Capítulo 1096
Jacob vestía un conjunto negro y casual. La luz del pasillo del hotel era tenue, y su figura alta y delgada emanaba una especie de vaguedad indescriptible.

Yolanda asintió y le dijo: —Gracias.

—De nada —Jacob levantó una ceja.

Por supuesto, sabía que Yolanda se refería a que había sido su asistente hoy.

—Cuando regrese a Yacuanagua, te invitaré a cenar —Yolanda sonrió.

—De acuerdo —respondió él, asintiendo con elegancia.

Yolanda notó una vez más una sensación diferente en Jacob.

Se dio la vuelta y se alejó. Jacob observó su delgada figura y sintió una punzada de dolor en su corazón.

Durante la cena de hoy, se había fijado especialmente en Yolanda. Comía muy poco y evitaba las comidas grasosas, ya que debía cuidar su figura.

Al ver su silueta alejarse, Jacob pensó que, aunque brillaba con luz propia, en realidad no parecía tan feliz como aparentaba. Suspiró y se dirigió a su habitación.

Yolanda regresó a su cuarto ya muy tarde. Mariana aún no se había dormido; estaba aplicándose una mas
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