Eros, podía tomar su virginidad allí mismo y ella ni se enteraría le haría el amor hasta el cansancio y la rubia solo le entregaría su cuerpo sin discutir. Estaba tan sumergida en las miles de sensaciones que le estaba propinando que lo más probable es que se corriera sin siquiera ponerle un dedo en su sexo. Desde luego que no iba a desaprovechar tomarla, por alguna extraña razón ansiaba poseer ese cuerpo y le resultaba extraño porque para los demonios el cuerpo humano no le era para nada atractivo.
Beso la base de cuello dejando toda la piel húmeda por su saliva, siguió el recorrido hasta el valle de sus senos perdiéndose con la fragancia que de ellos exudaba. Era embriagador y adictivo muy difícil de olvidar. Para cuando el CEO pensó en subirle la falda a Abby siente como ella se tensa, lo que le da a entender que se estaba resistiendo. Luchaba contra sus deseos más inte
Pero si le entregaba su virginidad antes de que cumpliera su trato, ella seria quien saldría perdiendo porque perdería su virtud a cambio de nada. Por más que no quisiese admitirlo anhelaba el amor de Callan, y si ese demonio podía conseguirlo con sus artimañas de nada valdría que se acostara con él sin que le cumpliera su deseo. No era un trato justo, igual quedaba entre la espada y la pared.—¿Y bien? Lo pensaste bien.—¿Qué voy a pensar?—Lo mira con recelo como se llevaba el dedo pulgar a su labios, algo que causo un efecto inquietante dentro de ella.—¿Te acostaras conmigo?—¡No! no creas que te lo voy a poner tan fácil. Cumple con el trato primero, ni pienses que te abriré las piernas a cambio de nada.Eros sonríe de medio lado mostrando su perfecta dentadura y su egocéntrica personalidad, ella pens&oacut
Eros se pone en pie tan rápido que Abby no se percató en qué momento se había lanzado sobre ella quedando sobre su cuerpo y encima de su escritorio. Su jefe la sujetaba con fuerza de la cintura mientras se hacía camino entre sus piernas con sus poderosos muslos. La mirada de Eros era peligrosa, al punto de ser asesina lo que causo gran pavor a la joven rubia. De pronto su mentón fue tomado con brusquedad manteniéndola firme—¿Te gusta cabrearme? —La mirada de su jefe se había ensombrecido, eso no era bueno.—Invades mi espacio privado, no te lo puedo permitir.—¿Permitir? —En esa oportunidad sonríe—A mí nadie tiene que darme permiso para hacer absolutamente nada, yo hago lo que me venga en gana y eso te incluye a ti, Abby—Emite de manera tan déspota que la joven sintió mucha rabia pero también algo más…<
Aquellas palabras susurradas en su oído la tomaron por sorpresa. Todos los vellos de su cuerpo se erizaron al instante y como por arte de magia sus lágrimas se secaron al instante. Abby mantuvo la postura ya que aún existía la multitud del personal de la empresa a su alrededor. Pero, para ella y la humedad entre sus piernas le era imposible mantenerse cuerda en esos momentos, la voz de Eros era tan atrayente que tan solo con un susurro se mojaba rápidamente. Tenía serios conflictos con sus hormonas y los hombres guapos.—¡Que aburrida eres! Y yo esperando que si soltaras aunque sea una sola lagrima—La rubia mira a su jefe por el borde de su hombro vislumbrando una sonrisa satírica en sus labios lo que la saturado de ira.—Eres un idiota—Farfulla muy bajo de modo que nadie pudiera oírla.Se da la vuelta para regresar a su oficina, pero a mitad de camino decide
Inmediatamente después de abandonar el baño de damas Eros soltó el aliento contenido, eso le resulto bastante raro. Era la primera vez que tomaba a una mujer y no terminaban teniendo sexo. Solo le había propinado placer a ella, desde luego que para él fue bastante bueno pero ¿porque la hizo suya? De igual forma Abby ya le partencia pero una parte muy minúscula de él ansiaba que ella lo hiciera por voluntad propia, Eros sonrió mientras negaba ajusto su traje y salió de allí. Posiblemente eran ideas suyas, mira que desear una cosa así por su parte era una idiotez.Pero dejando a un lado esos pensamientos irracionales el hecho de que aquel contrato se estuviera alargando más de la cuenta lo irritaba. Ya quería terminar con aquel trabajo para regresar a su vida, ¡su vida! una muy solitaria y vacía a decir verdad desde que fue invocado a ese mundo se sen
Abby en compañía de Callan ingresaban en un pequeño pero acogedor bar un poco solitario posiblemente por la hora, sin importarles ser casi los únicos en el local escogieron una mesa en la que sentarse, de inmediato fueron atendidos por una camarera y fue Callan quien termino por ordenar las bebidas.—No suelo beber mucho—Abby se disculpa luego de que pidiera los tragos.—De vez en cuanto no está demás tomarse algo para relajarse, ¿no lo crees así? —Ella pensó que era posible que así fueran las salidas con callan, era un hombre que le gustaba llevar una vida social muy agitada.—Pues sí, eso creo—Contesta con ciertas dudas.—¿Y bien? ¿Qué es lo que quieres decirme?—Sí, bueno veras… lo que ocurrió con Susan solo fue un accidente, yo no la quise lastimar ella me tomo desprevenida y sin
Era un m@ldito infeliz, mascullo Eros para sus adentros. Ese idiota aún no se le confesaba a Abby ¿Qué demonios estaba esperando para hacerlo? Mientras que él se tomaba todo el m@ldito tiempo del mundo Eros tendría que continuar esperando. Estaba lleno de ira, en eso posó la mirada en la rubia que tenía acorralada entre sus brazos parecía que no lo estaba llevando muy bien mantenía la cabeza cabizbaja, el continuo rechazo de ese hombre la estaba afectando más de la cuenta.Levanto su mentón con los dedos divisando de inmediato una pequeña gota que resbalaba por su mejilla, al verla en ese estado siente cierta amargura en su interior que no le agrado para nada ¿desde cuándo sentía ciertos efectos por los sentimientos dolorosos de una persona? Era la primera vez que experimentaba algo así, por lo general disfrutaba del sufrimiento de una persona ¿Por qué
—De verdad es que eres un desvergonzado con todas las de ganar, no te gas preocupado por hacer que Callan sienta algo por mí y vienes tan campante a decirme que debo esperar a que se me declare. Es que no lo entiendes, él no está enamorado de mí, y a decir verdad es que ya no deseo que lo este. Es por eso que quiero que deshagas ese trato, puedes hacerlo.—¡No puedo hacer! —La mira de una manera inexplicable.—¿O no quieres?—Ambas cosas—Contesta poniéndose en pie—Resulta que hacerme con tu inocencia me satisface, y hasta que no la tenga no desaparece de tu vida.Sentencia de una manera tan peligrosa que la hizo retroceder un poco, parecía realmente decidido a obtener lo que se proponía. Abby trago saliva al sentir ante la cercanía de Eros. Lo único que podía hacer era levantar la mirada para verlo directamente a la cara.
Susan ingresa en la oficina de su jefe sintiéndose un poco nerviosa. No sabía de qué se trataba su llamado hasta donde recordaba no había hecho nada malo. Sentándose en la silla espero a que su jefe empezara hablar. —¿No sabes para que te he mandado a llamar? —No señor, ¿He hecho algo malo? —¡No! nada—Eros le sonríe. Y aquella sonrisa solo causo confianza en Susan, porque de inmediato noto que su jefe le sonreía de una manera bastante diferente. Más bien era como si se le estuviera insinuando, y en vista de que él era bastante atractivo no pensaba desperdiciar una oportunidad como esa, a fin de cuentas Eros era mucho más atractivo que Callan y sobre todo mucho más millonario y poderoso. De inmediato la morena cruzo las piernas mostrando gran parte de sus muslos a su jefe lo que no pasó desapercibido por Eros ya que había elevado una ceja ante su acción. —Parece que nos vamos a entender mejor de lo que parece—Le confirma Eros ante las evidentes