Ji Yinfeng había estado junto a ella durante tantos años y nunca antes le había gritado tan ferozmente.

Ella lo miró con ojos incrédulos, haciendo que el ambiente en la habitación fuera tensa y deprimente.

Después de un largo rato, Gu Ruoruo dijo con un par de labios tristes y fruncidos: "¿Cómo te atreves a gritarme?".

Mientras hablaba, las lágrimas caían desde sus ojos como gotas de lluvia.

Ji Yinfeng también estaba sorprendido. Rara vez perdía los estribos.

Sin embargo, ¿cómo podría estar tranquilo al pensar en su hijo fallecido?

"También estoy muy triste de que nuestro hijo se haya ido. Sin embargo, ¿cómo puedes acusarme y regañarme en lugar de consolarme? ¿Realmente me tienes en tu corazón?".

Con una cara llorosa, Gu Ruoruo lo acusó. De hecho, su actitud fue demasiado decepcionante.

Frente a su disgusto, Ji Yinfeng suspiró. Se acercó para abrazarla pero ella lo rechazó.

"Ji Yinfeng, sabes que soy consciente de que tus padres solo me permitieron entrar en la familia Ji por