Capítulo 277
Mariana sonrió y alzó un trozo de sandía, saludando a Walter.

Walter resopló para sus adentros y continuó socializando con los demás.

Mariana dejó la cáscara de sandía y se limpió los dedos al notar a alguien acercándose.

Mariana levantó la mirada y se dio cuenta de que era Eduardo, el hermano de Jimena.

¿No era esta una fiesta de la industria del entretenimiento? ¿Por qué parecía más una reunión de la alta sociedad de Yacuanagua?

Eduardo echó un vistazo a Mariana y tomó una taza de café.

Mariana dudaba si debía saludar a Eduardo. Después de todo, entre ellos...

Mientras Mariana estaba indecisa, Eduardo habló primero: —He oído que tú y Walter se han divorciado, ¿verdad?

Mariana lo observó. Él sonrió, elegantemente vestido con un traje negro, una mano en el bolsillo y la otra sujetando la taza.

Eduardo parecía maduro y respetable. Pero al hacer esa pregunta, su alegría era inconfundible.

Mariana suspiró, entendiendo que Eduardo estaba contento por su hermana Jimena.

Después de tres años
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