Al otro día después de la "pelea" se sentía...
- Renovada- dije sonriendo para mi. Alfin haría algo bueno ¿No? Para esto existo supongo para poder mejorar este mundo pero... muy dentro de mi tenía miedo... que tal si William se enojada tanto que... Es impredecible lo que pudiera hacer y más cuando dije que si no hacia lo que yo decía nosotros romperíamos la alianza algo un poco extraño porque no hay forma de romperla estoy totalmente anclada a un hombre oportunista.
- Hijita...- Dijo mamá entrando- No vas a ir a comer?
Sin abrir los ojos dije- No. No tengo hambre y ademas tengo que trabajar- me levanté de la cómoda cama para así ir a mi oficina a revisar algunos de los "Problemas" que yo cause... o así lo clasifica la corte de honor. Pero lo que no pensaban esque ellos sólo son una corte y yo. Su reina. No hay nada más que decir.
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A los pocas horas llegó Mirton mi aliado en esta travesía.
- Eres una brabucona- dijo el acostandose en mi cama.- No te acuestes en la cama la desordenas- dije malhumorada.- Por que me avisaron mis guardias que vas a irte a un viaje.- Dijo el colocando su bañado cuerpo boca arriba sin oir mi comentario.- Ah si.. ¿No te avise? - dije sonriendo incómoda.- Ahora si sonríes ¿No?- se colocó de lado ahora para así mirarme tontamente.- ¿Adónde vas y para que?- Dijo serio.No tengo que ocultarlo más pero seguramente me juzgará debería ¿Preocuparme?- Yo... yo voy al Sur.- ¿Para qué? Ese lugar no necesita atención... ni a presentado problemas.. es un lugar muy rico el segundo más rico.- Dijo fulminandome sabiendo que diría algo estúpido.- Esque... es algo personal.- dije alfin excluyendolo de mi familia...Alzó una ceja seguramente recordando aquel momento donde lo había proclamado parte de ella ¿Esto estaba bien?- No es lo que quise decir...- dije nota
William reposaba en el bonito asiento que su esposa siempre utilizaba... ella siempre se quedaba ahí.. contemplando la naturaleza, perdida en sus pensamientos y sus ideas... en una forma de cambiar el mundo en cambio el.. Nunca quiso ser rey, el no quería tener a tal grande reino a su poder el se sentía.. incapaz por el simple hecho que nunca pensaba que sería como o mejor que su padre y eso lo hacia sentir miserable. Pero cuando ella llegó, cuando la vio.. tan altanera, tan capaz que sólo se dedicó a observarla y sin pensarlo comenzó a amarla... ella era tan fuerte, lo que el comenzó a depender de sus peleas y las veces donde sólo se miraban... En cambio Elizabeth ella pensaba que era débil. Ella miraba a William como un ser fuerte, tan decidido y firme, que podría llevar todo el sólo porque nunca necesitaría ayuda. Como si el estuviera destinado a ser rey porque el lo merecía, aunque aveces discutían, aunque aveces tuvieran ideas contrarias de todas formas siempre en sus corazones
¿Astrid? - Me levante de un impulso de mi cama ¡¿Que rayos había pasado?! Sabía quien era Astrid su bis abuela o algo parecido según había dicho aquella señora... pero era aún más raro que sus recuerdos vayan consigo... acaso yo no soy Elizabeth.. Soy Astrid ¿Quién soy? Sabía que en la época de la pubertad no sabemos que hacemos o porque vinimos pero esto era diferente, dos personas habitaban dentro de mi. No era normal todos lo sabían pero... ¿Por qué esto sucede? ¿En serio necesitan mi ayuda? ¿En qué?... No se me a mostrado nada, el reino no tiene problemas extremos y se podría decir que estamos en una de las mayores tranquilidades que a tenido nuestro reino. Entonces porqué yo soy así...Había perdido ya todo signo de sueño y pereza, era muy de mañana tanto que el cielo era una mezcla de día y noche. Hermoso.. una mezcla de día y noche, así como sus ojos. Al ver aquel paisaje no pudo evitar ver la imagen de sus hermosos ojos, aquellos que poseían un hermoso
- Aquí es- dijo Mirton acercándose. Rápidamente me fui con el, para resguardarme de aquel hombre que de mi pedía amor... el estaba un poco triste o decepcionado? No podría describir correctamente su mirada pero sabía que mis acciones no le gustaban...- Si... eh ... me imaginaba un lugar tenebroso...- estaba muy oculto cerca de las montañas o en sus faldas, hacia calor... y yo tenía un tonto vestido manga larga. Aquel lugar era un poco.... rural pero tampoco pobre, se podía ver locales de comercio y gente que se paseaba por los alrededores como una mini ciudad escondida.- En realidad, es una ciudad muy amable y desarrollada. Aunque es muy pequeña. Entremos...- Elios tomó la delantera como nuestro guía. Algunos soldados nos acompañaban lo que provocaba una clase de superioridad a las demás personas. Me oculte así más con mi velo, que ya me estaba acostumbrando a llevarlo para no llamar la atención. Aunque de todas formas estoy con otra apariencia, pero
Caminé lentamente con pasos suaves y ligeros, No miraba hacía nada sino que mi mirada iba hacia el suelo de tierra que ensuciaba mis zapatos.Pronto las manos de Elios me tomaron por los hombros.- ¿El pergamino?- dijo casi emocionado.Expectante fruncio el seño.- ¿Dónde está el pergamino?- Aquí está ... lo encontré.- ¿Encontré que? ¿A mi padre o al pergamino? ¡Tan segura estaba que el me diría que todo eso era mentira!- ¿Qué-que pasa? ¿No estas feliz?¿Por qué debería estarlo? Acabo de afirmar que mi padre no me quería... además lo voy a arrestar. ¿Debería sentirme feliz?- Si... - Alze la mirada hacía él.Me tomó de los hombros para así abrazarme- Todo está bien...era Lo mejor ¡Esa persona destruyó tu familia! ¡Se merece lo peor del mundo!¿Se lo merece?- Mi vida...- destap
Ya era casi primavera en el Reino del Sur, se podía oir a las olas golpetear las rocas donde yo reposaba cómodamente... cerrando los ojos para así abrirle paso a la imaginación, ideas y miles de problemas o conflictos creados por ni cerebro ¿Cuándo se supone que sabemos lo que está correcto? ¿Acaso hay una edad en específico? Sólo vamos por la vida experimentando y haciendo lo que creemos más conveniente pero aún así se siente como si todo lo que pensamos que tenía la razón fuera tan absurdo.. la sensación de correr y desaparecer Pero otras de ir afrontar los problemas.- Astrid?- dijo una voz a lo lejos, tan lejos e inaudible que casi no se notaba la pronunciación de esta..- Astrid..- está se iba acercando pero no dejaba de ser irrelevante, frunci el seño.Me levanté de un salto y mire alerta ¿Alguien aquí se llamaba igual que aquella chica?- Ven- sentí los pelos de punta al notar que estaba tan cerca, Pero no había na
- Bienvenido...Rey del Centro William- dijo un sirviente asombrado por su visita ¿Por qué había venido el rey? ¿Y sin avisar?- Muy buenas tardes.... - dijo William impaciente- quisiera hablar con el rey Elios- lo miro fulminante.- Ah si! - El sirviente hizo una seña para que le dejasen pasar ¡Qué descortez! Pensó de el mismo, - Mi señor ¿A qué debemos su visita? Ahora mismo llamo a el rey Elios, puede descansar aquí, seguramente llega muy cansado- se rió incomodamente.....- Señor- dijo un sirviente inclinandose- Tenemos la grata visita de nuestro rey William, tiene que ir a atenderlo mi señor- Elios abrió sus ojos y trago saliva, pero se controló rápidamente negando. - Bien, lo estaba esperando- sonrió de lado.. - Voy para allá ahora mismo....- ¿Quién eres? - dije aún caminando, adentrandome a un bosque no tan frondoso.. ¡¿Qué rayos
Una luz... tan resplandeciente, tan profunda, tan familiar... tan necesitada. Una luz había caído a sus ojos casi cegandola. En su llanto profundo, silencioso y tan triste. Fruncio el seño, sus ojos ardían tanto que intentó taparse con su brazo y por inercia también oculta a la niña ya muerta entre su regazo para así no le afectase aquella luz. De repente aquella niña comenzó a llorar. Lloro y desesperadamente tomó el aire suficiente para poder respirar. La mujer alerta la tomó y la vio allí, con sus ojitos color café claro claros, como el chocolate.. tan profundos, tan bonitos y sus cabellos rubios castaños que parecían hilos de oro volando por el ligero viento que se asomaba. La mujer lloro tan feliz, sonrió profundamente ¡La niña estaba viva! Comenzó a recuperar el color rojizo que había perdido ya y la luz que asomaba iba desapareciendo poco a poco para así dejar de deslumbrarlos...- ¡Astrid!- Grito euforicamente la sirvienta fiel a su señora difunta. La salvación d