Al día siguiente antes de que el sol despertara Abby se vestía disponiéndose a marcharse a casa, la noche anterior Eros no regreso a su habitación lo cual ella comprendió. En vista de que la había echado ella no tenía nada más que hacer en su mansión. Pero aun así, en su corazón existía una pequeña opresión que no lograba descifrar. Algo dentro de ella le decía que no se fuera, pero ¿Por qué? Pero aquellas extrañas emociones solo le duraron un momento en cuanto noto la figura de Eros parado en el marco de la puerta.
—¡Eros!—Exclama sorprendida.
—¿Te vas?
—Debo hacerlo, he dejado a Chen solo y bueno tengo que regresar a casa.
—¿Solo por eso te marchas? —Ella alza la mirada sintiéndose nerviosa, ¿Qué le estaba pasando?
—Eros…
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Sentada frente de su escritorio, Abby trabajaba en su ordenador pero con la mente en otra parte. A cada rato miraba el escritorio de Eros quien no parecía dar señales de su presencia, lo que la llevo a preguntarse ¿Dónde carajos estaba metido? No porque fuese el jefe podría faltar al trabajo, bien que se lo había dicho que se tomara en serio su trabajo. Pero al parecer la había ignorado por completo. Mientras que golpeaba el escritorio con el lapicero su pierna no paraba de subir y bajar, la ansiedad la estaba matando. Que podría estar haciendo que fuese más importante que presentarse en la empresa. —Abby… Abby—La rubia escucha que gritan su nombre llevándola a elevar el rostro, ante ella se encontraba Callan ¿En qué momento entro que no lo vio venir? —. ¿Estás bien? —¿Qué? Sí, claro que si—Sonríe prestándole atención al hombre por el que tanto años estuvo enamorada y ahora ya no sentía lo mismo—. ¿Qué me decías? —Te preguntaba si sabes algo del señor
—Escúchame bien…—No quiero escucharte más—Contesta herida—.No quiero que me digas una cosa más, entre nosotros no hay nada más. Nuestro contrato se ha terminado, lo que yo haga yo con mi vida no es de tu incumbencia y si me quiero liar con Callan lo hago. Al menos él no es una mala persona pero sobre todo es un ser humano con sentimientos—.Ella lo empuja con fuerza zafándose de su encierro.Abby corre lejos de él, salió de la oficina en dirección al baño. Era su único refugio en esa empresa. Al meterse en el cubículo se derrumba a llorar como cualquier chiquilla que le hubiesen negado su dulce favorito, su corazón le dolía tanto. Odiaba estar enamorada de un patán.[…]Eros golpeo el archivero con violencia al punto de hundir el metal, por esa razón ella no sentía nada por él, porq
Ese día Abby no volvió a ver Eros, en cuanto regreso a su oficina la encontró vacía. Asumió que estaba en compañía de Callan para la organización de la reunión. A veces no alcanzaba a entender porque hacia eso, para ese entonces ella pensó que él se iría y la dejaría en paz. Que regresaría todo a la normalidad, pero estaba muy equivocada ya que parecía que no deseaba marcharse.—Creo que me haría un favor si desapareciera de mi vida—Mascullaba mientras tomaba sus cosas para marcharse—.Posiblemente con su ausencia se me pasara este estúpido enamoramiento que siento.Abandona la oficina encontrándose con una completa soledad en la parte de afuera, siempre quedaba alguien por allí. Como no se iba a quedar averiguar que estaba pasando condujo sus pasos hasta el ascensor, pero con cierta sensación de que estaba s
Era tan suave, esponjosa y tan espaciosa, la verdad es que no había disfrutado tanto de su cama como en ese momento. Su calidez era tan agradable, fuera de eso que olía tan rico y aquellas sabanas tan sedosas en las que deslizaba sus manos a plenitud… ¡aunque! espera un momento le dice esa voz interior ¿Suave? ¿Esponjosa? ¿Olor? Su cama no poseía ninguna de esas características tan específicas ¿Qué rayos estaba pasando? Se preguntó al momento que abrió los ojos de golpe.—¿Dónde estoy? —Se pregunta al tiempo que observa hacia todos lados.Para cuando despabila por completo percibe que ya había estado en ese lugar, era la casa de Eros. Se llevó una mano a la cabeza como intentando recordar que había sucedido antes de llegar a ese lugar, lo último de lo que podía acordarse era que Eros y ella lo estaban haciendo com
—Abby —Llama su atención —. ¿Cómo has logrado conseguir invocarme? —Impulsado por la curiosidad, decidió preguntar.Ella detiene los movimientos de sus manos, aplana los labios al recordar aquel viejo libro que su amiga Denise le había prestado. Si tan solo la pelirroja no hubiera intervenido con sus asuntos ella no estuviera envuelta en esos problemas con aquel demonio pervertido y obsesionado.—Fue por un libro.—¿Qué libro? —Eros se irgue en la silla sintiendo más curiosidad que antes.—Un viejo libro con una cubierta desgastada. Una vecina me lo presto.—¿Dónde está?—En casa… —El problema era que no tenía la más mínima idea de donde había quedado aquella libreta.—Necesito que me lo entregues, quiero verlo.—¿Por qué? &mda
¿Por qué demonios tenía que responderle con otra pregunta? Lo único que quería saber era lo que el sentía por ella, y viene a salirle con otra pregunta que irritante.—Necesito saberlo, por favor respóndeme —Le pide con expresión de súplica.—Deseo que seas mía, te quiero para mi Abby. Únicamente para mí. No aspiro que seas de nadie más, ¿Entiendes lo que trato de decirte? —Acuna sus mejillas mirándola directamente al rostro.—Entonces tú… —Ella sintió como una especie de esperanza instalada en su corazón que le dio la ilusión de que posiblemente la relación con Eros pudiera funcionar.—Quiero hacerte el amor.Y fue cuando las mínimas esperanzas desaparecieron de su pecho, se había creado una historia diferente en su cabeza pensando que quizá
Al día siguiente Abby se levanta un poco desorientada, no recordaba donde estaba hasta el ladrido de Chen la hizo regresar a la realidad. Fue cuando se percató de que estaba en la casa de Eros, con mucha pereza se pone en pie para buscar sus cosas y regresar a casa… al salir de la habitación se topa con una casa completamente desolada, Eros no pintaba por ningún lado así que aprovecho la oportunidad para escabullirse antes de que apareciera y buscara una excusa ridícula para retenerla en su mansión.Al salir de residencia de su jefe, tomó un taxi que la llevaría a casa. Suspiro pesadamente al recordar las palabras de Eros, únicamente la quería para utilizar su cuerpo a su antojo. Todo era cuestión de carne y nada más… al llegar a su modesto apartamento, Abby se sintió un poco abatida y algo desolada. Se sentía muy triste, o era como si su corazón estuv
—¿Qué se supone que crees que estás haciendo? —Aprieta sus manos con más fuerza sobre su pecho.Pero no recibe respuesta, a cambio una sonrisa peligrosa se asoma en los labios de su jefe lo que la llena de temor, pero también de ansiedad por saber que estaba planeando hacerle ese sujeto. Pero mientras pensaba en eso ella podía apreciar el monumento de hombre que se encontraba ante ella medio vestido, sin poder evitarlo muerde sus labios al notar como bajaba sus pantalones en conjunto con el bóxer. Abby noto aquella anatomía tan perfecta entre sus muslos que la hizo tragar saliva en seco.¡Por dios!, la voz de su cabeza exclamo al observar a Eros caminar hacia ella y el hecho de verlo meterse en la diminuta tina la hizo temblar, todos los vellos de su cuerpo se erizaron de inmediato en lo que los pies de su jefe rozaron cuerpo. Era muy real, él estaba allí con ella, en su tina, a poc