—Me besé con Victoria —Confesó como si no fuera nada, Megara vivía todo aquello como una novela, de inmediato sus problemas le parecieron hacerse más chicos, justo en frente de ella, mientras que Erika no sabía dónde poner la boca ni las manos que gesticulaban sin poder decir nada—O sea, no pensé mucho, solo lo hice y vaya que besa bien, pero ahora no sé qué hacer— me siento un poco confundida y culpable ¿tal vez? ¡no lo sé! Jack murió el otro día, es un poco feo que hiciera eso.
— ¿Y qué? ¿Eres gay ahora? Vaya que el luto hace cosas —Mencionó Megara encantada.
—Que sutil Megara —Replicó Erika ordenado sus pensamientos.
—No lo sé, esto es muy repentino… Aunque tampoco lo creo, ni siquiera sé si me gusta o solo es uno de esos momentos en lo que te dejas llevar
Mateo tenía demasiado tiempo sin saber nada de Erika, ya casi había olvidado con era su voz, se mintió así mismo camino a la casa, que de nuevo estaba sola y sombría. Miró al cielo, esa noche llovería y probablemente lo haría también toda la semana. Dejó el carro donde solía aparcarlo y entró a la casa dejando los zapatos afuera y se desnudó en medio de la casa ¿Qué más daba? No había más nadie allí, así que tomó la ropa y la dobló poniéndola encima del sofá, ese día en particular quería tomar un trago de su reserva especial.Pensar en ella le dolía en el pecho, y no porque de la noche a la mañana se sintiera enamorado, sino porque sentía que ella estaba completamente desperdiciándose con el tipo aquel que no le paraba bola. La había escuchado miles de veces sien
Megara tenía la palabra perfecta para describir su situación en ese momento, perfecta. Tenía todo lo que podía pedir y sin haber pedido nada, Demian era un dios insaciable en la cama, un compañero en la soledad y no tenía que ir a la escuela, sentía sobre todo que no tenía que salir de su nidito de amor, si es que era amor lo que ocurría ahí.La luna estaba en su punto más alto en medio de una noche serena y fría. Megara bajó a la playa donde vio un cuerpo flotar en el reflejo que dejaba el astro en el mar, no podía negar que la imagen era perfecta y se preguntó que él estaría pensando ¿Pensaría en ella? ¿En la vida? O ¿Tal vez en la muerte? Metió un rizo tras su oreja y sonrió apagando en la arena lo último de su porro, caminó entre la espuma leve de la orilla hasta adentrarse con la ropa puesta al agua
—Niña, no puedo trabajar si todo el tiempo te estoy besando —Se quejó Victoria con Alexis sentada en el escritorio—Eres una terrible asistente.—Aun así, me amas —Respondió Alexis risueña.—Vete hacer algo productivo, no se ¿No que te gusta nadar? Aquí me distraes y tengo que trabajar en esa gala —Escupió bajando la chica del escritorio.—Antes me habías dicho no querías que me fuera —señaló coqueta.— Sí, eso dije, quiero tenerte cada segundo a mi lado por si se me antoja besarte—Se llevó las manos a la cara, sorprendida de su cambio. Le plantó un pequeño beso en los labios —¿Tendré que hacer una piscina aquí?—Ya vasta —Detuvo la mujer entre risas—Me iré, volveré más tarde, así que has lo que t
Desde que había reanudado la escuela las cosas le eran un poco más difíciles, odiaba admitir que extrañaba a las chicas conviviendo en el cuarto o peleando por quien se ducharía primero cuando las tres llegaban tardes a clase, aunque al final la pelea se diera entre dos porque Megara aprovechaba el tiempo para dormir como la osa que era.No tenía la necesidad de asistir a clases, pero tampoco quería graduarse con notas ya predispuestas por la escuela, quería sacar puras A en sus materias tomar una beca fuera de ese paisucho e independizarse del subsidiario que recibía de su madre, pero para eso tenía que concentrarse primero, después de haber pasado la noche con Mateo, algo de lo que se arrepentía enormemente no podía dejar de pensar en él y ponerse húmeda de inmediato. Pensar en cómo la besaba, cómo había descubierto que él se preocupaba por el
El agua que desprendía su cuerpo tenía un color indescriptible, solo sabía que había tenido que usar mucho jabón para sacarse la mescla de sangre y arena que tenía en todo el cuerpo, exhaló rendida ¿Quiénes eran estos tipos? ¿Cómo sabían de los umbras? ¿Cómo saben quién es Demian? Pensó Megara cerrando la llave de la ducha, salió de allí con cuidado de no resbalarse y se envolvió en la toalla mullida, ahí mismo en el baño se puso una camiseta de Demian y uno de sus bóxers. Ya todos estaban ahí abajo haciendo lucir la sala de Demian más pequeña de lo que realmente era.— ¿Quién es este tipo y por me mira como si fuera un cono de helado? —Cuestionó Victoria quien lucía realmente hermosa con una mano sobre la rodilla de Alexis que se sentaba a su lado, vaya que hab&ia
La palabra normalidad les parecía irreal, habían durado tanto tiempo añorando morir, o tan solo vivir de verdad, salir de esa isla de una vez por todas, sin temor a lo que Demian pudiera repetir aquello. Envejecer, tener descendencia, dejar de perder personas que amaban una y otra vez, por eso mismo todo parecía una trampa— Esto hay que decirlo en una asamblea, no es algo que pese sobre nosotros, hablamos de la vida de 500 habitantes—declaró Victoria.—Vamos Vicky, estoy seguro de que todos los umbras estarían de acuerdo con recuperar su humanidad ¿Qué me dices de los niños? ¿los bebes que han sido bebes eternamente? Es espeluznante —Intentaba convencer Mateo.—Sin contar que habría demasiado pánico, la gente ya no sabe vivir si no es como un Umbra, asumo que se matarían en masa—Aquello era demasiado para Demian que tenía que cargar con
Con la tecnología y el avanzado conocimiento de magia en Avalum, Walter solo tardó unos días en reconstruir el hechizo que trajo todo ese pedazo de avalum a ese plano terrenal, pero la ardua tarea se basaba en como recrear el hechizo sin ocasionar otra explosión que los matara otra vez.Todos se habían reunido en la casa de la playa para tratar los descubrimientos que había hecho Walter en su viaje de regreso a Avalum, Victoria estaba impaciente sentada en el sofá mientras que Alexis veía la televisión a su lado cansada de decirle que tenía que tranquilizarse, en cambio Mateo y Erika con la sangre fría esperaban sentados afuera en las mecedoras, disfrutando de la maravillosa brisa marina que hacia esa noche.— ¿No crees que nos haya embaucado verdad? O sea que solo hubiera querido los secretos del hechizo y largado de aquí—Cuestionó Megara sentada en uno
—No has dicho nada desde ayer —Comentó Mateo a Erika.—No hay mucho que decir, solo estoy aquí por mis amigas —Le respondió—La magia es tan nueva para mí como para cualquier otro, no es un tema en que pueda opinar libremente, así prefiero solo no hacerlo.—Pensé que estabas aquí para darme apoyo como las demás con sus parejas— Se lamentó buscando a la morena.—No eres mi pareja Mateo —Hizo una pausa y lo vio a los ojos—Solo eres la persona con la me acuesto.—Sigue mintiéndote princesa —Le dijo mientras veía como los del aeropuerto se avecinaban—Pero tanto tu como yo sabemos que se te corta la respiración cuando estoy tan cerca de ti—Acusó a centímetros de sus labios, logrando que ella tragara en seco.—Ya quítate, ahí vienen —Él rio qui