Era tan suave, esponjosa y tan espaciosa, la verdad es que no había disfrutado tanto de su cama como en ese momento. Su calidez era tan agradable, fuera de eso que olía tan rico y aquellas sabanas tan sedosas en las que deslizaba sus manos a plenitud… ¡aunque! espera un momento le dice esa voz interior ¿Suave? ¿Esponjosa? ¿Olor? Su cama no poseía ninguna de esas características tan específicas ¿Qué rayos estaba pasando? Se preguntó al momento que abrió los ojos de golpe.
—¿Dónde estoy? —Se pregunta al tiempo que observa hacia todos lados.
Para cuando despabila por completo percibe que ya había estado en ese lugar, era la casa de Eros. Se llevó una mano a la cabeza como intentando recordar que había sucedido antes de llegar a ese lugar, lo último de lo que podía acordarse era que Eros y ella lo estaban haciendo com
—Abby —Llama su atención —. ¿Cómo has logrado conseguir invocarme? —Impulsado por la curiosidad, decidió preguntar.Ella detiene los movimientos de sus manos, aplana los labios al recordar aquel viejo libro que su amiga Denise le había prestado. Si tan solo la pelirroja no hubiera intervenido con sus asuntos ella no estuviera envuelta en esos problemas con aquel demonio pervertido y obsesionado.—Fue por un libro.—¿Qué libro? —Eros se irgue en la silla sintiendo más curiosidad que antes.—Un viejo libro con una cubierta desgastada. Una vecina me lo presto.—¿Dónde está?—En casa… —El problema era que no tenía la más mínima idea de donde había quedado aquella libreta.—Necesito que me lo entregues, quiero verlo.—¿Por qué? &mda
¿Por qué demonios tenía que responderle con otra pregunta? Lo único que quería saber era lo que el sentía por ella, y viene a salirle con otra pregunta que irritante.—Necesito saberlo, por favor respóndeme —Le pide con expresión de súplica.—Deseo que seas mía, te quiero para mi Abby. Únicamente para mí. No aspiro que seas de nadie más, ¿Entiendes lo que trato de decirte? —Acuna sus mejillas mirándola directamente al rostro.—Entonces tú… —Ella sintió como una especie de esperanza instalada en su corazón que le dio la ilusión de que posiblemente la relación con Eros pudiera funcionar.—Quiero hacerte el amor.Y fue cuando las mínimas esperanzas desaparecieron de su pecho, se había creado una historia diferente en su cabeza pensando que quizá
Al día siguiente Abby se levanta un poco desorientada, no recordaba donde estaba hasta el ladrido de Chen la hizo regresar a la realidad. Fue cuando se percató de que estaba en la casa de Eros, con mucha pereza se pone en pie para buscar sus cosas y regresar a casa… al salir de la habitación se topa con una casa completamente desolada, Eros no pintaba por ningún lado así que aprovecho la oportunidad para escabullirse antes de que apareciera y buscara una excusa ridícula para retenerla en su mansión.Al salir de residencia de su jefe, tomó un taxi que la llevaría a casa. Suspiro pesadamente al recordar las palabras de Eros, únicamente la quería para utilizar su cuerpo a su antojo. Todo era cuestión de carne y nada más… al llegar a su modesto apartamento, Abby se sintió un poco abatida y algo desolada. Se sentía muy triste, o era como si su corazón estuv
—¿Qué se supone que crees que estás haciendo? —Aprieta sus manos con más fuerza sobre su pecho.Pero no recibe respuesta, a cambio una sonrisa peligrosa se asoma en los labios de su jefe lo que la llena de temor, pero también de ansiedad por saber que estaba planeando hacerle ese sujeto. Pero mientras pensaba en eso ella podía apreciar el monumento de hombre que se encontraba ante ella medio vestido, sin poder evitarlo muerde sus labios al notar como bajaba sus pantalones en conjunto con el bóxer. Abby noto aquella anatomía tan perfecta entre sus muslos que la hizo tragar saliva en seco.¡Por dios!, la voz de su cabeza exclamo al observar a Eros caminar hacia ella y el hecho de verlo meterse en la diminuta tina la hizo temblar, todos los vellos de su cuerpo se erizaron de inmediato en lo que los pies de su jefe rozaron cuerpo. Era muy real, él estaba allí con ella, en su tina, a poc
—Hace muchos siglos atrás, existió un ángel muy hermoso, tan inocente y puro. Todos los demonios querían corromper su alma y corazón, querían poseer a ese ángel. Para quien lo obtuviese seria todo un placer, pero no era tan fácil como pensaban… este ángel no deseaba a ninguno demonio, a pesar de ser tan inocente era muy inteligente —Eros sonríe tomando otro sorbo de vino —Pero todos tienen su lado débil, todos caen al final y ese ángel no era la excepción.—¿Qué fue lo que le paso? —Abby pregunto llena de curiosidad. Eros la observa allí de pie, enrollada con aquella sábana blanca, tan hermosa y tan radiante.—¡Murió!—¿Los ángeles pueden morir?—Si —Contesta con un deje de tristeza.—¿Qué tiene que ver ese libro con ese &aac
No era un sueño, era bastante real lo que estaba pasando, Eros se le estaba declarando una confesión seria sin trampas, ni artimañas. De verdad la amaba, aunque no lo demostrase mucho debido a su naturaleza pero si, la amaba. Pero entonces, ¿Qué debía hacer ahora? ¿Estaría dispuesta a casarse con un demonio?, no había pensado en las consecuencias de aquel enamoramiento poco convencional. —¿Por qué lo estás pensando tanto? —Eros levanta su rostro para hacerla mirarlo. —Es que… —Abby lo mira con aquella mirada vidriosa. —¿No quieres estar conmigo? La voz de Eros sonaba tan profunda, tan erótica, tan caliente que le hervía la sangre en cuestión de segundos. Pensó en su pregunta, ¿Quería estar con él? ¿Por qué le costaba tanto responderle?, muerde sus labios en señal de duda, lo amaba, pero ¿Cómo iban a ser felices siendo de mundos diferentes? —Yo… De pronto un extraño ruido de viento interrumpió la contestación de Abby, tanto ella c
Y mientras el hombre su vida desaparecía, los pedazos del corazón de Abby que aun habían sobrevivido a tanto dolor terminaban por fragmentarse. Ya no quedaba nada de él, porque lo sabía, no volvería a ver a Eros. Tenía muchos problemas como para regresar por ella, y si lo hacía quizás estuviera condenando su mundo a la destrucción total. Era algo que no deseaba, era obvio que era su hogar el que estaba en juego.Para cuando el último rastro del rostro de Eros se desvaneció, Abby se derrumbó en el suelo echándose a llorar sin consuelo alguno. El ardiente dolor que sentía en el pecho era aterrador…[…]El cuerpo de Eros regreso a su mundo y de inmediato apareció con sus atuendos usuales. Al divisar su creación frunce el ceño, los perros del infierno habían sido liberados y estos estaban haciendo un completo desastre. As
Callan estaba bastante sorprendido por su respuesta, había creído que Abby sentía algún tipo de atracción hacia él, pero increíblemente erro y eso que nunca se equivocaba cuando se trataba de una mujer. El rechazo de Abby sí que lo tomo desprevenido. —¿Podría saber cuál es la razón? —Es que yo… —Baja la mirada, no podía decirle la verdad. —¡Oh vaya!, ya entiendo —Sonríe de medio lado —Hay alguien más. —¿Qué? —Ella levanta la mirada sintiéndose avergonzada. —Creo que debiste comenzar por allí desde el principio. —No, yo no… —Balbucea sintiéndose sorprendida con las manos en la masa. —Bueno espero que él te haga feliz, me sentiría fatal si me enterara que no aprecia tus sentimientos. Mientras que ella suspira por dentro, es que ni siquiera sabía si él la amaba de verdad y menos después de lo que la bruja de Susan le contó. Aun no se lo podía creer, ese idiota se follo a la secretaria en su propia oficina. Una que ella mis