Un nuevo miembro al grupo.
Cuando acabó la clase de Minnie, salimos al descanso. Ellos querían fumar y por eso, nos dirigíamos a la azotea. Sacamos el paquete de cigarros en la clase para no tener que regresarnos a buscarlos después. Isaac nos vio y nos preguntó si le podíamos regalar uno. Mickey quien es el más sociable, le dio uno y le dijo que fuera con nosotros a la azotea. Este ser humano, el Isaac, ¿cómo podría hablar correctamente de él? ¿Cómo puedo describirlo? Es un poco alto, pero no tanto, cabello castaño oscuro y largo, tiene la piel como del color de cuando las cucarachas están al revés… No, es broma. Es blanco igual que yo, pero es bastante… ¿Cómo puedo decirlo? Depresivo y eso me aterra. Tiene un aura oscura y pude notar cuando estaba sentado con nosotros en la mesa, que tiene muchas marcas de cortes en sus brazos y eso me pareció muy triste. Al menos, parecían ser marcas viejas o bueno, eso espero.Encendimos los cigarros, yo lo hacía más… ah, ni sé bien porqué y Mía, estaba a mi lado. Abrazándome. Era extraño que me abrazara en público, nunca le han gustado las muestras de afecto en la calle y por eso, muy pocas veces lo hacía, pero hoy, que me abrazaba, por supuesto no iba a renegar. Me hacía sentir muy bien.-¿Por qué siempre andas solo en clases?- Preguntó Martín al Isaac, frunciendo el ceño. ¿Qué tramará?-La gente no me comprende. Por lo general, piensan que soy muy aburrido y no se me acercan.-Confesó y él, exhaló, irritado, ante el comentario de Isaac.-Será porque lo eres…- Dijo Martín y estuvo un poco pasado su comentario, pero reímos para evitar que se volviera incomodo el ambiente. ¿Qué carajos? ¿le traía resentimiento desde antes?-No maldición, no soy un maldito aislado.-Dijo exaltado.-A ver, ¿qué te gusta hacer?-Pregunté.-Me gusta escribir poesía, ver documentales de Discovery y lo que más me gusta de todo, es crear mapas.-Contestó sonriente y todos rieron.-Quiero ser cartógrafo.-¡No me digas! ¡Pero qué genial lo qué haces!-Dijo Martín sarcásticamente, él puede ser un poco duro cuando alguien le irrita, aunque no entendía por qué el enojo hacia Isaac, no sé si habían tenido roces antes o qué demonios sucedía.-Bueno deberías considerar la opción de ser gay, eso sí que te haría cool o tal vez podrías ser travesti, una sexy chica voluptuosa y luego podrías casarte con la perra lesbiana que tengo en frente.-Mickey miró descaradamente a Mía y como siempre empezaron a discutir.-¡Ah! Tú como que de nuevo quieres que te ajuste la cara, ¿verdad?-Respondió y evité que de nuevo le pegara.-El otro día me cogiste desprevenido.-Se excusó falsamente. Él lógicamente no sabía pelear y con lo orgulloso que es, jamás lo aceptaría. Mía claro que podría liquidarlo, partirlo en dos si se lo propusiera.Entonces, poco a poco, el Isaac se fue introduciendo al grupo. Cuando salíamos a maldecir, él nos acompañaba, cuando jugábamos videojuegos o a la ouija también estaba presente. No era que el fuera muy entretenido ni nada así, pero como no tenía amigos, decidimos dejarlo estar con nosotros. Me imagino que ha de ser horrible estar solo todo el tiempo.-¡Nathan, esto es genial!-Mía exclamó de alegría.
-Hice muchas cosas horribles para adquirirlas...- ¡Había conseguido dos entradas para el concierto de Aerosmith y en primera fila! Apenas me la entregaron, corrí a casa de Mía a dárselas, me moría por ver lo feliz que se pondría. Quería hacer lo que fuera para verla sonreír ya que tan pocas veces lo hacía.-En serio… esto es lo mejor que me han regalado en la vida, lo supera a todo.- ¿Qué más da si me tocó esclavizarme tres semanas para conseguirlas? Vi a mi chica feliz y con eso me bastaba, Mía lo valía todo. Ella muy poco había cambiado, sí dejaba que la besara y me permitía estar con ella… pero siempre estaba seria o de mal humor y me tocaba hacer maravillas para cambiar su estado de ánimo.- Te amo tanto, Nathan…- Me dijo y me besó con ternura… maldición, cómo me gustaban las pocas veces que me decía algo como eso. Ella era lo que más amaba en el mundo.Luego de que estuvimos juntos, igual que la mayoría de las veces que nos veíamos. Estábamos recostados en su cama, abrazados igual que siempre, a ella le gustaba que la abrazara después de estar con ella, yo no me negaba, me fascinaba todo lo que pudiera hacer con mi chica. La miré unos segundos, y le retiré la sabana que cubría su cuerpo. Mía me fulminó con la mirada y observé embelesado, su desnudez. Acaricié su abdomen.-¿Qué tramas? ¿no te bastó con el trajín de ahorita?-Se quejó y reí.-No tramo nada, solo quiero mirarte.-Acaricié su pecho.-Amo cada centímetro de ti.-Mía se sonrojó por completo y la besé, por mucho tiempo. Luego, ella empezó a leer una novela en voz alta, la escuchaba, pero se me ocurrió una grandiosa idea. Me paré así en seco, sobre la cama, completamente desnudo y grité:-Creo que… ¡me voy a tatuar el nombre de la persona más importante en mi mundo!-¿Cuál es?-El mío.-Dije y me ruboricé.-Me agrada la idea, también lo haré.---Lauren es una chica que vive al lado de mi casa, solíamos hablar con frecuencia antes de que entrara a la universidad, pero luego dejó de hacerlo. Era obvio, no quería hablar con chico tonto que ni siquiera había terminado el sexto año. Antes ella venía a mi casa y veíamos televisión o salíamos a montar bicicleta. En esa época me gustaba mucho pero como decidió alejarse, la fui olvidando con el tiempo. Ella es tan alta como yo, creo que mide lo mismo, tiene el cabello castaño y alborotado, cuenta con enormes curvas y muchas pecas que combinan con sus ojos claros. Esa noche, después de que retiré a regañadientes de la casa de Mía, vi a Lauren afuera de la suya. Yo iba entrando a la mía y noté que estaba discutiendo con un par de chicos en la entrada, se decían millones de insultos, que, al parecer, eran por dinero. Luego de que los echó, noté que debía parecer una vieja entrometida mirando, así que abrí la cerradura para entrar, pero ella antes me llamó y me pareció extraño, no hablábamos hace muchísimo tiempo. Se acercó y me dijo:-¿Escuchaste algo de lo que pasaba?-Preguntó enarcando una ceja y negué con la cabeza.-No, ¿por qué? ¿conversaban sobre traficar órganos o vender mujeres?-Reí y al parecer ella, no entendió que no lo decía en serio.-Mmm bueno. No te reconocí apenas te vi, has cambiado demasiado.-Me dijo mirando de pies a cabeza con un gesto extraño.-¿Creciste de estatura?-Supongo, cuando hablábamos yo debía tener unos 12 años.-Asintió.-¿Fue hace tanto? ¿cuántos años tienes ya?-Tengo 16, cumplo 17 en varios meses aún.-Chasqueó la lengua. Yo sabía que ella me llevaba varios años, tal vez unos cuatro o no lo sé, hace mucho no hablaba con ella y había olvidado la mayoría de las cosas relacionadas a ella.-Eres un niño apenas.-Un niño dices.-Bufé. Niño me dice, y ya tengo expediente criminal, varios ingresos a la upj y una relación con cosas de “adultos” de por medio. Me hizo recordar a cuando el maldito oficial me llamó niñato, quise patearlo, pero me contuve. Eso sí que me habría mandado en vez de la upj, a la penitenciaría y de Bogotá, que no es lo mismo.-¿Te molestó que te llamara niño?-Podría embarazar 20 mujeres si quisiera.-Comenté y de nuevo, noté que no comprendió que hablaba sarcásticamente. ¿Embarazar 20 mujeres? Físicamente sí podría, pero no, jamás. Creo que Mía aparecería de una nube de humo y me haría inmolarme por voluntad propia.-¿Qué te parece si te hago una pequeña visita como las de antes? Para retomar un poco las cosas donde nos quedamos.-¿Eso quieres?-Fue extraño, ella hace mucho no me hablaba. Nos cruzamos mil veces antes y ni aunque me viera, lo hacía. ¿Será que lo hace porque me ve diferente ahora? ¿Por qué crecí o será por las cosas que dije? No comprendía nada.-Sí, creo que podría ser divertido. Vengo mañana en la noche.-Me dijo y se alejó para entrar a su casa. Maldición, ¿Qué estaba haciendo? Sé muy bien lo que esta chica busca, la conozco. Lógicamente antes no sucedió nada, creo que incluso, habría sido ilegal si hubiese sucedido, pero ella, tiene un pensamiento del tipo… no sé ni como llamarlo. Es de mente abierta y sé que cree firmemente en el amor libre y esas porquerías. Claro está, no crítico a quién hace eso, pero jamás haría algo así. Moriría de celos, no va con mi filosofía de vida y me cuesta comprender cómo hay gente que sí tolera esas cosas. Sé que soy muy celoso, intento controlarlo, pero ya eso se me sale de mis posibilidades. Moriré siendo un mezquino acosador psicópata con anotaciones judiciales.No entré de inmediato a la casa, pensé unos segundos. No entendía cómo algo como esto sucedía justo ahora, aunque bueno, puede que estuviera exagerando. Tampoco sabía a ciencia cierta si esta mujer tenía intenciones ocultas, que… viéndolo bien no lo creo. Estoy consciente de que estoy buenísimo o bueno, así me veo yo mismo, pero sé que tampoco es que yo sea un “Martín”, que conquista mujeres solo con inhalar cerca de ellas. Por algo fue todo un desafío conquistar a Mía y no creía, que una mujer como Lauren, mayor que yo, universitaria, hermosa y probablemente, con mucho más mundo encima, se fijase en sí así porque sí, sin motivos. No tenía sentido.No debía preocuparme por nada. No era posible.Tengo ganas de comer mango.Me tocaba educación física en la mañana, así que me tocó como siempre, empacar ropa deportiva. Me gusta mucho esa clase porque me va bien creo que, en todos los deportes, soy muy rápido y ágil con un balón, sea para jugar futbol, voleibol, básquet, etc. Ese día había planeado ir a acosar con Martín a Isaac y a Adriana, de paso queríamos asustarlos, llevábamos rato sin hacer llorar a nadie y eso no puede suceder.Llegué muy tarde a la cancha de atrás, me retrasé en la entrada con Mickey e Isaac, me distrajeron hablando de una feria en la que nos iban a obligar a participar. Qué porquería, odio todo lo que tenga que ver con tareas extrañas o esas groserías y más, cuando no he hecho la mayoría de mis deberes. Creo que debo hacerlos pronto, antes de que Mía se entere
Mañanas ligeras de septiembre.Transcurrieron un par de días. Papá llegó un día a casa, de muy buen ánimo y dijo así sin más, que se iba a casar con Lorena. Lucía de inmediato, frunció el ceño y abrió la boca, pero no dijo nada al final, no había nada que pudiera decir. No me molestó su decisión, ella ya empezaba a agradarme, pero por lo feliz que hacía a papá. La veía a diario en casa y me incomodaba un poco que se esforzaba demasiado en agradarnos. Como ella siempre estaba en casa, cocinaba para nosotros, tal vez demasiadas cosas, incluso horneaba pasteles y cada día, hacía cenas como si se tratase de cada noche, una fecha especial. Notaba que se esforzaba demasiado y no era necesario, me incomodaba que hiciera eso y siempre trataba de buscar de qué hablar con nosotros, pero Lucía no se lo hacía nada
Todo se complica otra vez.Ese domingo, después de ver la película, fuimos a cenar algo en el apartamento de los hermanos. Íbamos normal como siempre, sin pensar en nada especial, pero no tenía ni idea de lo mucho que se complicarían las cosas esa noche. Martín cocinaba, mientras los demás conversábamos en la sala. Mía estaba sentada en mis piernas y yo la abrazaba. No podía estar más cómodo.-¿Qué les parecería si Martin y yo damos una fiesta para el sábado que viene?-Dijo Santiago.-Y con todas las de la ley, con suripantas, drogas y alcohol de contrabando.-Dijo Martín y exhalé.-Claro, supongo eres rico para contratar a las veinte suripantas que tienes en mente.-¿Sus papás no dicen nada?-Añadió Isaac y ambos, negaron con la cabeza al unísono. Sus papás eran muy descompli
ErroresDespués de hablar un rato con ellos, completé todo mi ensayo, le agradecí y regresé a casa. Era muy tarde y tenía mucho sueño. Además, hacía demasiado frío y sentía que se me había congelado todo el contenido.Me desplomé en mi cama, quería dormirme hasta el fin del mundo, estaba agotado. Me dormí unos instantes, no sé cuánto, pero luego, escuché que algo se movía y se paró en frente de mí, me horroricé y logré visualizar a Mía. Era la primera vez que ella venía a casa sin avisarme y por eso, se me hizo muy extraño. Mía es muy meticulosa con todo, siempre tiene que avisar y es por esa costumbre, que me preocupé al verla y más, al ver la expresión en su rostro.-Princesa, ¿desde cuando estás allí?-Noté que sus ojos es
En el concierto de Aerosmith.Llegó el cumpleaños de Mía, era el mismo día del grandioso concierto. Ansiaba ir, no podía dormir pensando en ese día tan glorioso. Ella sabía que iríamos, pero cuando le dije que sería en la noche de su cumpleaños, se puso muy feliz y me sentí muy bien por hacerla sentir así… Luego recordé a Lauren y como siempre, mi conciencia empezó a atormentarme. Nunca dejé de sentirme culpable por lo que sucedió, estaba completamente arrepentido y juré que jamás volvería a engañarla, ni aunque quisiera, podría hacerlo, aunque dudo que llegara a querer algo así. Lo que sucedió la otra noche fue enteramente por los tragos, yo no soy de esa manera y, además, amo tanto a Mía. La amo, por Dios, no puedo ni pensar en algo así. Estoy tan deprimido.El concier
Problemas terribles a mi alrededorEsa noche después de ver a Mía tan mal por mi culpa, sabía que yo también me iba a poner mal, sabía que otro ataque vendría de nuevo en cualquier momento. Así de bien conocía a mi cuerpo y sabía que no soportaría algo como esto, era cuestión de tiempo. Entonces, fui a casa, necesitaba desahogarme con alguien y lo hice con papá, hablamos muchas horas y yo no dejaba de llorar.-Vaya, Nathan.-Dijo papá pasando su brazo por mis hombros.-No tenía idea de lo enamorado que estabas de esa muchacha. Creí que era algo momentáneo. -No, no lo era y lo peor es lo jodí todo. Me odio ahora mismo, siento que soy una basura.-Oye, hijo, no vuelvas a decir algo como eso, que te quede claro.-Pero, ¿cómo mas llamarme después de lo que hice? Destrocé a alguien que no le ha hecho da
Transcurrieron unos quince días, Mickey despertó unas horas hacía unos cuantos días, pero volvió a quedar inconsciente. Luego de esto, lo operaron dos veces. La primera cirugía que le hicieron fue de la columna, tenía dos graves fracturas en esta y fue una cirugía bastante complicada y de alto riesgo, le dolería mucho después, ni quiero imaginar la recuperación. La segunda que le hicieron fue para detener una hemorragia, no sé de dónde provenía la hemorragia y los doctores tampoco, eso era lo preocupante del asunto, sangraba bastante y sus papás estaban aterrorizados, les daba mucho miedo perder a su único hijo. Debe ser muy difícil estar en su situación, saber que tu único hijo está muriéndose… y más de la manera en que sucedió todo. Ellos habían contratado a un abogado para que le dieran muchos años a
Viviendo al fin los mejores momentos de todos.Eran mediados de diciembre y ya habíamos acabado los exámenes finales, todos a duras penas los pasamos. Habíamos descuidado los estudios por lo ocurrido con Mickey, así que nos fue difícil ganar los exámenes, pero lo logramos, creo que fuimos los peores, pero pasamos. Mickey iba a recuperar sus asignaturas a principios de enero y podría ganar el año también. Ese sí que era un milagro de navidad.Adriana tenía ya varios meses de embarazo, pero aún no se le notaba tanto. Martín sufrió mucho al contarles esto a sus padres, cambió de parecer al llegarle el remordimiento y decidió hacer las cosas bien. Como era de esperarse, casi que lo acaban, pero al final decidieron apoyarlo, no sin antes su padre darle tremenda patada. No tenían otra opción, pero le dijeron que debía empezar a tra