Capítulo 289
Mariana se movió hacia un lado, esquivándola.

Hadya frunció el ceño: —¿Cómo te atreves a esquivarme?

—Ni siquiera mis padres se atrevieron a golpearme una vez, ¿qué eres tú? —Mariana cuestionó.

Hadya se quedó sin palabras.

La miró furiosamente.

—Si yo tuviera una hija como tú... —Hadya la señaló, con su cuerpo temblando de ira.

Mariana sonrió y respondió con calma: —Por suerte no soy tu hija.

Para ser honesta, si tuviera una madre como Hadya, ¡preferiría saltar de un edificio!

—¡Maldita sea! —Hadya estaba furiosa.

Solo Eduardo observaba en silencio a las dos. Sentía que Mariana y su madre tenían más similitudes de lo que parecía a simple vista. Incluso sus temperamentos espinosos parecían coincidir.

Eduardo tragó saliva. Vio a Mariana alejarse sin mirar atrás.

Hadya se volteó hacia la sala de reuniones. Parecía que ambos estaban en sintonía.

Eduardo agarró el brazo de Hadya, de repente, y preguntó fríamente: —Mamá, ¿no crees que ella y tú... se parecen un poco?

—¿Qué? —Hadya ya estaba
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