La luz del amanecer se colaba por las cortinas, llenando la habitación con un brillo suave y dorado. Rebeca dormía plácidamente, su rostro se veía tranquilo iluminado por esa luz. Su cabello, estaba algo desordenado, caía sobre la almohada, dándole un toque de ternura. Diego estaba sentado al borde de la cama, mirándola aún incrédulo de que estuviera allí. Sus ojos recorrían cada parte de su cuerpo desnudo, como si cada detalle fuera un pequeño tesoro. Con cariño, acariciaba su piel, sintiendo el calor que emanaba de ella, recordándole lo que habían compartido la noche anterior.El silencio de la mañana creaba una atmósfera íntima, como si el tiempo se hubiera detenido. Diego se perdía en sus pensamientos, imaginando lo que Rebeca soñaría, mientras su corazón latía fuerte, lleno de amor.Cada roce de sus dedos sobre su piel parecía llevar consigo un montón de promesas. En ese momento, Diego se dio cuenta de que su amor por Rebeca era intenso, como un fuego que iluminaba todo a su alr
Rebeca no cabía de felicidad; aún estaba incrédula de lo que estaba viviendo. Miraba a Diego con una expresión de ternura, sintiendo cómo su corazón latía con fuerza. La clínica, con sus paredes blancas y el suave murmullo de las conversaciones a lo lejos, parecía un mundo aparte, un lugar donde la esperanza y el temor coexistían. Era el comienzo de una nueva vida con la que siempre soñó Rebeca. —¿Mi amor, pero acaso estás hablando en serio o solo lo hiciste para molestar a María? —preguntó Rebeca, con su voz temblando de emoción, incrédula de que la vida le estuviera dando felicidad.—Claro que lo estoy diciendo muy en serio. Apenas salga tu divorcio con Iván, tú y yo vamos a casarnos inmediatamente. No quiero esperar ni un solo minuto más para que seas mi esposa.Rebeca lo abrazó emocionada, sintiendo la calidez de su cuerpo y la seguridad que le brindaba. Le dio un beso en los labios, un gesto que parecía sellar un compromiso aún más profundo. Sin embargo, en medio de su felicidad
El timbre de la puerta sonó y Betty fue corriendo a abrir, en el fondo mantenía la leve esperanza de que se tratara de Iván arrepentido pidiéndole perdón, pero se llevó una gran impresión, era quien menos se imaginaba. — Hola, ¿Pero qué sorpresa tenerlos a los dos aquí? Por favor pasen adelante y tomen asiento. — le dijo Betty a Rebeca y a Diego Armando, que habían ido a su apartamento para hablar con ella con respecto a los resultados de los estudios.— ¿Cómo te sientes Betty? — preguntó Rebeca mientras se sentaba junto a Diego. — Bueno la verdad es que me he sentido un poco débil, pero dentro de todo estoy bien, creo que no hay nada anormal en eso. ¿Pero por qué traen esas caras?Rebeca suspiró y miró a Diego, estaba muy nerviosa, no sabía por donde comenzar a decirle lo de su enfermedad. — ¿Pero qué es lo que está pasando con ustedes dos? Ya me están poniendo nerviosa, ¿Acaso tiene algo que ver con los exámenes que me hice ayer?— Sí Betty, tiene que ver con los resultados de lo
Había pasado un mes desde la hospitalización de Betty, y su evolución había sido favorable. Ella había respondido positivamente al tratamiento, lo que tenía muy contentos tanto a Rebeca como a Diego Armando, quienes habían hecho todo lo posible para que ella pudiera llevar su embarazo con tranquilidad. Rebeca logró hablar con los padres de Betty y los convenció de perdonarla, considerando la situación de salud tan delicada que ella estaba enfrentando.Betty ya se encontraba viviendo en casa de sus padres, ya que todavía necesitaba cuidados especiales y no era conveniente que en su estado, regresara a vivir sola a su apartamento. Gracias a la conversación que Rebeca sostuvo con los padres de Betty, ellos tomaron la decisión de darle lo que le correspondía de su herencia. A pesar de las circunstancias en las que Betty había concebido a su hijo, sus padres estaban muy ilusionados con la llegada de su primer nieto. Solo querían tener la tranquilidad de asegurar el futuro tanto de ella co
Los días pasaban y la relación entre Rebeca y Diego parecía encajar a la perfección. Ella se sentía plena, incapaz de creer que finalmente había alcanzado la felicidad que tanto había deseado.Aquel día en la clínica, Diego convocó una reunión extraordinaria con todo el personal médico y administrativo; tenía información crucial que, sin duda, cambiaría su vida y la de Rebeca.Sandra continuaba trabajando en el área de rehabilitación de pacientes, ya que no había encontrado otro empleo que le ofreciera el buen salario que ganaba allí. A pesar de las tensiones entre Diego y ella, él decidió mantenerla en su puesto, consciente de cuánto necesitaba su trabajo y sin querer perjudicarla. Además, Sandra realizaba su labor de manera eficiente y profesional, lo que justificaba su salario.Sin embargo, la relación entre Rebeca y Sandra se había deteriorado por completo. Rebeca optó por alejarse de la clínica, dedicándose a sus estudios y a su relación con Diego. A pesar de que él le brindaba t
Un mes después…—¿Y ahora a qué ha venido, doctor Mijares? —preguntó Iván al abogado que Diego Armando había contratado para representar legalmente a Rebeca.—Señor Iván, en vista de que se ha vencido el plazo para desalojar el apartamento que pertenece a la señora Rebeca, el tribunal ha decidido proceder de inmediato con su desalojo. Traigo una orden firmada por el juez, y le exijo que salga de la propiedad en este preciso momento.Iván no podía creer lo que estaba sucediendo. Se había confiado, pensando que tal vez Rebeca lo dejaría vivir en el apartamento hasta que él pudiera resolver su situación económica. Estaba acostumbrado a que Rebeca le solucionara todos sus problemas financieros y no creyó que ella se atreviera a sacarlo de esa forma tan arbitraria.—Pero esto no puede ser posible. Rebeca no sería capaz de hacerme esto. Debo llamarla inmediatamente para que le diga que usted no puede sacarme de esta manera. —dijo tomando su celular. —Entienda, abogado Mijares, no tengo a dó
Meses después…Rebeca había logrado casarse con Diego Armando. Tuvieron una ceremonia realmente hermosa, aunque muy íntima, ya que solo quisieron compartirla con las personas más allegadas, quienes realmente los apreciaban. Apenas tenían un mes de casados y habían decidido irse en un crucero por el Caribe para pasar su luna de miel, lejos de todos los problemas y tormentos que tuvieron que enfrentar para poder cumplir su sueño de estar juntos como marido y mujer.Al regresar de su luna de miel, se encontraban viviendo de nuevo en la casa de Diego Armando. Al llegar, los recibió Carmencita, la nana de Diego, a quien quería como a una madre, ella lo había cuidado desde que nació. —¡Bienvenidos! Qué alegría volver a verlos —les dijo Carmencita mientras los ayudaba a meter sus maletas.—Gracias, Carmencita. La verdad es que nos fue estupendamente bien, pero extrañamos muchísimo tu comida —respondió Diego, saludándola con un beso en la frente.—Gracias, Carmencita, por recibirnos con t
Minutos después….Después del encuentro accidentado con Iván, la conserje continuó con la limpieza del edificio, esta vez se encontraba en el pasillo donde estaba el apartamento de Rebeca y Sandra. Todos en el edificio sabían que Iván vivía con Sandra desde hacía meses, aunque esa noticia aún no había llegado a oídos de Rebeca, quien estaba concentrada en su nueva vida y no había vuelto a hablar con Sandra, a pesar de que esta seguía trabajando en la clínica. La conserje se extrañó al ver la puerta abierta, ya que Sandra trabajaba prácticamente todo el día y el único que permanecía en el apartamento era Iván. Sin embargo, como lo había visto salir apresurado, pensó que tal vez había dejado la puerta abierta por descuido. Se acercó y miró a su alrededor, percatándose del desorden en la sala. Su atención fue atraída por un celular tirado en el suelo, totalmente destrozado. Se imaginó que tal vez habían tenido una discusión. Iván ya era conocido en el edificio por los conflictos qu