Ese día todos, incluida ella llevaban el buzo del colegio, así era más cómodo moverse que con la faldita plisada de su uniforme y las zapatillas le aligeraban el caminar. Bajaron todos en orden de la van, en verdad estos niños se sabían comportar cuando querían, hasta le parecían algo tiernos así de entusiastas.
Entrenadora- Estudiantes, necesito que bajen las maletas con los equipos y los otros implementos para llevarlos al camarín. Yo iré por mientras a buscar al Rector y al entrenador para informar que ya estamos acá. Por favor compórtense, somos invitados-
Sí entrenadora: Contestaron todos juntos.
Anais tomó uno de los cooler con las bebidas energéticas y pretendía adelantarse unos metros del resto. Quería tener algo de tiempo para recorrer las instalaciones de la universidad. Er
Marco se quedó con esa última frase y se le cayó de las manos la cuchara con la que se servía fruta.No giró su cabeza, miró un punto fijo, tomo la cuchara y volvió a su puesto. Tenía la certeza de que lo había visto, no volvería a mirarlo- Niño.. murmuró enojado.Era verdad, que tenían una distancia entre su edad y la de él, pero no le hacía un niño, siempre de consideró bastante maduro para su edad.Le había parecido un hombre encantado y amable cuando conversaron fuera de la biblioteca, esa imagen se le quebró en un instante al igual que sus esperanzas.Ellos estaban en etapas de la vida diferentes, só lo o le veía como un Nino pequeño, fue un golpe a su ego.Anais lo observó volver pálido, perdido en sus pensam
Finalmente comenzó el encuentro, ambos equipos se reunieron al centro de la cancha. Lucas sonrío con malicia, se sentía con el triunfo en el bolsillo, estuvo a punto de no jugar, de tan poca importancia que le daba al partido amistoso.Se saludaron uno por uno, el árbitro les hizo escoger al azar el lado de la cancha donde jugarían y apenas sonó el pitazo de inicio del partido ninguno se detuvo.Marco parecía muy concentrado, se movió rápido y con movimientos calculados, esquivo uno de los ataques de Blanc, saltó sobre un barrido que hizo directo a sus piernas y se giró en el aire, le dio un pase largo a Tom, quien anotó el primer gol del partido pasados los primeros 15 minutos.Tom le dio la mano felicitándolo por el excelente pase.- Sigue así.- le animó- Pero cuí
- ¿Tom pasa algo?- le preguntó con un leve rubor naciendo en sus mejillas-- No.- respondió sin dejar de mirarle- Entonces, por qué me ves así?-- Así… como?-Respiró profundo, para enfocarse y prosiguió- No importa..- le puso un parche adhesivo transparente- Ya está, ese apósito lo protege contra el sudor- y trata de protegerlo del sol, o te quedará una cicatriz- le aseguró-- Gracias- Se puso de pie.- Anda te esperan- le recordó con una sonrisa-Al volver se encontró con un escenario distinto al que vio antes. Los chicos del equipo contrario, habían aprovechado la ausencia del capitán para dar vuelta el partido, estaban empatados y quedaban 10 minutos para finalizar el encuent
Mmm, esa propuesta me gustó más, la verdad, es que yo también hace días quiero saber algo de ti – le confesó su hermano.- Espera. Cerraré la puerta por dentro. Para que no entren nuestros padres- salió, revisó que nadie anduviera en el pasillo y luego cerró con un botón por dentro- Listo, parece que ya se fueron a dormir-- Genial… prefiero que tu partas preguntando- le pidió bebiendo la leche que le llevó su hermana.- Bien!, pues…¿Le dijiste que te gustaba a Bruno y te rechazo?- preguntó sin anestesia-Marco tosió por lo directa de su pregunta, creyó daría más vueltas.- Anais eso no…te equivocas, no le dije que me gusta.- Entonces, ¿qué ocurrió?... s
Luego del partido pasaron 3 días, Anais pidió permiso esa tarde para no ir al entrenamiento.- Hoy te vas temprano, irás a cuidar a tu hermano?- le preguntó su compañera de banco.- Me comprometí a llegar antes para ayudarlo con las tareas-- ¿Podrías llevarle este regalo de mi parte?- le preguntó avergonzada, mientras estiraba hacia ella una caja de bombones.- Se lo entregaré en tu nombre- se esforzó por no reír.Detrás de ella vinieron tres compañeras más. Traían unas bolsitas con corazones llenas de golosinas--Anais… aprovechando que tu llevas ese regalo… ¿puedes llevarle los nuestros por favor… y decirle que lo extrañamos mucho?-Ella asinti&oacut
Bruno lo miraba desde arriba, no se atrevía a acercarse más, mantenía los hombros caídos desde que ingresó, por minutos ninguno habló. Marco miraba hacia abajo y apretaba los puños-- ¿Qué necesitas decirme? – preguntó Marco sin mirarlo con voz cortante.- Quería verte…- susurro.- ¿Qué?- Creyó haber escuchado mal- Puedes sentarte si quieres en esa silla.- le apuntóCreyó que se sentaría en la silla, pero se ubicó en la cama de espaldas a él, ha nivel de su cadera y giró su cuello para tenerlo más cerca, Bruno con su dedo índice le obligo con gentileza a levantar la barbilla.- Mírame a la cara, es incómodo no verte.- le pidió el futuro médico.
En paralelo y luego de salir de la habitación, Anaís se cambió el uniforme por una polera holgada y larga, con calzas, hizo un tomate alto con su cabello y se tiró en el sillón, puso sus audífonos y se entregó a la música del celular. Continúo su libro favorito por media hora, se tranquilizó al no ver salir todavía al chico de la habitación de su hermano- Espero hayan aclarado todo- pensó esperanzada.Eran casi las cinco de la tarde y sintió que alguien tocó la puerta. Miró hacia la habitación de su hermano, seguía la puerta cerrada. Esperaba que nadie los interrumpiera. Salió descalza a abrir la puerta: El capitánEste la miró nervioso al verla, no sabía que excusa dar, la más obvia fue la que vino a su mente- Hola otra vez… v
A la semana siguiente al finalizar el entrenamiento, Tom le pasó el libro que le prometió. Marco al ver el nombre del autor en la solapa, se atragantó con el agua de la sorpresa y les preguntó a ambos:-¿Les gusta ese libro?-- Yo he leído otros títulos del mismo autor, sus historias son excelentes. Tom tiene el último que salió de la saga que se agotó en un día. No pude comprarlo en papel esa vez y las nuevas ediciones ya están reservadas.- ¿Ud. también lo lee capitán?- preguntó asombrado- Sí. Tengo todos sus libros-- Recuerdo ver el último libro que escribió en tu cuarto, ¿ fue el que te llevó Bruno?- Anais lo vio en su mesa de noche.-- Sí.-- ¿ Ya lo leí