El rubor me recorrió por completo. Sabía que no promesa, su sonrisa me da a entender que no bromea y aunque dude, no me atrevería a levantar las sábanas para estar segura. No quiero llevarme… sorpresas. Respiro profundo e intento no sucumbir al placer que mi mente me hace recordar cada encuentro sexual que hemos tenido.— Dormiré con Asher también.— Amo a mi hijo, nena. Lo sabes. Pero, estoy herido — dice Alessandro con una mirada de perro regañado — ¿Qué pasa si me lastima? Puedo ser fuerte, pero, ahora soy un paciente que solo quiere tener una buena noche.— ¿Y para eso necesitas quitarte la ropa?— Sí, es para estar más cómodo — murmura Alessandro y yo respiro profundo.— Buenas noches, Alessandro. Iré a dormir con Lu y Asher, entonces — digo girando mi cuerpo.— Pero, ¿Qué pasará conmigo?— No tengo idea. Llamaré a tu mamá para que te atienda — digo huyendo hacia la sala.— No creo que sea buena idea — escucho decir a Gabriela. — Claro que lo es. Kim es demasiado lenta, ¿no lo ha
Muchas veces crees que descubrir al ladrón, va a hacer que ese ladrón no cometa más crímenes. Pero, para una mujer como Lu, ocurre lo contrario y es por ello, que respiro profundo ante sus ataques y los que son sutiles y otros directos de parte de Alessandro.La noche, no fue muy agradable, claramente no dormí con Alessandro. Pero, eso no impidió que ante cada cosa, él me llamara por teléfono. Por lo que, terminé llevando a Asher a la habitación con Alessandro, siendo mi escudo para su calculador padre.Cinco veces fueron las ocasiones en las que llevé a Alessandro al baño y diez, para ayudarlo a acomodar en la cama. Porque no podía dormir el señor. Así que, estaba agotada. Demasiado para no tener ojeras tan notorias como las que tengo.— Buen día, prometida hermosa. — dice Alessandro a las cinco de la mañana.— Aún puedes dormir — le recuerdo.— Me despierto temprano siempre. Es complicado dormir cuando mi reloj biológico, tiene todo establecido. Respiro profundo recordándome que no
¿Cómo se define el placer? Muchas personas llegan a definirlo como ser satisfecho al estar llenos por comer algo rico, lograr una meta o llegar al éxtasis sexualmente y yo, estoy experimentando el más grande placer al ver al hombre que amo, completamente desnudo y sonriéndome. — ¿Realmente lo deseas? — pregunto y de inmediato, Aless me devora con sus labios, en un beso urgido que me demuestra que él lo desea tanto como yo. Su mano izquierda se posa en la pared a mi lado, mientras la derecha, está en mi cadera, esa que está bastante cerca de la suya. Sus labios, me hacen recordar porque volví a sus brazos y yo solo sonrió mientras rodeo su cuello con mis brazos. Las ganas me hacen olvidar todas las diferencias y obstáculos que hemos tenido y por ello, me dejo llevar. Es Aless quien intenta levantarme y un quejido hace que reaccione, cuando el movimiento brusco, lastima nuestras heridas. — Lo siento. — susurro, mientras Aless suspira frustrado. — Lo lamento yo, Aún no estoy bien. No
Días despuésHabía llegado a mi limite, era bastante molesto ser siempre vigilada por otros. Por lo que, había tomado distancia de Aless. Aunque habíamos llegado al acuerdo de no contratar enfermeros, contraté a uno mientras regresaba a mi trabajo, o más bien, buscaba un nuevo bufete en el que hacer las prácticas. Desde ese día, había tomado distancia de todos. No estoy para juegos absurdos de afrodisíaco y tentaciones que no deseo experimentar. Por lo que, me la pasé buscando un trabajo. Aunque, siempre termino regresando al bufete por trabajo que debo hacer. — Esto no va a durar mucho — murmuro cuando por décima vez, llega un mensaje de Alessandro pidiendo que hablemos. El cansancio me invade mientras termino de leer un caso, es allí, cuando tocan a mi puerta y yo permito el acceso, mientras limpio un poco mi escritorio. Lo único bueno de hacer tantas cosas es que cuando llegas a casa, no tienes más energía que jugar con tu hijo e ignorar el problema con tu pareja.— Abogada Morga
Apenas salimos del lugar, el caos se muestra evidente. Porque Alessandro, trajo a varios guardaespaldas que atraparon a la mujer que había corrido, aunque me detengo, Alessandro toma mi hombro y niega. — No vamos a exponernos, Kim. Primero es nuestra seguridad, después, vamos a saber sobre esto. — dice Alessandro y yo asiento. Sabiendo que tiene razón, enciendo nuevamente el auto y conduzco hasta la casa, pero, Alessandro vuelve a tocar mi hombro.— En realidad, también vine a buscarte por algo importante. Así que, quiero que vayamos a otro sitio.— ¿Es seguro?— Lo es y allá, está mi madre y Asher. Nos están esperando. — comenta Alessandro colocando la dirección en su teléfono y conectando el mismo con el navegador del auto. — ¿Es algo malo? — pregunto preocupada y él niega— Habíamos pedido que se hiciera en otro momento, cuando mi madre estuviera lista. Al parecer, ya lo está.— ¿Para qué?— Para leer el testamento de mi padre — dice Alessandro y yo me detengo. — Bueno, yo… ¿nec
Estaba sorprendida. Creí que había tenido suficiente, pero, esto me demostraba que las bromas iban a seguir y vaya que eran de muy mal gusto. Deseando calmarme antes de matar a alguien, respiro profundo mientras Lu y Alessandro toman mis manos intentando que me calme y no me marche — Lo siento, Kim. Lamento hacerte pasar por todo esto. Pero, no te estoy bromeando. Según los doctores, ella se ha vuelto loca.— ¿Por qué iría a la firma de abogados si se supone, que yo soy la mala y como mala, no debería buscarme? — pregunto curiosa— Yo también pienso que hay algo extraño. Ella estaba armada y dudo que eso era solo por molestar. No podemos tomarla a la ligera. Porque, seguramente, es algún plan para que olvidemos nuestras sospechas — comenta Lu— Entonces, estaba armada y cuando la capturaron, se llevaron la sorpresa que ella se cree tu esposa y todo lo que yo he vivido, ella siente que lo vivió. — comento indignada.— Esto debemos manejarlo con cautela. Debemos ser sabios para no caer
Era absurdo. Me parecía demasiado absurdo que yo esté celosa de una mujer que solo quiere dañarme. Y más aún, es imposible que me sienta así, cuando no soy una chica insegura que va a estar pensando que soy menos o que ella puede quitarme el amor de Alessandro. Pensar eso de mí, era imposible.— Reconócelo, nena. Reconoce que me amas tanto que sientes celos porque me acerque a otras mujeres. — dice Alessandro sonriente mientras con su dedo índice, da pequeños círculos en mi pierna.— Bájate de esa nube, Alessandro. Porque si te caes, podrías matarte. — digo de inmediato. Alessandro sonríe y se estira en mi cama, acostándose a mis pies, para después, colocar su codo en mi cama y su mano, en el costado de su cabeza, para así usar su brazo, como el soporte de su cabeza. Sonrío al ver cómo me observa complacido, mientras con su mano libre, acaricia mis piernas.— Es tarde, ve a tu habitación. — Mi lugar es contigo, a tu lado o… encima de ti, si lo prefieres. — susurra Alessandro con pica
Al día siguienteDeseaba reírme. Quería reírme con lo que estaba viendo, porque, no solo el guardaespaldas y el chófer, me llevaron a la empresa donde salí la última vez embarazada y traicionada. Sino que, el piso que me habían dado, era el de presidencia ¡Presidencia!Respiro profundo cuando el hombre que me hizo masajes en todo el cuerpo, me sonríe como si tuviera humor para sus tonterías. Esas que a él, le parecen de lo más serias, al parecer. Porque cree que exagero.— Te ves hermosa hoy, cariño — dice Alessandro frente a mí, mientras tiene su taza de café en su mano derecha.— No estoy de humor, Alessandro. Dime, ¿de qué se trata todo esto? — pregunto molesta.— Bueno, anoche hablamos de la mudanza, ¿no lo recuerdas? — Lo hablamos a las dos de la mañana, ¿en qué momento el piso de presidencia, se volvió el bufete de abogados en el que hago mis prácticas? — pregunto molesta— En realidad, el bufete está en el primer piso, del lado izquierdo. Del lado derecho, está toda el área qu