no podía decir que no había tenido sexo con mi ahora jefe, porque si lo había tenido y de qué manera. Lentamente y sin poderlo anticipar, me estaba volviendo en la mujer que no quería ser. Que jamás pensé ser; una mujer sumisa. Una mujer que acepta todo y por ello, estoy en esta situación. Un ejemplo de eso, era lo que sucedía ahora. Después de bajar del avión, el empresario con el que se reuniría, le informó por medio de un correo electrónico que había tenido que marcharse y por ello, no podía esperarlo más. Dicho correo, había sido enviado cuando ya estaban por aterrizar y por ello, el teléfono estaba apagado. Aunque, si lo hubiese tenido encendido, no habría cambiado. Después de todo, ya estábamos estamos en aire británico
¿Cómo se sienten las presas frente a sus depredadores? ¿Cómo se siente estar sin salidas? Mi corazón late frenéticamente y no sé si es la misma sensación que siente un ladrón cuando está contra una pared y la policía, o si la está sensación estaba relacionado a la excitación que su mirada podía causar. Porque sí, justo ahora me estoy excitando y más, cuando sé que él está igual y estamos en medio de espejos que bien podrían mostrar como sucede todo. Justamente, lo que una fantasía sexual insatisfecha, pide a gritos. ‘Cálmate, lujuriosa Kim. estás en una tienda erótica, no puedes hacer… eso’ murmura mi mente y es cuando yo reacciono, alejándome de él. Regresando a mí yo racional, empujó a Alessandro y me coloco el vestido lo más lejos posible de él. — ¿Qué le sucede, señor Delacroix? — pregunto incómoda — Nosotros no tenemos este tipo de relación. Así que, márchese, por favor — digo escandalizadaAlessandro rueda los ojos y me da la espalda mientras termina de quitarse la camisa, cu
Narra Alessandro Estaba molesto. Nunca nadie se había atrevido a tratarme así y está mujer lo había hecho. Básicamente, me había rechazado con la misma dureza con que rechazaba yo a las mujeres y eso, era demasiado molesto para mí.Era humillante que alguien me rechazara y remarcara nuestra relación, como si yo fuera intenso y tóxico. Era un golpe a mi orgullo, dignidad y hombría. Tanto que me molestaba reconocerlo. Y por ello, debía alejarme, dejarla gozar del golpe que me había dado mientras yo me recuperaba del mismo.‘Debes hacerlo, porque fue un golpe certero. Te mostraste celoso y posesivo por tu secretaria. Una simple mujer que el único beneficio que va a darte es tu hijo. Pero después de anoche, no la ves como una socia.’ me dice mi mente y yo niego.No, es imposible que me de celos. No sé qué es sentir celos por alguien, porque experimentar celos es un síntoma de una persona insegura de sí mismo y yo no soy así. Yo no pude mostrarme celoso. Menos cuando no la quiero. No así.
Narrador Omnipresente El reporte de recepción había llegado y por ello, habían llamado a una ambulancia y habían enviado personal del hotel con una camilla por si necesitaban actuar con urgencia. Justo lo que confirmaron cuando caminaron hacia su habitación y la encontraron desplomada puertas antes.— Rápido, debemos ayudarla — dice el trabajador del hotel cuando ve la bata con sangre. Los dos comienzan a subirla a la camilla y juntos se marchan al ascensor donde al bajar, ya está la ambulancia. — ¿Qué sucedió? — pregunta el paramédico — No sabemos, la encontramos inconsciente y cuando llamó, solo solicitó una ambulancia. No explicó lo que sentía — murmura el recepcionista.— Debemos movernos rápido, ¿sabe si vino con alguien?— Sí, llamaremos de inmediato.El recepcionista comenzó a llamar a la habitación de Alessandro, pero él estaba tan frustrado por no poder tener sexo, que al escuchar el ruido, lanzó el teléfono enojado. Mientras los paramédicos se llevaban a Kim a la ambulanc
Narra KimMi cabeza duele, pero el desespero por saber que ha pasado conmigo, me da la fuerza para ignorar mi propio malestar y concentrarme en volver a la consciencia. Las voces, se escuchan lejos al igual que el sonido de una máquina tomando signos vitales.Todo está tan lejos que me esfuerzo en llegar a la fuente del ruido, hasta que finalmente la oscuridad que me rodea, me muestra una pequeña ventana iluminada.Sin saber que podría ser, avanzó ansiosa por salir de la oscuridad y es allí cuando mis ojos se abren, mostrándome a Gabriela y Alessandro Delacroix, en un regaño bastante fuerte.— ¿¡Así terminaba tu preocupación por tu hijo!? ¿¡Esto era lo único que estabas dispuesto a hacer, Alessandro!? — grita su madre con evidente enojo.— Madre…— Estabas con unas prostitutas, mientras ella tenía riesgo de aborto. Dime, Alessandro, ¿ese es el padre que serás para mi nieto?— ¡¿A-aborto?! — pregunta Alessandro mientras mi corazón se acelera al escuchar la palabra — Madre, ¿el bebé…?—