Las cosas en la mansion Albani habían cambiado para mejor, hasta los propios sirvientes estaban a gusto con la nueva señora de la casa, ya que Karen no los interrumpía a cada rato con algún capricho, un problema absurdo ni los molestaba por gusto. Samuel igual respiraba un aire de tranquilidad en casa, sentía una calma que no habia sentido desde que Elisa habia fallecido y le gustaba escuchar de vez en cuando la risa o el llanto de los gemelitos. Scott buscaba terminar rápido sus deberes diarios con el papeleo para ir a ver a Karen y a sus hijos, quienes ya tenían año y medio de edad y estaban en la tierna etapa de su vida donde buscaban dar sus primeros pasos, por lo que su habitación y en varios lugares de la mansion se colocó una alfombra muy suave para ellos, porque ya estaban empezando a gatear. - Jon, Eli papá ya está aquí – canturreo alegre Scott al llegar a la habitación de ellos y ver que sus hijos estaban sentaditos en el suelo rodeados por su ejército de peluches. - Pa –
Después de estar de acuerdo, se comenzó a ver los planes para la boda religiosa de los rubios y aunque ellos no sabían mucho sobre lo que se requería para celebrarla además de lo obvio. Lo curioso es que las noticias volaban rápido y al día siguiente Aiko y sus hijas estaban de visita en la casa para ayudarlo con la organización de la boda. - Hola hola – saludo risueña Chloe al entrar al cuarto de los gemelos quienes estaban sentaditos en sus sillas portabebés escuchando el cuento que su madre les estaba leyendo en esos momentos. - Ahh… - Aw… si ahh ya está aquí – dijo Chloe divertida sentándose en el suelo para quedar a su altura. - Hija, motívalos a que te llamen por tu nombre – dijo Aiko entrando a la habitación – buenas tardes Karen. - Buenas tardes – menciono ella dejando la lectura del cuento de caperucita roja para otra ocasión. - Ya nos enteramos por el abuelo – dijo Margot, quien entro detrás de su madre e imito a su hermanita para sentarse en el suelo y tomar con cuida
Tras un ligero interrogatorio, Damián consiguió los datos que el necesitaba y les dijo que regresaría al día siguiente con varias ideas y sugerencias para ellos, donde si les agradaba podían empezar de ahí para la organización. Samuel y Ricardo habían mirado desde lejos ese ligero interrogatorio, notando que en verdad ese sujeto era un profesional y solo hizo preguntas con respecto a sus gustos que tuvieran que ver con decoraciones para la fiesta. Tras despedirse del pelinegro, Aiko y sus hijas se quedaron para cenar en familia; aunque Margot y Chloe solo buscaban cargar y jugar con los gemelos con los juguetes de ellos. Al día siguiente, la casa estaba en calma, era medio día y Karen estaba jugando en la sala con sus hijos en compañía de Samuel, ya que Ricardo y Scott estaban en una junta de negocios. - Jeje ¿que tienes ahí? – le preguntaba Samuel al pequeño castaño, quien estaba sentado a su lado y le mostraba sus cubos de construcción. - Ah… - Eso es un cubo hijo – le dijo aca
Ignorando toda la felicidad y calma que se vivía en esos momentos, quien no la estaba pasando bien era Elena; habia pasado de tener todo a nada y todo por culpa de su hija, esa cosa que nació mal y se volvió en una molestia constante en su vida desde ese instante. Era la niña que en un futuro competiría con ella, ya que podía imaginarse como compararían su belleza con la de ella, por eso se dedicó a hacer que su pequeña se viera nada agraciada, buscaba esconder su existencia de sus amistades e igual ella se encargó de aislarla de todos, ya que hasta a la misma servidumbre amenazo con despedirlos si descubría a alguno consolando o hablando con esa niña. Todo estaba saliendo bien para Elena: Karen vivía en un infierno como debía ser, porque nació siendo mujer y ella era la única mujer importante en esa casa, pero ese triunfo no duro mucho ya que su esposo pasaba menos tiempo en la casa y con ella, a veces era rara la ocasión que fuera a dormir a casa, todo por culpa de la obsesión que
Damián le habia llamado a Scott para informarle que habia conseguido el viñedo y la iglesia; aunque el sacerdote quiso negarse al principio, pero al saber quiénes se casaban cambio de opinión rápidamente y solo le paso el formulario permitido para decorar la iglesia. Con los 2 puntos importantes resueltos, Damián agendo en primer punto importante: ver las ropas de ellos, empezando por la hermosa novia a quien llevaría de compras en compañía de los gemelos a la mejor boutique de la ciudad. Karen se habia sorprendido de la velocidad y eficiencia del pelinegro, aunque no estaba muy segura de querer ir, por lo que Damián pidió que cerraran la tienda para darles privacidad y llamo a unas amigas para apoyar a la rubia platinada. Cuando llego el gran día, Karen aún se miraba algo insegura, pero busco borrar esos miedos, repitiéndose a sí misma que no era débil y buscaría superar todo eso, ya que nada era como antes; aunque al bajar del auto y ver el gran edificio que era esa boutique se si
Justo cuando la costurera principal de la boutique termino de tomar las medidas de las chicas para sus vestidos de damas de honor, llego Scott para ver a su esposa e hijos. - Aja, querías espiar – dijo Chloe a verlo. - Eh… nooo… cla… claro que no, yo jamás – indico Scott tratando de parecer ofendido. - De hecho, yo le pedí que viniera – dijo Damián. - Api. - Papa. - ¿Ustedes se han divertido? – pregunto Scott abrazando a sus pequeños. - Ah ya entiendo, aprovecharas el día y también escogerás los trajes de ellos – dijo Aiko. - Aja, además como padre Scott es quien debe dar su opinión sobre las ropas de los gemelos y ya el sastre nos está esperando para ver a los 3 – indico el pelinegro. - Yo igual deseo ver sus trajecitos – dijo Sara donde todas rieron y se encaminaron a la zona de caballeros para ver primero el traje que usaría el rubio. - Buenas tardes – saludo el sastre – yo les ayudare en este día para guiarlos en esta cita y puedan obtener el mejor atuendo para su celebra
La comida con el abuelo fue toda una aventura, ya que Scott y Karen descubrieron más de la personalidad de sus hijos presenciando su primer berrinche e igual descubrieron que les gustaban los columpios, por lo que se pidió que empezaran a instalar unos en el jardín para que se divirtieran. Se contacto a la persona que vendía esos juegos y tras pasar una semana ya los gemelos tenían sus propios columpios instalados en el jardín de la casa. - Ahh – ambos miraban emocionados sus nuevos juegos en el jardín. - Esperen niños, primero quiero asegurarme que se instalaron bien – dijo Ricardo saliendo al jardín. - Jeje papá ¿no estas exagerando? ya los inspeccionaron – dijo Scott, quien igual quería estrenar los juegos con sus pequeños. - Deja que tu papá les dé su visto bueno – indico Karen. - Gracias, al fin alguien me comprende – dijo Ricardo acercándose a los juegos y empezando a moverlos donde los gemelos se emocionaban al ver que se movían. - Hijo, ya deja que mis bisnietos jueguen –
Ese día fue algo especial y romántico para Scott y Karen, quienes se permitieron perderse un momento admirando ese gran árbol genealógico, apreciando cada pareja de anillos y leyendo los nombres de los ancestros del rubio. - A tu bisabuela le gustan mucho las esmeraldas – opino divertida Karen al ver el anillo que ella hizo. - Hehe y a la tía abuela le gustaban los grabados – indico Scott al ver la hermosa leyenda que tenían sus anillos. - Cada anillo cuenta mucho de la personalidad de sus diseñadores – menciono Harry, admirando el anillo que el hizo con su esposa. - Es una hermosa tradición abuelito – dijo Scott – gracias por hacernos parte de ella. - De nada hijo – indico el mayor - bueno vamos a ver a mis bisnietos – menciono animado mientras accionaba el mecanismo para esconder nuevamente esa bóveda. Al salir miraron que ya les habían instalado una piscina inflable llena de pelotitas a los gemelos quienes estaban divertidos jugando dentro de esta y Sara los estaba acompañando