• Él •
La ceremonia había comenzado, todo iba según las tradiciones, esperaba que Emma no fuese a hacer nada extraño, en serio, era Emma… lo extraño era que no hubiese hecho nada hasta ahora.
—Hoy estamos aquí para presenciar la unión del príncipe Esteban y la hija de uno de los generales más importantes del reino, me alegra mucho ser quién oficie esta boda, he estado esperando esto desde que el príncipe nació, así que comencemos.
Era una tradición en el palacio, que el hombre escribiera los votos matrimoniales, también para la esposa, nadie fuera de los nobles conocía ese secreto, era una manera de asegurar el dominio del hombre sobre la mujer. Al comienzo pensé en dejar que Emma los escribiera, pero, terminé escribiendo ambos votos iguales, tomé aire para comenzar a decir los votos, de alguna manera, estaba
—Es extraño que me «hables con respeto» siento que te estás burlando de mí— inclinó su cabeza a un lado.—Lo hago— le mostré la lengua.Esteban lanzó un profundo suspiro, desde hoy comenzará mi plan para molestar y conquistar a Esteban, necesito ganarme su confianza, así estaremos en igualdad de condiciones, no quiero aprovecharme de él, quiero asegurarme de que él no sea peligroso para nuestros planes.—¡Si serás! Desde ahora llámame… Mm— se sentó pensativo.—¿Cariño? ¿Amor? ¿Mi vida? ¿Corazón?— pregunté conteniendo la risa.—Solo dime Esteban— se dio la vuela, parecía como si se hubiese sonrojado.Creo que ya lo molesté suficiente por este momento.—¿Cómo van los planes de guerr
• Él •¿Ya conocen la razón por la que me gusta hablar de estas cosas con Emma? Ella piensa en más alternativas de lo que lo hacemos nosotros, recuérdenme por favor, no tener a Emma como enemiga. Me gustaba ver como sus ojos brillaban cuando hablaba de cosas que le apasionan.—Así que quieres actuar de todas las maneras posibles… ¿No te molesta que esté dando tus ideas a mi nombre?— pregunté algo extrañado.—Realmente no busco reconocimiento, solo quiero que Lostland sea un buen lugar para vivir y que se mantenga de pie para que nuestros hijos sean felices— sonrió.Emma tiene mucha esperanza de que este mundo cambie, últimamente he visto la clase de liderazgo que lleva mi padre, si mi madre estuviera viva, no permitiría que mi padre actuara así, como dijo Emma, debe ser un buen lugar para que… alto… &ique
—¡No! ¡Mi madre no!— gritó Esteban sentándose de un salto.—¿Estás bien? ¿Tuviste un mal sueño?— pregunté sentándome a su lado, mientras acariciaba su espalda, vaya que sí me dio un gran susto.Su respiración estaba agitada y gracias a la luz de la luna llena que entraba a la habitación, podía ver brillos en su rostro, lo que significaba que estaba sudando y estuvo llorando, él se quedó como una estatua durante un largo tiempo, yo seguí intentando tranquilizarlos sin palabras.—Recordé cosas que no me gustaría haber hecho, es una pesadilla que viví— se giró a mi dirección.—Intenta calmarte un poco, respira… estoy aquí— sonreí levemente, estaba preocupada por él.—Emma… hay algo que muy pocos saben— comenz
Después de conversar un rato acerca de los movimientos que podríamos hacer y de buscar los puntos débiles del consejero, continuamos durmiendo, en mi interior solo esperaba que todo saliera bien, debemos hacer justicia, no solo por ella, sino también por todos los inocentes que pagaron por sus crímenes.A la mañana siguiente los tres mosqueteros estaban en nuestra habitación. Esteban estaba a punto de salir a una de las últimas reuniones antes de continuar con el proceso de expansión. Lo primero era vencer a los que se aproximaban en contra nuestra, si vencemos, podremos avanzar a conquistar su territorio, lo que no me gustaba de las guerras, eran los muchos muertos que dejaban, pero… era algo necesario, primero hay que luchar para alcanzar la paz.—Por favor, no dejen sola a mi esposa, ni un solo instante, o sus cabezas terminarán muy lejos de su cuello— Los amenazó.
—Lo siento mucho, estuve haciendo unas recomendaciones a Emma, no puede hacer lo que le plazca ¿No es así padre?— Lo observé.—¡Ese es mi hijo! Que se haga respetar por su esposa, una mujer que quiere el mando… es realmente un dolor de cabeza, esa muchachita… cuando llegó era demasiado impulsiva, pero gracias a ti, ella se ha vuelto cada vez más sumisa— sonreí ante su comentario.No le podría decir a mi padre que ella era todo lo contrario a eso, que… justo esta mañana me había dicho que quería derrocarlo y me había amenazado indirectamente.—Así es como usted me enseñó, padre, Emma no será ningún problema para nosotros— yo no creía mis palabras.—Consejero ¿Qué opina usted de la muchacha?— cuestionó mi padre.—Necesita adaptarse u
—¡Emma! ¿A dónde vas?— Preguntó Isabel al verme correr al lugar.Intentaba escabullirme entre las demás personas, pero había tantos que se hacía casi imposible, hasta que sentí dos brazos que me sujetaban.—¡¿Qué piensas que vas a hacer?!— Era Esteban.—Esa mujer… ¡Ella no puede morir!— Exclamé con lágrimas en los ojos.—¿No ves que es una prueba? Esto parece que es idea del consejero de mi padre… ¿Conoces a esa mujer?— Esteban me sostenía aún con fuerza.—Ella… ella tiene un hijo pequeño, son una familia bastante pobre— susurré mientras sollozaba.—Si haces algo ahora, te atravesarán con la espada ¿Quieres salvar a alguien? Tienes que vivir primero— dijo suavemente mientras intentaba tranquilizarme.
• Él • Yo me sentía completamente devastado, ver a Emma llorar por eso, me permitía percibir la humildad de su alma. Ese hombre… No fui yo únicamente la víctima, han sido muchos los que sufrieron a causa de esa terrible persona, ¿Qué era lo que ese tipo tenía en la cabeza? Emma estaba recostada observando al exterior, ¿qué podría hacer para animarla? —Prepárate, vamos a un lugar— dije acariciando suavemente su hombro. Ella me observó por un instante con un semblante abatido y asintió en silencio, ¡Me gustaría agarrar a golpes a ese tipo! Pero mi padre confiaba en él, lo que debíamos hacer, era comenzar a romper esa confianza. Habíamos salido del palacio, nadie se había dado cuenta, tenía una salida secreta, así los guardias, no me seguían a ningún lado. —¿A dónde vamos?— Preguntó Emma, mientras la llevaba de su brazo. —¿Dónde vive el hijo de esa mujer?— Ella se detuvo de repente. —¿Qué vas a hacer con el niño?— Preguntó n
—Ya no lo está— sonreí y tomando la canasta, entré a la casita.Esteban se había quedado atrás, un poco boquiabierto, la verdad, disfrutaba esos momentos en los que llegaba a sorprenderlo.—¿Hola? ¿Hay alguien aquí?— Preguntó Esteban, parándose a mi lado.Todo estaba en completo silencio, parecía estar totalmente abandonado el lugar, aunque… las pocas cosas que había, estaban por todo el lugar, como si alguien hubiera entrado a saquear.—No hay nadie, deberíamos irnos— susurró para darse la vuelta.—¡Hola! ¿Estás aquí pequeño? Queremos ayudarte ¿me recuerdas?— comencé a decir en voz alta, mientras recorría el lugar.—Emma ¿qué haces?— preguntó Esteban algo confundido.—Él está a