—Lo siento mucho, estuve haciendo unas recomendaciones a Emma, no puede hacer lo que le plazca ¿No es así padre?— Lo observé.
—¡Ese es mi hijo! Que se haga respetar por su esposa, una mujer que quiere el mando… es realmente un dolor de cabeza, esa muchachita… cuando llegó era demasiado impulsiva, pero gracias a ti, ella se ha vuelto cada vez más sumisa— sonreí ante su comentario.
No le podría decir a mi padre que ella era todo lo contrario a eso, que… justo esta mañana me había dicho que quería derrocarlo y me había amenazado indirectamente.
—Así es como usted me enseñó, padre, Emma no será ningún problema para nosotros— yo no creía mis palabras.
—Consejero ¿Qué opina usted de la muchacha?— cuestionó mi padre.
—Necesita adaptarse u
—¡Emma! ¿A dónde vas?— Preguntó Isabel al verme correr al lugar.Intentaba escabullirme entre las demás personas, pero había tantos que se hacía casi imposible, hasta que sentí dos brazos que me sujetaban.—¡¿Qué piensas que vas a hacer?!— Era Esteban.—Esa mujer… ¡Ella no puede morir!— Exclamé con lágrimas en los ojos.—¿No ves que es una prueba? Esto parece que es idea del consejero de mi padre… ¿Conoces a esa mujer?— Esteban me sostenía aún con fuerza.—Ella… ella tiene un hijo pequeño, son una familia bastante pobre— susurré mientras sollozaba.—Si haces algo ahora, te atravesarán con la espada ¿Quieres salvar a alguien? Tienes que vivir primero— dijo suavemente mientras intentaba tranquilizarme.
• Él • Yo me sentía completamente devastado, ver a Emma llorar por eso, me permitía percibir la humildad de su alma. Ese hombre… No fui yo únicamente la víctima, han sido muchos los que sufrieron a causa de esa terrible persona, ¿Qué era lo que ese tipo tenía en la cabeza? Emma estaba recostada observando al exterior, ¿qué podría hacer para animarla? —Prepárate, vamos a un lugar— dije acariciando suavemente su hombro. Ella me observó por un instante con un semblante abatido y asintió en silencio, ¡Me gustaría agarrar a golpes a ese tipo! Pero mi padre confiaba en él, lo que debíamos hacer, era comenzar a romper esa confianza. Habíamos salido del palacio, nadie se había dado cuenta, tenía una salida secreta, así los guardias, no me seguían a ningún lado. —¿A dónde vamos?— Preguntó Emma, mientras la llevaba de su brazo. —¿Dónde vive el hijo de esa mujer?— Ella se detuvo de repente. —¿Qué vas a hacer con el niño?— Preguntó n
—Ya no lo está— sonreí y tomando la canasta, entré a la casita.Esteban se había quedado atrás, un poco boquiabierto, la verdad, disfrutaba esos momentos en los que llegaba a sorprenderlo.—¿Hola? ¿Hay alguien aquí?— Preguntó Esteban, parándose a mi lado.Todo estaba en completo silencio, parecía estar totalmente abandonado el lugar, aunque… las pocas cosas que había, estaban por todo el lugar, como si alguien hubiera entrado a saquear.—No hay nadie, deberíamos irnos— susurró para darse la vuelta.—¡Hola! ¿Estás aquí pequeño? Queremos ayudarte ¿me recuerdas?— comencé a decir en voz alta, mientras recorría el lugar.—Emma ¿qué haces?— preguntó Esteban algo confundido.—Él está a
—Emma, pequeño, creo que debemos irnos, antes de que alguien venga… no queremos que te lleven a ti también— dijo Esteban quedando a nuestra altura.Salimos del lugar y llegamos a la casa de nuestros padres, se me hacía tan bien verlos, saber que… estaban bien. Ellos le dieron una cálida bienvenida al niño, pero, salvo a la vez anterior, él no ha dicho ninguna palabra, él sabe lo que le pasó a su madre, pero… quizá, no quiera decirlo. Le hemos preguntado su nombre y no responde, quizá… solo necesitaba tiempo, sí, algo de tiempo, me encargaré que lo tenga.—Cariño, vamos a ver tu nueva habitación— lo tomé de la mano.Él tenía ocho años, pero a causa de su mala alimentación parecía un niño de cinco ¿Qué podríamos hacer ahora? Solo esperar y dar lo m
—Maxi… Estoy contigo porque quiero, no eres ni serás una carga para mí. Estoy feliz de haberte encontrado, feliz… de poder hacer algo para que puedas estar bien. Te tomaré bajo mi cuidado, viviremos juntos tan pronto como podamos, te llevaremos al palacio. Me encargaré de que no te falte nada, no solo material, sino que… quiero darte todo el amor del mundo— lo abracé —sé que todo lo que haga, no será suficiente, pero daré lo mejor de mí— susurré.—Emma, es hora de irnos, no puedo dejarte aquí— dijo Esteban entrando a la habitación.—Lo siento Maxi, debo irme… intentaré verte pronto, papá y mamá cuidarán muy bien de ti, si quieres o necesitas algo, por favor, házmelo saber— él asintió.Esteban y yo caminábamos lentamente, el ambiente era distinto que
Entramos los tres a la habitación, Esteban tenía que ir a hablar con su padre, así que estaría con Isabel un rato.—Emma… cuando estés fuera de esta habitación, no hables con nadie, a menos que yo esté a tu lado ¿Entendido? Esto es algo que debe prohibirse, por favor, hazme caso— me habló con demasiada seriedad.—No lo haré, confiaré en ti— dicho esto él se fue.—¿Qué sucedió?— preguntó Isabel algo confundida.—Es… una… larga historia— incliné mi cabeza y comencé a llorar.Isabel se acercó a mí bastante preocupada, caí de rodillas, no podía dejar de llorar, mi corazón dolía tanto, no podía soportarlo.—Emma, Emma ¿Estás bien?— se inclinó quedando a mi altura —Dime &
—Cuando llegamos se veía tan bien… ¿Qué le pasó?— Pregunté confundido.—Ella dijo que la mujer había muerto por su culpa, que era una mala persona, Ella… ¿Está hablando de la mujer de esta mañana?— Me miró fijamente a lo que yo asentí.—La señora, tenía un hijo, el cual dependía de ella, él… no solo perdió a su madre, sino todas sus posibilidades de sobrevivir, al parecer Emma les llevaba constantemente comida— respondí algo pensativo.—¡Eso explica por qué dijo que creía que Abundio la había visto con ellos!— exclamó como si hubiese recibido una revelación —pero… ¿Qué será del niño?—Él se está quedando con los padres de Emma, hasta… que encontremos la manera de
Asentí con una enorme sonrisa y cerré mis ojos, debía estar bien, por Maxi, si me mostraba débil podría hacerle daño, si llegaba a perder el control de mí misma, sería incapaz de hacer algo. Debía… ser más prudente, lo haría por Maxi, ahora… no era solo yo, ahora contaba con otra persona a la que debía proteger.La mañana había llegado, Esteban y yo salimos antes que todos salieran a sus labores, solo debíamos escabullirnos para que los guardias no nos vieran y decidieran seguirnos, aún era muy temprano, por lo que Maxi estaría durmiendo, Esteban y yo caminábamos para ganar tiempo.—Al parecer pronto tenemos que salir a la guerra— dijo de repente.—Entre más rápido comience, más rápido terminará y… podremos volver a la normalidad— Sonreí para tranquiliz