Alessandro sonríe y respira profundo, dejando caer un poco del peso que él mismo se había colocado al culparse por tantas cosas. Las palabras de su esposa, le habían hecho curar un poco el dolor en su pecho, causado por la culpa. — Me alegra que hayas sentido que mi familia, es la tuya.— Mucho antes que tus padres me dijeran que los llamara padres, cuando estábamos en Argentina, los sentí así. Bill Delacroix, fue más que un padre para mí. Él, me conoció como mesera en un café sin renombre y vio en mí el potencial que otros no veían o poco les importaba patrocinar. >> El hombre de negocios, confío en una chica menor de edad y le pago unos cursos para que pudiera ser una buena secretaria. También, recibí la inducción de su anterior secretaria y arriesgándose a todo por mí, me llevó a un puesto tan alto, siendo menor de edad. Sin importarle meterse en problemas.— Papá fue muy bueno. Siempre depositó su confianza en ti, mucho más que en mí.— Él veía algo. Por eso, siguió apoyándome cu
La preocupación invadía a Gabriela Delacroix y Lucía Parker. Llevaban más de una semana sin saber de Alessandro y de esa, más de cinco días sin poder ir a buscarlos por la lluvia que estaba en casi todo el continente. La lluvia que en partes del continente era con viento violento y en otras con tormentas eléctricas, era un peligro que había causado ya mucho daño en varias ciudades de dos continentes. El huracán en algunos lados, había causado tantos daños a viviendas, que no permitían que salieran a escuelas o a trabajar. Ya que, el huracán, se llevaba hasta buses parqueados y ya había dejado varios desaparecidos.En la isla, donde Gabriela y Lucía se encontraban. Los daños habían sido tan fuertes que las paredes de vidrio, habían sido reforzadas creando una casa tan sólida como el edifico donde habían empezado a vivir. — Señora, ya todo está listo. No habrá algún inconveniente por más que llueva y haga brisa. Todo ha sido reforzado. — informa el mayordomo de la casa.— Para serte s
Un mes despuésLa lluvia seguía y por ello, el refugio que habían construido, tuvieron que ser reforzado muchas veces. Ya no estaban todo el tiempo en el refugio y Asher, ya caminaba mejor, por lo que, salían a explorar la isla y buscar comida, como también, ducharse. — Si algo extraño, es el agua caliente y el jabón. Eso de bañarse en el río, con tanta lluvia cayendo, no es agradable. — murmura Kim.— Sirve para tonificar la piel. — Prefiero otros métodos para tonificar la piel, en vez de estar en está agonía.— No te quejes, cariño. Nosotros estamos bien, ¿cierto, Asher? — pregunta Alessandro y Asher asiente lanzándose a los brazos de su padre.— Hombres, dejando siempre mal a uno — murmura Kim indignada.— Vamos, cariño, ¿no quieres bañarte con nosotros? — Prefiero abstenerme de ello. Quizás más tarde lo haga, cuando no haya tanto frío.— Kim, entra de una vez. Recuerda que estamos nosotros, el calor corporal es lo mejor que puedes usar como calefacción. — murmura Alessandro y Ki
Leo respira profundo. No entendía porque esas dos mujeres eran tan tercas con algo que no tenía buenos resultados. Pero, no quería irse. Le gustaba Lucía y quería darle el apoyo que necesitaba para aceptar la muerte de ellos.— Lucía, no te digo esto por hacerte sufrir. Quiero lo mejor para ti y por eso, estoy intentando que salgas de ese pensamiento que solo hace que te dañes. — ¿Por qué me dañaría? Mi unión con ella ni mi intensión por búscala, no es tóxica, es la decisión que me va a ayudar a confirmar que hice todo por encontrarla.— ¿Por qué necesitas desgastarte tanto? — Porque ellos lo valen. Vivir con ellos, fue la decisión más saludable que tomé, porque me ayudó a estar tan segura de lo que quiero y desear tener a alguien a mi lado, como Alessandro. Y no te hablo del dinero, te hablo de tener a una suegra como Gabriela que no teme golpear a alguien por defender a su familia.>> Te hablo de un suegro como Bill que te proteja incluso de su propio hijo y de un Alessandro temero
Una semana despuésDurante la búsqueda, el equipo que los Delacroix habían usado, había podido encontrar a diez personas. Varias de ellas, llevaban más de un año desaparecidas. Por lo que, Gabriela seguía teniendo esperanzas, pero, sé estaba desesperando.— Gabriela, ya estamos listos para irnos.Gabriela suspiro profundo, se encontraba sentada en su cama, mirando hacia la ventana, como si estuviera en un trance, sin embargo, era evidente que ello, no era bueno, las lágrimas cayendo en sus mejillas, daban la noticia de su dolor. — Sé que esto es lo que menos a uno le agrada escuchar en un momento como este. Pero, ¿Estas bien?— No lo estoy.— Gabriela, vamos a encontrarlos.— Para las personas que rescatamos, la lluvia, hizo que sus refugios se destruyeran e incluso, antes de la tormenta, se enfrentaron a tantos peligros y picadura de animales que estuvieron al borde de la muerte.— Lo sé. Pero, ellos posiblemente cayeron en el mar y…— No vamos a perder la esperanza. Ellos deben esta
El temor por perderla lo invade y asustado, toma a su hijo y lo acuesta en el pecho de Kim, asustado por no saber qué hacer con todo lo que está sucediendo. Ahora, si deseaba salir de la isla y no ver algún avión cerca del lugar donde estaban, lo preocupaba. — Asher, abraza a mamá fuerte. está enferma — dice Alessandro y de inmediato, Asher se aferra al cuello de su madre.Mientras Alessandro respira profundo para cargarlos a ambos y salir de allí sin pisar uno de los peces piedras que estaban en el suelo del pequeño espacio con agua y peces que hace parecer una piscina dentro del mar, el miedo por lo que pueda suceder lo invade. Con cuidado, se aleja de las piedras y camina hacia la playa, donde caminando rápido, llega hasta el refugio, donde haciendo un gran esfuerzo, baja a su esposa e hijo, observando cómo va a subir las escaleras para llegar al refugio.— Asher, sube primero. Necesito que me ayudes con mamá — murmura Alessandro y Asher asiente subiendo las escaleras.Alessandro,
Dos días despuésKim no mejoraba en lo absoluto y Alessandro, ya no sabía qué hacer. Sin embargo, no se daba por vencido, eso, era lo último que Asher y él harían. Mientras secaban su cuerpo y le daban agua con trozos de fruta en ellos, Alessandro comenzó a escuchar un ruido extraño. Preocupado porque fuera un peligro nuevo o algo más, sale del refugio buscando la fuente del ruido. Es allí cuando el ruido comienza a intensificarse. Sus ojos se abren y él ingresa al refugio, buscando una blusa roja de Kim.— Asher, quédate con mamá. Ahora vuelvo. — dice Alessandro saliendo del refugio y corriendo a la playa donde mueve de un lado al otro la camisa, mientras la avioneta pasa por el lugar. La preocupación, invade a la familia Delacroix, al ver que siguen sin encontrar a los demás integrantes de esta. Por lo que, la angustia, aumentaba.— ¿Cuánto más debemos buscar para encontrarlos? — pregunta Gabriela angustiada.— Hoy iremos a una nueva zona. Ya es la última queda por recorrer. Si no
Horas despuésLa angustia invadía a la familia Delacroix que esperaba en la habitación donde Asher dormía después de comer algo más que frutas. Durante la esperaba, Alessandro le cuenta todo lo que había pasado y Gabriela, limpia sus mejillas, después de dejar de llorar. — Ya no volveré a confiar en esos malditos reportes climáticos. — se queja Gabriela. — Lo importante es que estamos bien, madre. Pudo haber sido peor. — No lo digas o podría darme un infarto — dice Gabriela angustiada. — Estaremos bien. Ya todo pasó — murmura Lucía acariciando la cabeza de Asher.Alguien toca a la puerta y ellos permiten el acceso, mostrando al abrirse, a la mujer que saluda, sentada en una silla de ruedas.— Hola, chicos. — saluda Kim— ¡Kim! — grita Lucía y Gabriela corriendo hacia ella, mientras Asher se despierta asustado por el grito.— Estoy bien, no necesitan gritar.Gabriela y Lucía la revisan mientras lloran. Asher, quien se limpia sus ojos, dirige su atención hacia la fuente del ruido y e