Quería buscar algo que me dijera que es producto de mi imaginación, porque es básicamente imposible que hagan tantas cosas en menos de diez minutos que tarde en cambiar mi ropa y arreglar mi maquillaje.Simplemente, es imposible. Pero, Lucía me toma del brazo, haciendo que confirme que no es un sueño o producto de mi imaginación.— Vamos, amiga. Es momento de dar este paso. — murmura Lucía y yo la observó seria.— Debes estar loca. — La loca eres tú que crees que esto es innecesario, ya tienen un hijo, viven juntos y ya reconocieron que se aman. Así que, sólo hacía falta hacerlo legal. — dice Lucía mientras yo no puedo siquiera moverme por la sorpresa.— Esto es una locura. No voy a ceder a está m*****a locura. — digo molesta.— Cariño, yo…— ¡No! ¡No lo acepto! — digo alejándome hacia la salida.— ¡Kim, espera! — dice Alessandro corriendo hacia míRápidamente, me marcho del lugar y cuando subo al auto, quien me perseguía, entra al auto.— Kim, por favor.— ¡¿Estás loco, Augustus Ales
En medio de aplausos de los que amamos, tenemos la recepción en el restaurante que tomaron para hacer toda está locura y lo más increíble es que el salón está lleno de personas que no conozco.— Es toda la gente que trabaja en nuestra seguridad. Ellos, van a ser parte de nuestra alegría, mientras nos protegen sin estar todos vestidos de negro — comenta Alessandro cerca de mi oído y yo asiento comprendiendo. — Tenías todo listo desde hace rato. — comento y él sonríe — Recuerda que mi reunión fue temprano. Así que, deberías darnos crédito al tener todo listo en tan poco tiempo — ¿Cuándo viajaras? — Será la próxima semana que me iré definitivo. Estos días, estaré revisando los negocios en el país. — comenta él y yo asiento. — Eres un hombre muy ocupado. — Eres la esposa del hombre más adinerado del mundo, es evidente que tengo muchas responsabilidades. Necesito trabajar duro por si mi esposa quiere una isla o un aeropuerto — alardea Alessandro sonriente y yo intento no ahogarme con
Sabía lo que iba a pasar. Su sonrisa pícara me lo decía y yo, no podía contenerme. Era como si caminara hacia el fuego y no tenía miedo de quemarme. Porque, yo era gasolina, una que avivaba el fuego de los dos.— Mi querida esposa, ¿desea ser atendida especialmente por su esposo o quiere huir del placer? — pregunta sonriente.— Yo no estoy huyendo. Nunca lo he hecho. Es solo que, era bueno esperar. Estábamos heridos y necesitábamos estar bien para dar el paso. Incluso ahora lo sigo dudando. Fuiste sometido a cirugía, debes tomar un tiempo prudente para hacer estás cosas, ¿no es así? — Me alegra mucho que mi esposa se preocupe por mí. Pero, estoy bien. Ahora, ¿Quieres entrar a la piscina o te da miedo?— Y sigues con el miedo, ¿qué va a pasar con nuestra ropa?— Eso se puede solucionar. Ahora, entra rápido.Respiro profundo y me quito el vestido para entrar después a la piscina. Alessandro, me observa sonriendo y sé que no está muy de acuerdo con el hecho que no me quite la ropa interi
El dolor en mi cuerpo me despierta cuando intento cambiar mi posición para dormir. Rápidamente, me despierto, mientras confirmó que el dolor es real. El cansancio me invade y cuando intento mover mis brazos, estos también duelen.‘¿Cómo no van a dolerte, si has estado colgada a su cuello, sin importar el ataque que te haga?’ pregunta mi mente y yo me sonrojó al recordar la noche anterior.Con cuidado, miró hacia el reloj en la pared y noto que son las ocho de la mañana. Por lo que, sólo he podido dormir dos horas. El recuerdo vago de mi trabajo, hace que intente levantarme de un movimiento, pero, mi cadera cruje mientras yo ahogo un gemido de dolor por cuan herida me encuentro.El recuerdo de nosotros en la piscina, la cocina, la sala, el balcón de la habitación mirando el mar, la habitación y la ducha, me hacen confirmar que ninguno de los dos, se conforma con una sola vez, ni con cuatro, evidentemente. Cubro mis ojos avergonzada y una mano se posa a un lado de mi abdomen, para despu
¿Quién va a una isla, perfectamente vestida y creyendo que recorrería el lugar y termina usando ropa de hombre y sin haber hecho algún recorrido fuera de la casa y los que hizo dentro, solo recuerda las posiciones en las que la tenían durante el sexo? Sin duda, estás horas de esposos, fueron las más agotadoras de mi vida y lo peor, es que tenía miedo de que así fuera mi vida de casada. Sin duda, si sigo así siquiera un mes, la parte de hasta la muerte los separé, será más pronto de lo que creí.— ¿Qué piensa mi hermosa esposa? — pregunta Alessandro sentándose a mi lado y yo busco la manera de alejarme de él, sin que mi cuerpo duela. Lo cual, es imposible.— Aléjate de mí, súcubo — digo y él me sonríe.— Tranquila, también he tenido suficiente, a mí también me duele la pelvis y…— Lo entiendo, no te preocupes. — digo y él me sonríe.— ¿Tienes miedo de excitarte si menciono la palabra miembro o polla?— No, pero, quiero despejar mi mente de cualquier cosa lujuriosa. — Está bien, ¿vas a
Días después El orgasmo arrollador, me deja sin palabras sobre el borde de mi cama. Cuando creo que la vida de casada, podría ser aburrida y rutinaria. Alessandro Delacroix le da un significado muy distinto y extasiante.Los espasmos me hacen contraer y relajar mi cuerpo, mientras él sale de mi interior y besa la unión de mis pechos, arrastrando sus labios hasta mi ombligo. Estaba agotada y apenas eran las siete de la mañana. — Buenos días, querida esposa — murmura Alessandro para después, besar castamente mis labios.— Dios, ya no puedo quejarme por llegar tarde al trabajo, cuando el motivo es demasiado bueno. — murmuro y Alessandro me sonríe.— Por fin estás siendo honesta contigo, cariño. — murmura Alessandro y yo intento moverme para irme a bañar, aunque todo mi cuerpo duela— Muchas mujeres lo último que ven es a su esposo durmiendo y es lo primero que ven cuando se despiertan, no esto.— Bueno, me alegra provocar tu sueño después de una sesión intensa de sueño y despertarte con
Narrador Omnipresente Los esposos Delacroix se miraban fijamente. Ninguno quería ceder y es que nada relacionado a su pareja, era algo fácil de soltar. Sobre todo, cuando ambos son celosos y desconfiados. Por eso, la guerra de miradas y miedos, era evidente.— Dime algo, Alessandro, ¿no confías en mí?— Confío en ti, más que en mí.— Entonces, ¿por qué haces esto? — pregunto sería.— Porque no quiero que alguien vea tu magia. Tengo miedo de que alguien más vea tu brillo.— Alessandro…— A mi alrededor, antes que Asher y tú, llegarán a mi vida, lo tenía todo, pero, no lo disfrutaba. Fuiste tú quien me enseñó a amarte y ver a mi hijo, como lo que más debo de amar y no, un requisito para tener la presidencia o complacer a mis padres.— Eso no fue algo que te enseñé. Fue algo que aprendiste por ti mismo, Aless. Date crédito por lo que aprendiste por tu propia cuenta.— Eres luz, nena. Eres una mujer que me ayuda a ser mejor sin obligarme a serlo. Soy mejor de lo que pensé ser, porque está
Yocelyn estaba molesta. No solo no había podido convencer a Alessandro de su pérdida de memoria, sino que, la había mandado bastante lejos. Tanto, que no podría acercarse ni en mil años a sus objetivos. La rabia invadió por completo a la mujer que ve como le había colgado la llamada. Estaba al borde de un ataque de ira y lo peor, era que el enfermero, sonreía al saber todo. — Deberías darte por vencida. Fingir que nada pasó y aceptar que perdiste.— ¿Eso te dijo mi esposo? ¿En algún momento dejó de ayudarme? Porque si es así, nuestro trato se termina.Yocelyn, lo había perdido todo. Su relación con Alessandro, esa que tuvo más que todo, para hacerle la vida complicada a Dulce y su matrimonio con quien amo, pero solo fue usada por él. Por su posición y dinero. Ahora, solo podía recurrir a ese hombre que tanto la lastimó al tomar una mujer con menos dinero que ella y esta, aunque era diez años mayor que ella, pudo quedar embarazada, era el amor de su vida, eso que nunca pudo ser ella