La mujer la miraba de forma extraña. Ella seguía inquieta por el hecho de que supo su dirección, no verla antes en su vida, la asustó más. Además de que su apariencia era de una persona que jamás aparecería por esos lares. Se veía tan distinta, grácil y de una posición social elevada a juzgar por lo que le ofrecía y la manera de extender el fajo de billetes, no era solo una mujer adinerada, ella imponía. Seguía vacilante, no sabiendo qué hacer, pese a que su otra parte no habría dudado en aceptar el dinero. Pero a ella le resultaba extremadamente complicado ceder a lo que una desconocida le estaba ofreciendo. ¿Qué motivos tenía ella para solucionar su vida? No había uno solo. Es que ni siquiera se había presentado con su nombre, lo que le daba un aire de misterio aún más poderoso, por ende no podía fiarse de ella. Es que le costaba mucho. —Lo siento mucho, preferiría que se vaya de aquí, no la conozco y...Lorena forzó una sonrisa, ni loca iba a retirarse de ese mugroso lugar sin
El día lunes durante la labor se encontró embotada en todo lo acontecido el fin de semana, seguía causando estragos y también iniciaba una especie de batalla interna. A sabiendas de su embarazo gemelar, el estómago le crecería más rápido por lo que no tendría mucho tiempo antes de poner su carta de renuncia en la compañía, no sin antes haber encontrado algún detalle que arrojara luz sobre el asunto de su hermano y esa aplicación... cada vez todo se volvía más cuesta arriba, en determinadas ocasiones se ponía a pensar si debía seguir con todo eso o parar antes de que fuera demasiado tarde. Si no se daba por vencida era pensando en Peter, tal vez encontró ese pendrive y tuvo curiosidad porque se trataba de una señal, era parte del destino ingresar a esa compañía y llegar al fondo de la verdad. —¿¡Me dices que ha surgido un nuevo problema con el software!? Claramente eso tiene que ser un saboteo, Agus. Es ridículamente absurdo que después de haberse tomado medidas sigue sucediendo. Se
A pesar de todo, el día había pasado de volada, en abrir cerrar de ojos la jornada laboral se acabó.Ya se estaba cambiando de ropa, agotada, y se asustó un poco cuando tuvo que sostenerse de la pared porque había tenido un dolorcito extraño en su parte baja. ¿No debía preocuparse o tenía que prestar atención? Respiró profundamente antes de llenarse de calma y salir de ese cubículo. Afuera lamentablemente se encontró con aquellas dos mujeres que hablaron despectivamente de ella, ni siquiera quería mirarla a los ojos. Solo abrió el grifo y empezó a lavarse las manos en silencio. —Oye, en mi opinión creo que las limpiadoras ni siquiera deberían ingresar a este baño. Su puesto de trabajo es de tan baja categoría que es estúpido que usen el mismo —habló a propósito. Rachel no entendía que era lo que esas mujeres tenían contra de ella. Obviamente se referían a la joven, intentaban hacerle daño con sus palabras fieras. Trató de contenerse sin hacer nada en absoluto, no valía la pena hac
La joven sabía que tenía que ir a trabajar ese martes, pero no tenía ganas... solo quería quedarse durmiendo, desaparecer de ese mundo para siempre y no tener que atravesar por todo ese mar de incertidumbre y problemas que la vida le ponía, lamentablemente no había nada que pudiera hacer, todo era un desastre y seguiría siendo así.Esa mujer que pretendía ser un ángel para ella, solo parecía estar abriéndole las puertas al infierno. No sabía por qué tenía esa sensación, así que no tenía una buena idea de la opción que le daba. ¿Qué ganaba con eso? No tenía idea de lo que obtendría, en caso de que aceptara. Gruñó un par de veces sabiendo lo tarde que era, que ya no podía quedarse acostada de solo saber que tendría asegurado el retraso en la compañía en consecuencia un regaño de su jefe insoportable.Pero también tenía la sensación de que ese día iba a conseguir un inconveniente con Silvain. Era el pan de cada día... Lamentablemente últimamente estaba siendo más frecuente. Esperaba
Empezó a caminar rumbo a la salida sin saber qué hacer con su vida. Era tan de mañana aún, lo menos que quería hacer era encerrarse en esa pieza y quedarse ahí está conseguir que la oscuridad se posara sobre ella y la muerte se la llevara para siempre. Ganas no le faltaban de esperar por su final, al menos el sufrimiento tendría un punto y final. Comenzaba a sentirse bastante idiotizada por el hecho de perder hasta lo que no tenía. Ya no tenía fuerzas para seguir adelante. —¡Agh! —gritó en medio de la calle, tratando de encontrar consuelo. Pero no conseguía sentirse bien. Desconsolada terminó encerrándose en ese cuarto vetusto. Lloraba sin parar en esa cama, odiando con toda su alma haber tenido que habitar ese mundo si la vida al final sería demasiado cruel con ella. ¿Cómo podría tener tan mala suerte? De entre tantas personas ella había sido esa escogida para cargar con un infierno. Pensó en su madre que trabajaba limpiando casas, que se ganaba la vida con el sudor de su fren
Iba de copiloto, a regañadientes se subió, sin opción alguna, porque él casi se lo había exigido, y como odiaba recibir órdenes, más cuando ya no era su jefe. No quería emitir ni una sola palabra. Menos cuando ese hombre a su lado, se atrevió a darle un beso. Aún no lo superaba, era algo que continuaba siendo increíble, pensó que podría verlo como algo sin importancia, y no, no podía. ¡Era su primer beso! —No crea que quiero quedarme con su abrigo, es solo que... —no pudo seguir. —¿No tienes con qué cubrirte? —inquirió, solo se quedó en silencio —. Tengo más gabardinas en casa, no hace falta que me la devuelvas. —Pero hace un momento usted...—Hace un un momento solo estaba desesperado por detenerte, es por eso que no tuve opción y lo único que se me ocurrió fue decirte eso. —Si fuera tan amable de llevarme a ese lugar, se lo agradecería —emitió volviendo a suspirar y él lo dudó. En ese momento la muchacha se sintió ridícula por haber preguntado algo así, era más que obvio que
Rachel sabía que no era una buena idea pasar la noche allí, no quería incomodar a su exjefe y mucho menos ser una molestia. —Señor Boseman, no tiene que hacer esto por mí, puedo irme a mi pieza, y si de verdad le preocupa que vuelva a atentar contra mi vida, le prometo que no lo haré, pero no puedo quedarme aquí —insistió, a lo que él expiró y asintió luego con la cabeza. —¿No te dije que afuera podemos dejar las formalidades? —emitió inhalando hondo y ella asintió. —Sin embargo no puedo dejar de ser formal cuando ya no soy ni siquiera una empleada. Por lo tanto no veo la necesidad de tutearlo.—¿Eh? Solo dime Silvain. Además, ¿no te dije que volverías a tener el empleo? —No debería pasar la noche aquí, yo debo ocuparme de mis asuntos y...—¿Vas a callarte y te vas a dejar ayudar? No me has querido dar la dirección del lugar en donde te estás quedando porque seguramente no es apto para vivir. ¿No es así? —lanzó. —¿Y qué si no lo es? Al final no sé a dónde ir, pero ya le dije que
Silvain después de haber tenido esa conversación con Rachel se puso en contacto con su abogado para arreglar todo el papeleo y fuera lo más rápido posible el casamiento por civil. En realidad no había pensado en volver a casarse después de la infidelidad de Lorena pero la presión de su padre y el deseo profundo de su mamá por convertirse en abuela lo habían llenado de desesperación, al punto de tomar esa decisión que no solo cambiaría su vida, también ayudaría mucho a la chica, de alguna manera estaba compensando a la joven por lo que no pudo hacer con su hermano. El CEO le compró un vestido bonito, zapatos de tacón estilizados para el día del casamiento. En realidad no había necesidad por tomarse las cosas con profundidad, pero al menos guardaría un recuerdo y se lo mostraría a sus padres. La joven sintió como su corazón latía sin parar, cuando había llegado su turno de colocar su firma en ese papel.Todo resultaba demasiado raro, que de un instante a otro se convirtiera en la esp