Cuando Walter regresó a la mansión, el reloj ya marcaba la una de la madrugada.Se quitó la chaqueta y aflojó la corbata, pero notó que la casa estaba completamente en silencio. Intrigado, se dirigió al dormitorio, mirando a su alrededor, pero no encontró ningún rastro de Mariana.Frunciendo el ceño, sacó su celular para llamarla, pero de repente vio el mensaje no enviado de la vez anterior.Fue entonces que recordó que todavía estaba en la lista negra de Mariana.Por primera vez, Walter se dio cuenta de lo complicados que pueden ser los sentimientos.Suspirando con impotencia, se dejó caer en la cama y abrió Instagram.Parecía que Jacob estaba disfrutando de una vida nocturna vibrante, rodeado de mujeres hermosas y divirtiéndose mucho.Con buena intención, Walter dejó un comentario: [Cuida tus riñones.]Jacob: [Aún no terminamos. ¡Ven, Walter!]Walter se rio y dejó el teléfono a un lado.A la mañana siguiente, una serie de llamadas de Simón lo despertaron de su sueño.—¡Jefe, ocurrió
Según lo que mostraba la aplicación, el troyano que habían lanzado al Grupo Guzmán estaba siendo atacado y ya habían logrado descifrar el sesenta por ciento.Mariana se tocaba la barbilla mientras sus ojos estaban fijos en la barra de progreso que avanzaba continuamente.A esa velocidad, podrían descifrarlo por completo en menos de veinte minutos.Parecía que la gente de Walter realmente era hábil, ¿cómo lograron descifrar su troyano?***Mientras tanto, en la entrada del edificio del Grupo Guzmán, la multitud ya se había dispersado debido a un aviso de emergencia que daba la mañana libre, con la jornada laboral normal en la tarde.Sin embargo, el chat interno de la empresa estaba alborotado, todos especulaban sobre si el sistema podría estar reparado para la tarde.Empleado A: [Nuestro sistema de seguridad es tan fuerte, ¿cómo pudieron hackearlo?]Empleado B: [Seguro que el jefe se metió con alguien importante.]Aunque el edificio estaba oscuro y parecía desierto, cada vez que un empl
¡Las pruebas hablan por sí solas! El momento en que Walter la arrojó en el coche había sido captado con una nitidez increíble. La noticia se esparció rápidamente, y en cuestión de minutos, el departamento se convirtió en un hervidero de rumores, tan bullicioso como un mercado.Helena fue la primera en comentar: —¡Estos medios son súper metiches! Son pareja, ¿qué tiene de malo que se diviertan un poco?—Sí, la neta. El señor Guzmán y Mariana se ven súper bien juntos, tanto en altura como en apariencia —añadió otra doctora con una sonrisa.Todos pensaban que la noticia era explosiva, y comentaban lo enamorados que se veían.Sin embargo, la única que había visto esas fotos la noche anterior, Jimena, estaba pálida y sin una pizca de sonrisa en el rostro.La noche anterior, ella había hecho todo lo posible, casi rogando a Walter que se acostara con ella.¿Y el resultado?Walter la había dejado en la bañera fría como si fuera un trapo sucio, ¡y había salido sin siquiera voltear atrás!Al rec
Milena asomó la cabeza por la puerta de la habitación y se dio cuenta de que algo no andaba bien con Mariana. Aclaró su garganta y la llamó: —¿Mariana?Mariana se volvió de inmediato y se encontró con su mirada curiosa y escrutadora, sintiéndose algo incómoda.Bajó la mirada hacia su propia postura.De acuerdo, ciertamente era un poco extraña.Había estado ocupada toda la mañana y hasta el mediodía no había encontrado un momento para sentarse y tomar un respiro.Sacó su celular y abrió el sistema de hackers, sorprendida al descubrir que su troyano había sido neutralizado.Mariana rápidamente buscó noticias sobre el Grupo Guzmán y vio que ya habían vuelto a la normalidad.¿Quién era ese hacker tan increíble? ¡Era admirable hasta el punto de rendirle respeto absoluto!Mientras pensaba en su próximo movimiento, Yahir le envió un nuevo mensaje: [Jefa, ¡la Base M fue atacada por un hacker, y fue la gente de Walter!]Mariana estaba a punto de beber agua, pero casi la escupe al leerlo.¡¿Qué?
En la mesa, Nerea miraba sonriente a los dos y preguntó: —¿Cómo estaban últimamente?—Muy bien —respondió Walter.Mariana comía en silencio, con la cabeza gancha. En realidad, la anciana sabía perfectamente cómo estaba su relación.—Sí, muy bien, hasta yo vi las noticias —Nerea sonrió y agregó—. ¡Ay, me sonrojé al verlas!Al escuchar eso, Mariana se detuvo mientras masticaba, deseando encontrar un rincón donde esconderse.¿Qué se siente que los mayores vean tus fotos íntimas?¡Es como correr desnudo por la calle!Nerea le sirvió una taza de sopa y le preguntó alegremente: —Mari, ya que tú y Walter están tan bien, ¿cuándo piensan tener un bebé?No había terminado de hablar cuando Mariana se atragantó con la sopa y tosió varias veces.Walter le pasó una servilleta rápidamente y le dio palmaditas en la espalda, con una expresión de resignación.Nerea miraba a los dos, sonriendo tanto que sus ojos se entrecerraban, y asentía de vez en cuando.Mariana le hizo una seña a Walter, indicándole
La frase «tú eres una invitada» fue como un mandato de silencio para el futuro de Jimena, cortando completamente sus lazos con Walter.El semblante de Jimena se oscureció, como si una nube negra lo cubriera.Mariana, por su parte, sonrió relajada y siguió disfrutando de su comida.Con la abuela respaldándola, no necesitaba enfrentarse a Jimena.—Por cierto, ¿no cenaste todavía, verdad? Ven y siéntate, come algo con nosotros —dijo Nerea, haciendo un gesto con la mano para que Jimena se acercara.Jimena, sorprendida, no esperaba que la anciana la invitara a la mesa.Por supuesto que no se negó; no podía perder ninguna oportunidad de mostrar su encanto ante Nerea, aunque Mariana estuviera presente.Los cuatro se sentaban a la mesa, creando un ambiente un poco sutil.Mariana estaba a punto de tomar un camarón cuando vio que Jimena también extendía su tenedor.Con decisión retiró el suyo, y Jimena, sonriendo, hizo lo mismo.Luego, miró cautelosamente a Walter, como si estuviera esperando qu
—¡Ya basta, abuela! ¡No sigas!Walter se levantó de repente y gritó, su voz cargada de impaciencia, haciendo que el ambiente en la mesa se tensara de inmediato.Nerea lo miró fijamente con los ojos bien abiertos y le preguntó: —¿Qué pasa? ¿Acaso quieres defender a esa zorra?Walter respiró hondo, tratando de sonar calmado para razonar con ella: —Abuela, no hables tan hiriente.Pero Nerea, en el fragor del enojo, no estaba dispuesta a ceder y replicó: —Tengo cosas peores que decir, ¿quieres oírlas?—¡Abuela!Walter frunció el ceño profundamente, evidentemente ya sin paciencia.Nerea golpeó la mesa de un manotazo y se puso de pie, reprendiendo con voz severa: —¡Walter, no olvides que estás casado!La ira en el interior de Walter explotó como un volcán, y ya no pudo contenerse, soltando: —¡Pero entre Mariana y yo no hay amor!En realidad, no quería decir eso delante de Mariana, pero a juzgar por su expresión tranquila, parecía que no le sorprendía su respuesta.A Nerea no le importaban la
Mariana también sólo amaba a Walter y quería estar con él, ¿qué había hecho mal?Esos tres años habían sido demasiado duros para ella.Escuchaba cómo Walter consolaba a Jimena con palabras suaves y cariñosas, cada frase era tan tierna que le dolía como una aguja clavándose repetidamente en su corazón.Varias veces no pudo evitar voltear a ver a Walter.Era realmente muy tierno, pero esa ternura le parecía irreal.Mariana bajó la mirada, esbozando una sonrisa amarga mientras una oleada de impulsos recorría su mente, deseando decirle: —Walter, todavía estoy en el coche...Cuando el coche entró en la ciudad, ella finalmente habló: —Déjame aquí adelante. Pediré un taxi para regresar. Gracias por llevarme.Walter se volvió y vio que ella ya estaba desabrochando el cinturón de seguridad, entonces dijo: —Te llevo a casa.Mariana negó con la cabeza. —No hace falta.Cada segundo que pasaba allí, sentía que se asfixiaba.Cuando el coche se detuvo, Mariana apresuradamente abrió la puerta para sal