Aunque Lu Shengyao lo dijo con mucha lastima, Tang Ruochu no se lo tomó en serio en absoluto.

Con su apariencia, lo podrías poner en cualquier lugar y habría innumerables mujeres arrojándose sobre él, sin embargo, aún estaba hablando de que nadie querría casarse con él.

Tang Ruochu le puso los ojos en blanco. "¿Por qué? ¿Piensas que tenerme a tu lado afectará tu popularidad con las mujeres?"

Lu Shengyao se partió de la risa. "Sí, eres muy excepcional. Cuando otras mujeres te miran, definitivamente piensan que no se pueden comparar a ti".

"¿Oh, en serio? Ya que soy tan excepcional, ¿considerarías robarme de tu hermano?"

Tang Ruochu levantó las cejas y le dio una sonrisa siniestra.

Cuando escuchó eso, las comisuras de los labios de Lu Shengyao se crisparon dos veces. Dijo con una cara llena de miedo, "Cuñada, puedes comer lo que quieras, ¡pero no puedes contar cualquier chiste que quieras! ¡Ese chiste podría matar a alguien!"

"¡Inútil!"

Tang Ruochu fingió despreciarlo y se quejó.