Mariana y Serafín estaban sentados en la parte trasera del cine. Justo al lado había una pareja en la fase inicial de enamoramiento.

—Conozco un restaurante en la azotea que tiene comida deliciosa. ¿Qué te parece si vamos allí después? —Serafín giró la cabeza hacia Mariana.

Mariana asintió: —Está bien.

Serafín sonrió: —Perfecto.

Mariana no pudo evitar mirar a Serafín.

Realmente era muy amable con ella.

Pero Mariana no sentía ninguna chispa romántica por Serafín.

Quizás estar enredada así con Serafín no era lo mejor.

Mariana suspiró. Era tiempo de relajarse y no pensar demasiado.

Pero a mitad de la película, conforme el contenido se volvía romántico, la atmósfera en la sala se volvía romántica también.

Mariana incluso escuchó el sonido de besos a su lado.

Mordiéndose el labio, Mariana miró furtivamente hacia la derecha y vio a dos jóvenes besándose apasionadamente.

Mariana metió silenciosamente un poco de palomitas en su boca y cuando miró hacia adelante de nuevo, vio a otra pareja besá