Capítulo 19

—¿A dónde me llevas?— me pregunta con curiosidad.

—Te va a gustar, es una sorpresa para ti.— Llevo su mano a mi boca, dejo un beso en su piel y mis ojos van directo a su vientre.

Lleva un vestido ceñido al cuerpo, su cabello cae libre y un abrigo apenas disimula lo bien que se ve. Los tacones me hacen sentir nervios, pero me guardo el comentario.

El tiempo transcurrió lentamente; en mi pecho no cabe la felicidad. Por fin, ella sonríe.

No veía esa sonrisa desde hace mucho, la misma que me regaló en el aeropuerto.

Su cara se iluminó al señalar a los peces.

El murmullo de las personas no me molestaba; estaba perdido en la belleza de su admiración por las cosas.

Su reflejo en el cristal.

Y cómo me abrazó cuando vio a un tiburón acercarse veloz a un buzo.

Me hizo sentir su lugar seguro, quien la iba a proteger.

Nos sentamos algunas veces; los malestares le causaban estragos.

Pero aun así, disfrutamos tanto.

Fuimos a un restaurante que había cerca, con una temática estilo barco.
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