Capítulo 54

Estábamos cerca de la cabaña, así que aminoré la marcha, a partir de aquí pasaríamos por un lugar que se parecía más al paraíso, digamos que en una época oscura obligué a Leya a transformar este lugar, así que se convirtió en un pequeño bosque florido, caminé con ella lentamente por el lugar, los árboles allí tenían plantas rastreras que crecían sobre ellos haciendo cortinas vivientes.

Sentí que mi humana extendía la mano para tocar el bosque que recientemente había brotado de cada rama, supe que estaba encantada, el suelo está cubierto de diminutas flores de colores que forman una alfombra, el lugar es un espacio privilegiado de paz y belleza libre de peligros, excepto por mi presencia.

- ¿Puedo bajar? - me preguntó, así que me tumbé en el suelo para que pudiera mirar, la luz aquí también era limitada y todo indicaba que hoy iba a haber mucha agua, pero ya estábamos casi más allá de la cabaña, estábamos casi en la punta de un acantilado, puedo decirlo así, aunque no ten