Capítulo XLI

El Final de la Profecía. Parte II

El hada está casi totalmente recuperada, solo falta un solo detalle, su ojo izquierdo, el joven mago se toma la molestia de curarla completa, de curarla del todo, sin dejar ni siquiera una cicatriz abierta, ella está tan hermosa como el primer día que la observó, ahora lo que debe de hacer es que antes de que ella despierte, introducirle un poco de agua en el ojo, le pide ayuda a las otras dos hadas, con un gesto de la mano, mientras se coloca sobre ella, un segundo después una de las hadas se ha metido en el agua y le levanta la cabeza, él le abre el ojo, ve allí la cavidad vacía, llena de sangre, y con algo que parecía tiras de carne fresca, rojas y aun enviando un poco de sangre, Naim le colocó un poco de agua en el ojo, y luego lo cerro, pasaron algunos minutos, y él le levanto un poco la pestaña para que cayera un poco de agua, después de unos instantes… Ella abrió los ojos y allí estaban, ambos ojos iluminados por to