Hace tres semanas que me fui de su casa de la peor manera: con el alma en pedazos y el corazón roto.Él me echó a patadas y me hizo sentir que yo era una mujer interesada en algo que él mismo vino a ofrecer y de lo que ambos sabemos que yo no tenía ni idea.No insistí en probar mi inocencia ante las palabras de su prima y la falsa grabación que le mostraron porque no soy partidaria de excusarme por algo que los que me conozcan verdaderamente tendrían que ser capaces de reconocer solos. Colin tenía que saber que yo no haría algo así y en el peor de los casos darme el beneficio de la duda.—Buenos días, dormilona! Megan pone un café sobre mi mesa de noche y me quito la almohada del rostro sacando al nuevo día mi agotado semblante.—Es sábado, déjame dormir. No quiero amanecer aún —me quejo dándole la espalda girando en mis sábanas.—Abajo está Lina, trae un mensaje de él —comenta seria y no menciona su nombre. Lo prefiero así. Las chicas que se volvieron mis amigas en el poco tiempo q
Ignoro cualquier sentimiento que quiera aflorar por él en mi interior empático y le dejo atrás entrando al despacho donde el resto de la familia de Colin espera.—¡Hola!Esa es la única palabra que sale de mis labios, no me apetece saludar a nadie y solo quiero irme de aquí lo antes posible y cerrar para siempre este capítulo en mi vida.Parecen hienas hambrientas por tomar su trozo de carne. La metáfora es perfecta, casi puedo sentir el olor de la presa que se rifan entre ellos y lo peor es que esa presa sigue siendo una fuente de deseo para mí. Trato de no verlo cuando entra y cruzo mis piernas esperando que empiece la lectura testamentaria. Colin se sienta frente a mí, con su novia al costado y sus ojos no se apartan de los míos. No le miro pero le siento. Es abrumador estar así de expuesta frente a él. Vibra mi teléfono en mi bolso y lo saco para leer el mensaje de Megan mientras el albacea saca documentos y un CD.*¿Cómo va todo?* Pregunta ella, la muy cotilla.*Tía, me está
>>>Me repito una y otra vez esas benditas palabras que no definen para nada como me siento en este momento pero por lo menos es una mala táctica en negación de mantener a mi cerebro ocupado y que no me lance ordenes de venirme abajo y empezar a llorar desconsolada.—¡Yo...necesito...un, uhm...un minuto!Colin tartamudea poniendo sus codos sobre sus rodillas y escondiendo el rostro entre sus manos temblorosas.Yo sigo de pie, no me puedo dejar caer. Tengo que encontrar la solución a este asunto y uno de los dos debe mantenerse a flote. Es evidente que él ha naufragado en las playas del remordimiento y el pánico. —Ahora seguimos —le indico al abogado que espera tranquilo con sus manos cruzadas sobre los papeles —; pero necesito que me muestre primero esa partida de nacimiento que menciona.El hombre no responde nada más sin embargo asiente y extiende hasta mí la documentación que le solicito
Trato de amarrar bien la tela que me cubre la desnudez y luego de inspirar fuerte, abro la puerta y salgo.Está agachado en el suelo contra la pared y apoyado en sus rodillas...es doloroso verle así de contrariado.—Colin, ¿Qué haces? —murmuro y me acerco a él —.¡Ven conmigo!Toma mi mano y es un riesgo que no debería correr pero la situación es bastante difícil como para ser antipática. Cuando tiro de él se levanta y la fuerza de la acción nos acerca tanto que casi nos rozamos los labios. Sus ojos me miran muy cerca y una de sus manos se aferra al final de mi espalda pegándome a su figura temblorosa.—¡Perdóname! —Susurra en un jadeo.—¡Suéltame, por favor! —me sale ronca la voz.—¡Perdóname! —repite bajito.—Colin, déjame ir.—¡Dime que me perdonas! —insiste cerca, muy cerca. Dios, demasiado cerca.—Fuiste cruel, iluso, hiriente. Colin, cómo pretendes que olvide que...—Fuí un estúpido —me abraza con su otra mano y prosigue —.¿Sabes que de todo lo que está pasando solo puedo pensa
Me aparto para evitar que sigamos cometiendo locuras. Los dos somos muy fáciles de dejarnos llevar por el otro y además de lo obvio, yo no le perdono lo que me hizo.—No vas a perdonarme ¿verdad? —musita cabizbajo. —No soy Dios para ofrecer perdones, Colin pero prefiero mantener la distancia entre los dos. Tú me necesitas para mantener el legado de tu padre y yo solo quiero saber la verdad detrás de todo esto.Me aprieto la tela y camino hasta la puerta para pedirle que se marche, necesito pensar y verlo y oírlo, me distrae demasiado.—Ya te conté una vez que las mujeres solo se me acercan para obtener dinero o contactos de mí, Alhana —prosigue y ruedo los ojos insultada —. Creo que es normal que al oír algo así me sintiera traicionado. Ponte en mi lugar. —Mira, Colin —me cruzo de brazos —, todos los tíos con pasta en el mundo entero tienen que sentir eso mismo que tú mencionas pero si confío en la inteligencia humana, creo que todos ellos sepan discernir entre un oportunista y algu
Hace más de una hora estamos en su coche, mirando el mar de un acantilado mientras yo espero que él quiera hablar y supongo que él espera a encontrar las palabras para ello.Es raro sabernos hermanos, lo sé. Hace un tiempo lo tengo asumido pero que llegarán junto a Colin y me descubriera hablando de eso sin decírselo directamente supongo que le ha dado un gran mazazo.Yo no quería que fuera así y tampoco sé que hacía Colin allí junto a ellos pero ya no hay remedo, las cosas se dieron como se dieron y es momento de asumir las consecuencias de haberle callado algo así por tanto tiempo.—¿Cuándo pensabas decirme algo así? —murmura apretando el volante.No me mira. Simplemente fija su vista en algún lado del amplio océano que nos decora el horizonte. —No lo sé.Mi repuesta es egoísta, lo sé. Él merece que le hubiese dicho pero mi vida es una auténtica locura y desde que murió mi madre no he podido reencausar un solo aspecto de esta. Cuando pensé que había encontrado la manera de hacerlo
Colin Slatham Luego de darme no sé cuántos paseos por mi despacho, pensando en que no debí dejarla sola con él, recuerdo que son hermanos y que no pasa nada. Que mis celos son infundados y ella misma me pidió espacio luego de todo lo que pasó entre los dos.La puerta se abre de repente y me arrancan de un tirón todas mis cavilaciones. —¿Qué quieres? —pregunto hosco.Siempre he sentido cierta hostilidad hacia mi tío, el hermano de mi padre y saber que mis primos y él, babean pensando en la herencia, me incomoda muchísimo.—Hay un par de cosas que te diré, no ven a gustarte lo sé, y luego me iré de tu vida para siempre.Oír esos augurios son toda una novedad para mi. Me quedo incrédulo esperando por él. —Si eres tan amable habla ya, que quiero estar solo —le riño.—Tú madre está viva, te ha mentido toda tu vida y eres hijo mío y no de mi hermano. Ella le mintió, le hizo creer que eras hijo de aquella sirvienta cuando en realidad apartó a aquel bebé de sus padres para poder quedarse s
—Es que no entiendo cuando se lo vas a decir —censura Monica. Cualquiera diría que es la abogada defensora de Colin. Lleva días dándome la brasa para que le cuente que su hijo crece dentro de mí y me sigo negando.Él se fue. Me dejó con un beso en la frente en aquel hospital y se largó. Dos malditas semanas llamándolo y nunca me respondió. Ahora ha pasado un mes, mi embarzado está llegando a los tres meses de gestación y se aparece justamente ahora a querer hablar conmigo...pues no.¿Yo por qué tengo que hablar con él cuando el señor disponga luego de que ignorara mis llamadas?¿De que me dejara sola, sin él? —Porque no merece que salga corriendo detrás de él solo porque ahora decidió volver a mi vida —respondo enseguida. Boris está en Irlanda, necesitaba espacio para pensar y se fue unos meses, Brinna se ha ido con él y como la herencia estaba escrita de forma textual y no en abstracto —decía: Colin y Alhana, no mis hijos —. Entonces de igual forma todo el legado Slatham sigue si