Capítulo 14

Al día siguiente Carolina volvió a ir a la casa. Grande fue mí sorpresa cuando me dijo que era a mí a quien buscaba y no al susodicho.

               

—Pasa—Le dije.

             

Una vez que entró intentó hacerle gracias a Santi, quien la ignoró olímpicamente. Aquello me causó una cruel alegría, puesto que una de las cosas que más me daba miedo de que el susodicho encontrara nueva pareja era que nuestro hijo se adaptase demasiado rápido a una nueva mujer.

               

—Linda tu casa—Dijo Carolina—Muy linda. 

               

No es mía, pensé. Sin embargo no le dije nada.

               

Encendí el hervidor eléctrico con el fin de ofrecerle un té o algo así, pese a que no tenía muchas ganas de atender a nadie.

       
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